/ domingo 29 de septiembre de 2024

Liberándose del alcohol / La extraña paradoja

“Creemos que no existe en el mundo otra comunidad que tenga más ferviente interés por cada uno de sus miembros; sin duda, no hay ninguna que defienda más celosamente el derecho del individuo a pensar, hablar y actuar según desee” (Primera Tradición)

La comunidad de alcohólicos anónimos trabaja el funcionamiento de su programa de recuperación de Los Doce Pasos en un grupo. El grupo constituye la célula de toda esta organización y es la entidad donde se generan los cambios más importantes en la vida de un borrachito.

En un grupo el enfermo alcohólico tiene que trabajar su recuperación en unidad con el resto de los miembros. En esa lucha por la recuperación de la sobriedad debe renunciar a su egoísmo y poner en primer lugar el bienestar común.

Nada más difícil para un alcohólico que dedicar tiempo y esfuerzo para lograr el bienestar de otros que ni familiares son. El borrachito está acostumbrado a ser el centro de todas sus acciones. Trabajar para otros significa soltar el centro y ubicarse en la periferia.

Al comienzo este cambio lo hace por necesidad, porque realmente quiere dejar de beber alcohol, pero después le agrada y se convierte en un nuevo estilo de vida.

Todos los cambios que se originan en la vida de un enfermo alcohólico tienen que ser totalmente libres, porque en la comunidad de alcohólicos anónimos no hay jefes, ningún alcohólico tiene la autoridad para ordenar a otro. Cada individuo decide por cuenta propia si quiere recuperarse o no. En la agrupación nadie lo obligará. Nadie puede ser castigado u obligado.

He ahí la extraña paradoja. El enfermo ha de trabajar en grupo y al hacerlo renuncia a muchos deseos personales. Pero al mismo tiempo conserva su libertad individual y esto le permite decidir si continúa con su lucha por su sobriedad o regresa al consumo del alcohol.

Esta aparente contradicción de renunciar a los deseos personales para beneficio del grupo y conservar al mismo tiempo su libertad es posible gracias a que el alcohólico se somete a principios espirituales. La fuerza de la fe se introduce en el accionar del enfermo y con esa ayuda surge la posibilidad de una nueva vida.

La desobediencia a principios espirituales es la causa de que muchos miembros de un grupo abandonen su deseo de recuperar su sobriedad y renuncien al grupo para volver a consumir alcohol como siempre lo han hecho.

En el grupo el alcohólico trabaja hacia su interior para desarrollar su vida, aplicando con la ayuda de sus compañeros los principios del programa de recuperación. También trabaja hacia el exterior para llevar el mensaje a otros enfermos que sufren la experiencia desagradable de su alcoholismo.

Cuando la transmisión del mensaje se materializa en la formación de un nuevo grupo, el alcohólico se da cuenta que un borrachito no se puede recuperar sin un grupo.

La comunidad de alcohólicos anónimos tiene funcionando grupos en todo el sur de Tamaulipas y Norte de Veracruz. Si tú tienes el problema del alcoholismo busca ayuda para resolverlo. Marca a los siguientes teléfonos y ahí te orientarán adecuadamente. 8332125634, 8331055995 o el 8332289003.

“Creemos que no existe en el mundo otra comunidad que tenga más ferviente interés por cada uno de sus miembros; sin duda, no hay ninguna que defienda más celosamente el derecho del individuo a pensar, hablar y actuar según desee” (Primera Tradición)

La comunidad de alcohólicos anónimos trabaja el funcionamiento de su programa de recuperación de Los Doce Pasos en un grupo. El grupo constituye la célula de toda esta organización y es la entidad donde se generan los cambios más importantes en la vida de un borrachito.

En un grupo el enfermo alcohólico tiene que trabajar su recuperación en unidad con el resto de los miembros. En esa lucha por la recuperación de la sobriedad debe renunciar a su egoísmo y poner en primer lugar el bienestar común.

Nada más difícil para un alcohólico que dedicar tiempo y esfuerzo para lograr el bienestar de otros que ni familiares son. El borrachito está acostumbrado a ser el centro de todas sus acciones. Trabajar para otros significa soltar el centro y ubicarse en la periferia.

Al comienzo este cambio lo hace por necesidad, porque realmente quiere dejar de beber alcohol, pero después le agrada y se convierte en un nuevo estilo de vida.

Todos los cambios que se originan en la vida de un enfermo alcohólico tienen que ser totalmente libres, porque en la comunidad de alcohólicos anónimos no hay jefes, ningún alcohólico tiene la autoridad para ordenar a otro. Cada individuo decide por cuenta propia si quiere recuperarse o no. En la agrupación nadie lo obligará. Nadie puede ser castigado u obligado.

He ahí la extraña paradoja. El enfermo ha de trabajar en grupo y al hacerlo renuncia a muchos deseos personales. Pero al mismo tiempo conserva su libertad individual y esto le permite decidir si continúa con su lucha por su sobriedad o regresa al consumo del alcohol.

Esta aparente contradicción de renunciar a los deseos personales para beneficio del grupo y conservar al mismo tiempo su libertad es posible gracias a que el alcohólico se somete a principios espirituales. La fuerza de la fe se introduce en el accionar del enfermo y con esa ayuda surge la posibilidad de una nueva vida.

La desobediencia a principios espirituales es la causa de que muchos miembros de un grupo abandonen su deseo de recuperar su sobriedad y renuncien al grupo para volver a consumir alcohol como siempre lo han hecho.

En el grupo el alcohólico trabaja hacia su interior para desarrollar su vida, aplicando con la ayuda de sus compañeros los principios del programa de recuperación. También trabaja hacia el exterior para llevar el mensaje a otros enfermos que sufren la experiencia desagradable de su alcoholismo.

Cuando la transmisión del mensaje se materializa en la formación de un nuevo grupo, el alcohólico se da cuenta que un borrachito no se puede recuperar sin un grupo.

La comunidad de alcohólicos anónimos tiene funcionando grupos en todo el sur de Tamaulipas y Norte de Veracruz. Si tú tienes el problema del alcoholismo busca ayuda para resolverlo. Marca a los siguientes teléfonos y ahí te orientarán adecuadamente. 8332125634, 8331055995 o el 8332289003.