En el ya lejano año de mil novecientos ochenta y uno, Fernando Valenzuela, integrante de humilde familia de Etchohuaquila, Sonora, se erigió sobre la loma en el centro del diamante del “Dodgers Stadium”, como el novato del año de las Grandes Ligas del beisbol. Su primer año en el máximo “show” de la pelota en Estados Unidos fue de ensueño. Llenó los estadios, no solo como local con su equipo, los Dodgers, sino en los parques en que se presentó. Su singular técnica de lanzamiento llamó la atención, particularmente la bola de “tornillo”. Fue “pítcher” abridor en el Juego de Estrellas, y obtuvo una resonante victoria en la Serie Mundial contra los Yankees. Todo en una temporada, una gran proeza.
Ahora, 43 años después se repite el triunfo de los Dodgers sobre los Yankees de Nueva York, y el día del cumpleaños número sesenta y tres del recientemente desaparecido Fernando Valenzuela, los Dodgers celebrarán su octavo título con un desfile de campeones en Los Ángeles, California.
EN EL PRINCIPIO ERA…
Hace tiempo vi una película de la cual no recuerdo el nombre en este momento. Doce naves alienígenas aterrizan simultáneamente en distintos países del globo. Se desconoce quiénes son, de dónde vienen, qué pretenden. Urge desentrañar el lenguaje que pueden utilizar esos seres pensantes de “otro planeta” y concretar qué clase de mensajes podría enviárseles. El gobierno del vecino país del norte convoca a un experto en matemáticas (los viajantes probablemente conocerán la aritmética elemental y la matemática superior), y a una doctora en filología, quienes tienen la misión de, en poco tiempo, hallar la manera de construir el primer idioma interestelar y comunicarse con los seres que amenazan la supervivencia de la raza humana. A partir de señas logran su cometido y se enteran que los extraterrestres tienen la misión de unir a la humanidad, porque dentro de tres mil años ellos necesitarán de nosotros. Es interesante que un símbolo (el primer y arcaico sistema de comunicación humana), resulta la clave para empezar a resolver el asunto. El filme en mención nos lleva a elucubrar que el individuo como tal, pudo evolucionar y sobrevivir a otras especies en un mundo hostil, gracias a los símbolos creados por él mismo, con lo que formó el idioma universal. “En el principio era el Verbo”.
La palabra “Símbolo”, en griego, significa conglomerar, juntar.
El ser humano se conglomera y se junta cuando lo atenazan dos temores: la soledad y el peligro.
TRIBUNAL SUPREMO “IMPERIAL”
Lector, la libertad en México no se conjuga en todas las personas. Hay quienes tienen libertad para abusar, para enriquecerse, para defraudar, para cohechar, para violentar, en fin. Pero hay millones que no lo son, porque no son libres de acceder a la condición de una vida feliz (o, como dice en la Constitución, del bienestar general), porque LA JUSTICIA HACE MUCHO QUE DEJÓ DE SER POPULAR.
¿Es esa “libertad” la que los ministros de la Suprema Corte —son solo ¡ocho!—, quieren que sigamos teniendo?
La terquedad de los Ministros que inconstitucionalmente quieren echar abajo la Reforma Judicial, debe ser observada detenidamente. Por ejemplo, la renuncia anticipada en masa que anunciaron, que periodistas bien informados y de mucha imaginación describen como una manera de recibir entera su pensión de retiro, que por supuesto es muy alta.
JUICIO HISTÓRICO
Un día, cuando llegue la hora del juicio histórico, no de la valoración política, se discutirá el asedio político y económico para aplicar en nuestro territorio el neoliberalismo económico, sin escuchar los argumentos en contra, ni importarles demasiado los lamentos y ver el rostro adolorido del país.
El coctel que representa la apertura de fronteras al comercio internacional, desregulación, reducción del aparato estatal, privatización de empresas públicas, recorte a los subsidios y el gasto social, políticas de privilegio para los capitales financieros y comerciales por encima del sector industrial, y el surgimiento y fortalecimiento de grandes grupos empresariales en perjuicio de la pequeña y mediana empresa, sinónimo de "darle todo a muy pocos y casi nada a muchos" es algo que inevitablemente implica un descenso en el poder de compra de la gente y altas tasas de desempleo.
En otras regiones del planeta ya se rectificó en la ola de privatizaciones. Se percataron de su alto costo social. Aun así, en nuestro territorio hay quienes maniobran un día sí y otro también para el regreso de “más de lo mismo”.
Una muestra del neoliberalismo económico, pero no la única, surge del rescate de los Bancos con dinero público aprobado en la 57 legislatura de la Cámara de Diputados, y al frente Felipe Calderón, su domador, quien se encargó de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas y deudas, todo al amparo de Fobaproa (Fondo Bancario para la Protección del Ahorro), finalmente blanqueado en el Congreso para convertirlo en IPAB (Instituto para la Protección del Ahorro Bancario). Este atraco se consuma “un viernes por la tarde” del 12 de diciembre de 1997, fecha señalada en que millones de mexicanas y mexicanos inmersos en las festividades del Día Santo no acertaron a darse cuenta de los miles de millones de pesos que se les endosaba; recursos que aún se pagan y lo harán futuras generaciones de mexicanos en lo que es una cruel modalidad de la nueva esclavitud.
Hoy, los hechos nuevamente demuestran, Felipe Calderón Hinojosa, (quien en 2006 llegaría a Los Pinos, bajo sospecha de fraude electoral), Guadalupano, Guadalupano, lo que se dice Guadalupano… no es.