Por: Valentina Berdiales
México es un país con 100 mil personas desaparecidas. Miles de hijos e hijas, nietos y nietas, hermanos y hermanas desaparecidos de manera forzada. Miles de madres, padres y familiares buscando verdad y justicia. Este 10 de mayo, Día de la Madre, cientos de miles de mujeres saldrán a marchar exigiendo conocer el paradero de sus seres queridos.
Los colectivos de búsqueda son una parte esencial del proceso de memoria, justicia y reparación que exige la situación de personas desaparecidas en México. Al existir una falta de interés por parte del Estado para respetar, garantizar y promover los derechos humanos de su población, la sociedad civil ha asumido la responsabilidad de obtener justicia.
Son las mujeres, especialmente las madres, las que lideran estos movimientos. Por lo mismo, son las que se encuentran en posiciones más vulnerables y de alto riesgo: siendo señaladas, humilladas, criminalizadas, revictimizadas, incluso amenazadas y asesinadas por buscar a sus familiares desaparecidos.
Verónica es una madre buscadora del colectivo “Uniendo Esperanzas” y está buscando a su hijo, Diego, desde el 2015:
“Yo pensé que iba a encontrar rápido a mi hijo. Creí que los secuestradores me lo iban a dar, pero me mintieron. Creí que las autoridades lo iban a encontrar, pero no lo han hecho. Entonces fuimos nosotros quienes tuvimos que aprender a organizarnos” (ONU Mujeres, 2022).
Es una lucha larga, exhausta y abrumadora; las mujeres que buscan a sus hijos e hijas desde hace años, no han obtenido respuesta por parte de las autoridades. Es un trabajo extremadamente pesado; por una parte, hay que tener una preparación para lidiar con las instituciones y los procedimientos oficiales y, por la otra, la búsqueda representa un desgaste emocional y psicosocial grave, algo que muchas veces se olvida y minimiza.
“El trabajo de búsqueda te desmoraliza. No encontrar un hallazgo te hace preguntarte qué estás haciendo mal. En ese sentido, conocer tus derechos, tener un espacio de contención y hacer propuestas comunicativas, te permite crear una política importante para México en momentos como estos” (ONU Mujeres, 2022).
Es necesario que, desde la sociedad civil, mediante organizaciones y asociaciones, continuemos apoyando a los colectivos de búsqueda y a las madres buscadoras: dando un acompañamiento jurídico, impulsando liderazgos políticos, concientizando y promoviendo sus derechos humanos. Debemos unirnos a la lucha de exigir justicia por los que han desaparecido. Este 10 de mayo, te invito a escuchar la historia de las madres buscadoras. Escucha sus quejas, sus demandas, sus dolores y sus llantos.
Sé parte del cambio.