/ domingo 20 de octubre de 2024

Liberándose del alcohol / En AA los líderes dirigen con el ejemplo

Estamos muy acostumbrados a visualizar que cualquier líder en las áreas sociales, políticas, económicas etc. Esté revestido de poder para lograr sus objetivos, sobre todo cuando hay oposición a sus decisiones. El poder se aplica con bondad y cuando es necesario con la fuerza. Una y otra generan consecuencias. Paz, tranquilidad y felicidad en una, malestar, intranquilidad y venganza en la otra.

En la organización de alcohólicos anónimos la realidad es diferente y poco creíble para un no alcohólico. El segundo principio que trata del funcionamiento de la comunidad señala:”Nuestra sociedad no tiene un presidente para gobernarla, ni un tesorero que pueda exigir el pago de cuotas, ni una junta de directores que pueda arrojar a las tinieblas a un miembro descarriado, que de hecho ningún AA puede dar orden a otro ni imponer obediencia”.

Nos parece increíble que una sociedad no tenga un presidente para gobernarla, porque así estamos acostumbrados a funcionar, pero por increíble que parezca en la comunidad de alcohólicos anónimos sí es posible y así lleva 89 años funcionando en países de diferentes culturas y sistemas de gobierno.

El grupo, que es la célula de la organización de AA, y que puede estar constituido por dos o mas miembros en recuperación, tiene un comité de servidores que se encargan de que el grupo funcione eficazmente en logro de su objetivo principal: mantener el estado de sobriedad y ayudar a otros a alcanzar dicho estado. Dicho comité dirige al grupo con el ejemplo, no con autoridad. El coordinador abre el grupo, inicia y cierra la reunión y coordina el desarrollo de la misma. El secretario le da lectura al tema que servirá de base para la participación individual en la tribuna y el tesorero recibe las aportaciones voluntarias que servirán para sufragar los gastos como renta, luz, agua etc.

Este sistema tiene la gran ventaja que todo el que está viviéndolo está por absoluta convicción. Permanece en la comunidad porque quiere liberarse del alcoholismo, quiere recuperar su sobriedad y ser una persona útil y feliz. Evidentemente que al principio, esto cuesta y hay que hacer el esfuerzo que sea necesario para vencer la obsesión por el alcohol.

Hay muchos miembros de la comunidad que comparten desde la tribuna que ellos se quedaron en AA, porque nadie manda y eso les gustó. Ellos siempre han sentido un gran rechazo a la autoridad, principalmente a los policías porque más de una vez actuaron injustamente con ellos y quedó sembrada la semilla del odio en su corazón.

Los comités que coordinan los grupos son rotativos en su responsabilidad y permanecen en ella tres o seis meses según lo haya acordado el grupo. Esto permite que todos los miembros del grupo vayan aprendiendo a servir a sus compañeros sin esperar nada a cambio y también evitar la tentación de ser los lideres permanentes del grupo.

Como en toda agrupación, grande o pequeña la convivencia humana es fuente de conflictos y en el AA, el estar al frente de un grupo, de un centro de servicio, de un área etc. Representa un reconocimiento tangible de sus compañeros y eleva el ego a grandes alturas, pero el sistema dice se acabó tu responsabilidad y hay que darle la oportunidad a otro. Algunas veces esto genera descontento y es motivo de decisiones equivocadas, como que algunos cambien de grupo o incluso abandonen la comunidad de AA.

El programa de recuperación de los Doce Pasos se encarga de ir nivelando los deseos personales de cada miembro y de irlo concentrando en el objetivo principal: Recuperar la sobriedad. Centrar su vida en el amor y el servicio.

AA es una comunidad humana sostenida por principios espirituales al servicio de los enfermos de alcoholismo.

AA te invita cordialmente a unirte a ella, si tienes el problema. Maraca el 8332125634, 8331055995 ó el 8332289003.