/ domingo 21 de julio de 2024

Liberándose del alcohol / Viviendo la gratitud

La gratitud es una manifestación de magnanimidad, grandeza de espíritu. Según La Real Academia “sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera”

En el proceso de recuperación de un alcohólico anónimo, el programa de los Doce Pasos, le sugiere como tarea prioritaria la formación del carácter. Es decir, trabajar con especial interés en la adquisición de las características que forjarán su nueva personalidad, una de ellas es la gratitud.

Cuando un enfermo alcohólico llega a la comunidad de AA, su capacidad física, mental y espiritual vienen adormiladas, anestesiadas y por supuesto que es casi imposible que genere sentimientos de gratitud, pero poco a poco los recursos del programa lo conducen a una toma de conciencia de la realidad de su vida y de esa concientización emergen sentimientos que hacen posible que florezca la gratitud en esa mente enferma de alcoholismo.

Un ejemplo nos lo grafica magistralmente: Román es un abogado que se integró a la comunidad de AA hace cinco años. Antes de llegar a la agrupación de AA, Román fue un abogado exitoso, sobre todo en sus litigios laborales. El prestigio, el dinero y la fama condujeron a Román por el camino del placer en general y del alcohol en particular. Pronto la carrera alcohólica superó la de la abogacía y en corto tiempo Román abandonó sus litigios, su familia y a sí mismo. La enfermedad del alcoholismo condujo a Román a un escuadrón de la muerte, en donde algunos días dejó de alimentarse, pero no de consumir alcohol. Al no percibir ningún ingreso Román llegó al extremo de pedir limosna para comprar caña y seguir saciando su obsesión por el alcohol.

Cierta mañana llegó la esposa de Román y dos alcohólicos al escuadrón de la muerte y encontraron a Román muy mal de salud, lo llevaron con un médico, posteriormente a su domicilio. Román se llevó varios días en recuperarse físicamente y los alcohólicos le fueron dosificando el programa de los Doce Pasos. Días después Román se sintió mucho mejor. Hizo un análisis de su desafortunada experiencia y encontró que él no había hecho nada para salir del bache en el que había caído. Su esposa, los alcohólicos y un Poder Superior fueron los que lo rescataron del escuadrón de la muerte y a ellos tenía que estar eternamente agradecido.

Román es ahora una persona transformada en su actitud frente a la vida. Esta agradecido por su nueva condición existencial y está decidido a ser nuevamente el abogado exitoso que antes fue.

Para un alcohólico en recuperación la gratitud es un DON que le obsequia su Poder Superior, Dios como él concibe. Junto con las otras herramientas que el Programa establece, el enfermo debe pedir ese Don, para que ese sentimiento de magnanimidad y de grandeza de espíritu permanezca firmemente en su corazón.

Mientras predomine en el ser humano el sentimiento de gratitud, no habrá espacio, para el odio, el enojo, la tristeza etc. Será muy fácil pensar en todos los beneficios que se reciben diariamente y a los que nos acostumbramos y no valoramos adecuadamente.

Un cántico alemán que expresa el agradecimiento a Dios es un hermoso ejemplo. "Por la belleza de la aurora, por los buenos amigos y hermanos y porque a los enemigos les puedo tender la mano; por el trabajo, por mis pequeños aciertos, por la alegría, la música, la luz; gracias por muchas horas tristes, por poder hablar, gracias porque por doquier nos guía la mano de Dios; gracias por la salvación y porque nos da paz; gracias porque, cantando, gracias le podemos dar”.

Si tienes la enfermedad o conoces a alguien que la tenga pide orientación. MARCA EL 8332125634, 8331055995 ó el 8332289003.

La gratitud es una manifestación de magnanimidad, grandeza de espíritu. Según La Real Academia “sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera”

En el proceso de recuperación de un alcohólico anónimo, el programa de los Doce Pasos, le sugiere como tarea prioritaria la formación del carácter. Es decir, trabajar con especial interés en la adquisición de las características que forjarán su nueva personalidad, una de ellas es la gratitud.

Cuando un enfermo alcohólico llega a la comunidad de AA, su capacidad física, mental y espiritual vienen adormiladas, anestesiadas y por supuesto que es casi imposible que genere sentimientos de gratitud, pero poco a poco los recursos del programa lo conducen a una toma de conciencia de la realidad de su vida y de esa concientización emergen sentimientos que hacen posible que florezca la gratitud en esa mente enferma de alcoholismo.

Un ejemplo nos lo grafica magistralmente: Román es un abogado que se integró a la comunidad de AA hace cinco años. Antes de llegar a la agrupación de AA, Román fue un abogado exitoso, sobre todo en sus litigios laborales. El prestigio, el dinero y la fama condujeron a Román por el camino del placer en general y del alcohol en particular. Pronto la carrera alcohólica superó la de la abogacía y en corto tiempo Román abandonó sus litigios, su familia y a sí mismo. La enfermedad del alcoholismo condujo a Román a un escuadrón de la muerte, en donde algunos días dejó de alimentarse, pero no de consumir alcohol. Al no percibir ningún ingreso Román llegó al extremo de pedir limosna para comprar caña y seguir saciando su obsesión por el alcohol.

Cierta mañana llegó la esposa de Román y dos alcohólicos al escuadrón de la muerte y encontraron a Román muy mal de salud, lo llevaron con un médico, posteriormente a su domicilio. Román se llevó varios días en recuperarse físicamente y los alcohólicos le fueron dosificando el programa de los Doce Pasos. Días después Román se sintió mucho mejor. Hizo un análisis de su desafortunada experiencia y encontró que él no había hecho nada para salir del bache en el que había caído. Su esposa, los alcohólicos y un Poder Superior fueron los que lo rescataron del escuadrón de la muerte y a ellos tenía que estar eternamente agradecido.

Román es ahora una persona transformada en su actitud frente a la vida. Esta agradecido por su nueva condición existencial y está decidido a ser nuevamente el abogado exitoso que antes fue.

Para un alcohólico en recuperación la gratitud es un DON que le obsequia su Poder Superior, Dios como él concibe. Junto con las otras herramientas que el Programa establece, el enfermo debe pedir ese Don, para que ese sentimiento de magnanimidad y de grandeza de espíritu permanezca firmemente en su corazón.

Mientras predomine en el ser humano el sentimiento de gratitud, no habrá espacio, para el odio, el enojo, la tristeza etc. Será muy fácil pensar en todos los beneficios que se reciben diariamente y a los que nos acostumbramos y no valoramos adecuadamente.

Un cántico alemán que expresa el agradecimiento a Dios es un hermoso ejemplo. "Por la belleza de la aurora, por los buenos amigos y hermanos y porque a los enemigos les puedo tender la mano; por el trabajo, por mis pequeños aciertos, por la alegría, la música, la luz; gracias por muchas horas tristes, por poder hablar, gracias porque por doquier nos guía la mano de Dios; gracias por la salvación y porque nos da paz; gracias porque, cantando, gracias le podemos dar”.

Si tienes la enfermedad o conoces a alguien que la tenga pide orientación. MARCA EL 8332125634, 8331055995 ó el 8332289003.