Sin duda, todas las elecciones son complejas, diferentes y van incluyendo nuevos elementos de competencia, por lo que el MERCADO ELECTORAL puede cambiar y desde luego, los retos y estrategias también tendrán que adaptarse a estas dinámicas, sin dejar de considerar elementos básicos de cualquier ELECCIÓN, que serán los votos duros o leales que cada quien tiene como plataforma de salida, y los que habrán que conseguir en campaña. Puede haber sorpresas. De eso hablaremos hoy.
En el análisis de encuestadoras, siempre hemos dicho en esta columna que finalmente son EMPRESAS que tienen que generar ingresos y que eso no necesariamente quiere decir que lo hagan de manera turbia o parcial, lo cierto es que los resultados que presentan muchas veces pueden depender de la metodología y a quién se las apliquen, incluyendo desde luego factores socioeconómicos o incluso gubernamentales.
Por ejemplo, no será lo mismo en esta elección particularmente donde existe tanta polarización aplicar una encuesta en el centro de la Ciudad de México, o aplicarla en un centro comercial de Interlomas. Los resultados aunque sean ciertos serán diferentes y la encuestadora en cierta forma estará cumpliendo con su credibilidad.
Tampoco es lo mismo preguntar por la popularidad o aprobación del presidente en turno como es el caso o preguntar por quién votarían en la próxima elección, porque la respuesta no necesariamente es la misma, podría ser que la votación no vaya acompañada de la aprobación, en cuyo caso el concluir quién ganaría la elección si fuera ese día, basado en la pregunta de “cuánto aprueba al presidente”, no es un dato de ninguna manera confiable.
En la opinión de esta columna, puede haber variantes muy importantes que engañen a la COMPETITIVIDAD de los propios candidatos y sus partidos.
Cuando analizamos un CONCENTRADO importante de distintas encuestadoras en donde puede haber (dependiendo de a cargo de qué empresa esté esta y cómo las haya aplicado) variantes de DIFERENCIAS en puntos.
En este caso de las DOS candidatas que tienen mayor posibilidad, que pueden fluctuar como ejemplo entre los 25 puntos porcentuales hasta 10 puntos o menos, tomando en cuenta 2 factores básicos: los votos duros de los que hablábamos o LEALES los votos ANTI de cada partido que ya tienen definido en esta ocasión por quién votarán y los que cada candidata o candidato vaya sumando.
Para eso es la campaña en una síntesis simple, pero objetiva. Sin embargo hay un mercado muy IMPORTANTE que podría definir la ELECCIÓN de 2024, son los que precisamente en las mismas encuestas aparecen como una gráfica negra o gris (casi siempre), LOS INDECISOS, que en apariencia pueden ser hasta 15% del electorado.
Estos son los “SWITCHERS”, a los que incluso el analista Gabriel González Molina define como los “S2”, a los que él se refiere como un segmento de ORFANDAD. Son los que que no se sienten identificados con ninguna de las corrientes y con ninguna de las propuestas: ni las del gobierno en turno, ni tampoco las de la oposición, en un ámbito estrictamente electoral, pero con el que hay que tener cuidado porque aparecen en la BARRA de los indecisos.
Coincidimos en que este SEGMENTO tiene particularmente una conciencia de análisis mucho más enfocada AL FUTURO, es decir, los “SWITCHERS S2”, en este análisis no quiere decir tampoco que sean neutrales, en realidad no lo son, van definiendo su voto según se acerca precisamente la elección, y pueden dar la SORPRESA desde un punto de vista de diferencias tal y como se tienen ahora.
Sin embargo paradójicamente este segmento de votantes que aún NO ESTÁN IDENTIFICADOS de manera real por las ENCUESTADORAS, excepto en la barra negra o gris de los que no han decidido, son precisamente el MERCADO al que hay que convencer, no solamente con críticas del pasado, sino con propuestas reales.
No les interesan ni les convencen temas políticos, ideológicos, de partido, de lealtades o de otra índole. Les interesan temas de vida, salud, desarrollo económico, empleo y desde luego de seguridad en su futuro.
Ese es el verdadero reto, convencer a los que faltan, no las encuestas afortunadamente, porque ahí es donde estará la competitividad electoral y en lo futuro de gobierno.
Hasta pronto.