Referirte a otra persona como “amigo” nunca había sido tan fácil. Si bien es cierto que el internet ha sido el papel clave para mantenernos en contacto con el mundo exterior durante este año de distanciamiento social, también es cierto que bajo el contexto de me gusta y corazones, las redes sociales llevan años distorsionando el verdadero concepto de la amistad.
Y es que los perfiles en las redes sociales son el reflejo de aquello que buscamos que los demás conozcan sobre nosotros, y en algún punto, pareciera que nos volvemos entusiastas en crear un personaje que, puede o no, esté cerca de nuestra realidad.
Es por eso que les invito a hacer una retrospección, de esos 500, mil o 2 mil amigos o seguidores, ¿cuántos conocen a tu verdadero “yo”?, ¿Cuántos te conocen feliz o enojado?, ¿con cuántos puedes contar en momentos de crisis?, o ¿cuántas de esas personas están verdaderamente interesadas en tu bienestar?
Para poder tener una visión más clara sobre el tema, es que he realizado una lista de mis amigos que están más allá de la interacción de una pantalla y mi sorpresa ha sido el poder contarlos con los dedos de ambas manos.
Un amigo es la relación más libre y a su vez más sincera que pueda existir, pues no te exige ofrecer nada más que tu compañía y mientras los psicólogos siguen debatiendo si existe o no el amor en la amistad, yo tomo la delantera para asegurar que es cierto. ¿Cómo no habría de existir amor si el mismo no es una demostración física sino más bien una emocional? Ambos implican tener hacia el otro respeto, confianza y alegría. Nuestro problema es haber sexualizado el concepto de amar, a tal grado que nos limitamos a expresar aquello que en realidad sentimos para no quedar en lo ridículo.
Hoy más que nunca es importante que revaloricemos a nuestros amigos, compartir momentos fuera de un aparato electrónico y no dejar pasar la trascendencia de compartir un café entre risas o una cerveza entre lágrimas y agradecer a aquellos que han sido colaboradores para que tengamos los mejores momentos de nuestra vida.
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