/ domingo 3 de noviembre de 2024

Liberándose del alcohol / Tu permanencia es libre

Ningún familiar directo o indirecto, ni tu patrón ni nadie puede obligarte a que permanezcas en AA. El único que puede obligarte a ser miembro de un grupo de AA es el alcohol.

Por esta razón la comunidad de AA pone como el único requisito para ingresar a la agrupación el sincero deseo de dejar de beber alcohol.

Es muy entendible porque un enfermo después de asistir a la primera reunión de recuperación ya no quiera regresar a la segunda. Para nada es comparable la satisfacción que le genera la reunión con el placer que le genera la cerveza, cuando ya existe dependencia de la maldita droga. El beber la primera copa, cuando existe adicción, es abrir una puerta que conduce al placer y a la negación de la enfermedad.

El consumo del alcohol en exceso arrebata de su consumidor la capacidad de decidir correctamente, por ello es muy complicado que por decisión propia deje de beber alcohol o que al menos quiera escuchar ideas que lo ayuden a entender que es posible dejar el consumo de manera definitiva.

Esta incapacidad mental del adicto alcohólico explica porqué son muy pocos los borrachitos que permanecen en el grupo trabajando por recuperar su sobriedad y luego ir adquiriendo poco a poco un nuevo estilo de vida libre de alcohol y de cualquier otra substancia nociva para la salud.

A pesar de que en el grupo se hacen todos los esfuerzos para que un adicto alcohólico logre entender que su enfermedad es incurable, progresiva y mortal y que solo no puede detenerla, sino que necesita las terapias grupales para fortalecer su recuperación, muchas veces la obsesión por el consumo de alcohol es más fuerte que cualquier razonamiento lógico y el enfermo abandona su tratamiento.

El programa de los Doce Pasos establece que su aplicación es totalmente libre y personal y no existe ninguna persona que tenga la facultad de obligar al enfermo alcohólico a que se aplique este proceso de recuperación. Este criterio faculta al enfermo alcohólico a que en el momento que él lo decida, puede abandonar libremente el proceso de recuperación que implica el programa de los Doce Pasos.

Evidentemente que al abandonar el proceso, regresará al consumo de alcohol, porque su adicción permanece en su mente como en su peor momento.

El hecho de que un borrachito pueda decidir por sí solo el dejar su tratamiento, es como si un hospitalizado exige su alta voluntaria en la víspera de su cirugía de próstata. El hospital le dará su alta pero el enfermo se irá con su próstata emproblemada y es muy posible que empeore. Sin embargo, en alcohólicos anónimos la libertad de cada persona es primero y a nadie se le puede ayudar en su recuperación si él no lo acepta.

En realidad es más fácil salir de la comunidad de AA, que entrar. Por eso se entiende que haya muchos más borrachos en las cantinas que en los grupos de recuperación. También encontramos enfermos sufriendo su enfermedad en las cárceles, en los hospitales, en el psiquiátrico, etc.

No obstante, la agrupación de alcohólicos anónimos siempre tiene las puertas abiertas para todos los que quieran regresar. Siempre serán bienvenidos porque la sobriedad es para todos en todo momento y en toda circunstancia.

Si necesitas ayuda marca el 8332125634, 8331055995 ó el 8332289003 ahí te apoyarán suficientemente.

Ningún familiar directo o indirecto, ni tu patrón ni nadie puede obligarte a que permanezcas en AA. El único que puede obligarte a ser miembro de un grupo de AA es el alcohol.

Por esta razón la comunidad de AA pone como el único requisito para ingresar a la agrupación el sincero deseo de dejar de beber alcohol.

Es muy entendible porque un enfermo después de asistir a la primera reunión de recuperación ya no quiera regresar a la segunda. Para nada es comparable la satisfacción que le genera la reunión con el placer que le genera la cerveza, cuando ya existe dependencia de la maldita droga. El beber la primera copa, cuando existe adicción, es abrir una puerta que conduce al placer y a la negación de la enfermedad.

El consumo del alcohol en exceso arrebata de su consumidor la capacidad de decidir correctamente, por ello es muy complicado que por decisión propia deje de beber alcohol o que al menos quiera escuchar ideas que lo ayuden a entender que es posible dejar el consumo de manera definitiva.

Esta incapacidad mental del adicto alcohólico explica porqué son muy pocos los borrachitos que permanecen en el grupo trabajando por recuperar su sobriedad y luego ir adquiriendo poco a poco un nuevo estilo de vida libre de alcohol y de cualquier otra substancia nociva para la salud.

A pesar de que en el grupo se hacen todos los esfuerzos para que un adicto alcohólico logre entender que su enfermedad es incurable, progresiva y mortal y que solo no puede detenerla, sino que necesita las terapias grupales para fortalecer su recuperación, muchas veces la obsesión por el consumo de alcohol es más fuerte que cualquier razonamiento lógico y el enfermo abandona su tratamiento.

El programa de los Doce Pasos establece que su aplicación es totalmente libre y personal y no existe ninguna persona que tenga la facultad de obligar al enfermo alcohólico a que se aplique este proceso de recuperación. Este criterio faculta al enfermo alcohólico a que en el momento que él lo decida, puede abandonar libremente el proceso de recuperación que implica el programa de los Doce Pasos.

Evidentemente que al abandonar el proceso, regresará al consumo de alcohol, porque su adicción permanece en su mente como en su peor momento.

El hecho de que un borrachito pueda decidir por sí solo el dejar su tratamiento, es como si un hospitalizado exige su alta voluntaria en la víspera de su cirugía de próstata. El hospital le dará su alta pero el enfermo se irá con su próstata emproblemada y es muy posible que empeore. Sin embargo, en alcohólicos anónimos la libertad de cada persona es primero y a nadie se le puede ayudar en su recuperación si él no lo acepta.

En realidad es más fácil salir de la comunidad de AA, que entrar. Por eso se entiende que haya muchos más borrachos en las cantinas que en los grupos de recuperación. También encontramos enfermos sufriendo su enfermedad en las cárceles, en los hospitales, en el psiquiátrico, etc.

No obstante, la agrupación de alcohólicos anónimos siempre tiene las puertas abiertas para todos los que quieran regresar. Siempre serán bienvenidos porque la sobriedad es para todos en todo momento y en toda circunstancia.

Si necesitas ayuda marca el 8332125634, 8331055995 ó el 8332289003 ahí te apoyarán suficientemente.