Ninguno de los grandes es mejor que los otros

Simplemente, es otro...

  · miércoles 7 de febrero de 2018

Cada quien mata las pulgas a su manera... ¿Cuál debería ser el perfil de un centro delantero? Vavá, Benzemá y Cabañas se parecen mucho y, sí, poseen la imagen del verdadero ariete abre brechas... Ricardo Peláez, Fernando Torres, Hermosillo y Jared Borgetti, con mucha estatura, fueron extraordinarios cabeceadores. Cristiano Ronaldo, Robert Lewandowski y Harry Kane... Raúl, Romario, Roberrto Baggio... Zlatan Ibrahimovic, Marco Van Basten, Evanivaldo Castro Cabinho, etc. etc. etc. Y me puedo seguir formando tercias de extraordinarios centros delanteros, llegando a la conclusión de que todos estos perfiles son buenos, lo que los equipos deberían buscar son los idóneos, los que encajan en el juego del equipo que los contrate.

Enrique Borja fue un centro delantero sui géneris; corría como guajolota, carecía de elegancia, su físico no impresionaba a nadie, pero la metía y, la conclusión que sacabamos, era... Nadie sabe cómo le hace, pero lo hace... Ser ídolo y goleador de Pumas, América y la Selección Mexicana, sería la más difícil tarea para cualquier jugador, pero no para Borja, quien tenía la portería retratada en su mente. Fue campeón goleador tres veces gracias a su instinto de depredador del área . Todos llegamos a pensar que sus anotaciones eran totalmente fortuitas y, su estilo, totalmente ortodoxo, anotando con talón, rodilla, nuca y nariz.

En aquel antiguo Oro de Guadalajara brilló un joven centro delantero de juego exquisito al que apodaban “El Chale”, quien tan pronto se coronó campeón de goleo fue adquirido por las Chivas de Guadalajara en donde hizo historia. El Chale era elegante, gambetero y gustoso del futbol espectacular, valiéndose de recursos lujosos como los sombreritos, los túneles. Su habilidad lo llevó hasta la Selección y al Mundcial de 1962 en Chile, participando con un gol en aquella inolvidable victoria sobre Checoslovaquia. Inolvidable el Chale Héctor Hernández, recordado vistiendo la camiseta del Guadalajara con el que se coronó en seis ocasiones.

¿Qué diferencia existe entre un parque y un estadio? Cuando leemos el pasado de nuestro deporte, es frecuente encontrar con que tal o cual partido se efectuó en el parque tal... En el beisbol, era común escuchar los juegos ocurridos en el parque Cuauhtémoc de Monterrey, en el antiguo futbol mexicano, el parque Asturias, el parque Marte en México, el parque Oblatos en Guadalajara, el parque España en Tampico... Hubo una época de estadios de madera, el más conocido lo fue el parque Asturias, pues en 1939 el Necaxa enfrentó al Asturias en un duelo decisivo por la Liga.

Horacio Casarín, centro delantero de los Electricistas, había abierto el marcador y, para pararlo, los defensas del Asturias le rompieron la rodilla derecha a patadas, lo que encendió la ira de los seguidores necaxistas, que prendieron fuego al parque que quedó reducido a cenizas, agigantándose la idolatría que Horacio Casarín despertaba no solo en los seguidores necaxistas sino de todo México... Por ese mismo tiempo, diez años antes, había iniciado la leyenda de un personaje casi de novela: Luis de la Fuente, “El Pirata”. Fue un interior izquierdo rápido de gran potencia en el tiro y resorte para cabecear, incluso bajo los efectos del alcohol, pues tenía fama de bohemio. Debutó a los 15 años y a los 20, fue comprado por el Racing de Santander, España, para convertirse en el primer jugador mexicano que jugó en el extranjero. El estadio de Veracruz lleva su nombre.

Pese a su poder goleador, Evanivaldo Castro “Cabinho”, no fue convocado para formar parte de la selección de Brasil para el Mundial de 1978. Sus compañeros de “Pumas” aseguran que tenía suficiente para jugar en Europa, lo que no lo constituye en un fracasado, pues siendo fiel creyente, pidió a Dios que le permitiera ocupar un lugar importante en el deporte y, dados los ocho títulos de goleo que lo colocan como el máximo anotador histórico en México, confirman que su plegaria fue escuchada.

Hace ya mucho tiempo el chileno Ramón Unzaga inventó el remate de “chilena”; sin embargo, fue el mexicano Hugo Sánchez quien la perfeccionó. Cuenta el mismo “Pentapichichi” que inició esta práctica desde niño para imitar a su padre, a quien se las veía hacer en las cascaritas. Hugo invirtió horas practicando sus remates tras los entrenamientos hasta perfeccionarlo, dejando estampas inolvidables como aquel impresionante remate ante el Logroñés español que blanqueó el graderío del Santiago Bernabéu, con los miles de pañuelos blancos que saludaban la hazaña. Distinto de cuanto centro delantero se haya visto, Hugo se ha eternizado al ser el jugador que más goles de un solo golpe haya realizado a lo largo de la historia del futbol... Y hay muchos más perfiles para analizar. ¿A ti cuál es el que más te convence para nuestra selección?

Hasta pronto amigo.

Raúl J. Nava Gutiérrez

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