De acuerdo a la escatología marxista, 1948 sería el año en que los obreros del mundo se unirían y echarían abajo el sistema de producción capitalista como lo proclamó en el Manifiesto Comunista.
Para Marx, 1948 representaba el momento culmen del desarrollo de todas las fuerzas productivas capitalistas, lo que seguiría a continuación sería, inaugurar el inicio de una nueva era regida por el socialismo.
El inconveniente de esta presunción marxiana radicó en asumir que el siglo XIX, había agotado todo lo que el capitalismo podía ofrecer al desarrollo de las fuerzas productivas y confundir toda la agitación social con una toma de conciencia de clase.
Sin embargo, como ya hemos visto, el capitalismo no agotó sus posibilidades, sino que incluso las multiplicó y rebasó muchas veces a lo largo de estos casi dos siglos posteriores hasta llegar a nuestros, con el desarrollo de la Inteligencia Artificial, que ha dejado de ser una promesa para convertirse en una posibilidad real.
Pero que implica agotar las posibilidades del sistema de producción capitalista para los propósitos escatológicos marxistas, de manera muy simple, que el modo de producción incorpore en la vida cotidiana mayores condiciones de independencia del ser humano respecto a sus semejantes y a la naturaleza.
La crítica marxista al modelo de producción capitalista no estriba en su imposibilidad de producir mejoras en las condiciones de vida, sino en que lo hace solo para una parte de la especie, a costa de la enajenación de la otra, la más grande, la que más produce y la que menos consume lo que produce, lo que desde la óptica marxista hace que el capitalismo en su conjunto sea inmoral. No obstante, la premisa básica que parece sugerir al inicio el manifiesto comunista consiste en que es necesario el desarrollo de las fuerzas productivas de una sociedad, para poder pasar a la siguiente etapa, en este caso el socialismo, ahora bien, el desarrollo de las fuerzas productivas no está confinado exclusivamente al capitalismo, pero el socialismo si está confinado al desarrollo de todas las fuerzas productivas previamente a su instauración, razón por la cual Marx, cuando pensaba en una revolución socialista, no lo hacía tomando como marco de referencia a la Rusia zarista con su económica feudal y agrícola, sino en la Alemania industrial del siglo XIX.
Por eso Marx se equivocó en la fecha, pero no en la teoría, con la cual incluso el cine de género apocalíptico coincide, después de una época gobernada por el individualismo egoísta capitalista que invariablemente nos conduce a la catástrofe, solo la acción de solidaria y de conjunto puede salvarnos, pero para eso nos faltó mucho todavía.
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La premisa básica que parece sugerir al inicio el manifiesto comunista consiste en que es necesario el desarrollo de las fuerzas productivas de una sociedad, para poder pasar a la siguiente etapa