Tamaulipas ya transita hacia una sociedad colaborativa, en la que, unidos, todos los sectores de la población con sus autoridades son capaces de sortear las grandes crisis y los retos que se presentan, como la reciente contingencia por la sequía y la falta de agua en el estado.
Por indicaciones del gobernador de Tamaulipas, doctor Américo Villarreal Anaya, los responsables de los organismos operadores de agua potable en la zona sur del estado, de los distritos de riego de El Mante y de Ébano, San Luis Potosí, así como la sociedad en su conjunto que tuvo que ver en esta contingencia recibieron un reconocimiento por parte del secretario de Recursos Hidráulicos para el Bienestar, Raúl Quiroga Álvarez, ante los esfuerzos que permitieron sortear la crisis del agua en nuestra zona conurbada.
No es asunto menor que, de la noche a la mañana, la zona prácticamente se quedó sin el abastecimiento de agua potable para la población y después de golpe y porrazo recibiera nuestra región los beneficios de las lluvias (como no se habían presentado en años) y en ello poder volver a contar con la operación normal de las Comapas de la zona.
La mañana del lunes, durante la ceremonia de honores a la bandera en Ciudad Victoria, el secretario de Recursos Hidráulicos reconoció la incansable labor que durante semanas, día y noche, realizaron los operadores del agua para abastecer y brindar el mejor servicio posible a la región.
Explicó el secretario que “llegó un momento que más de 800 mil tamaulipecos que viven en Tampico, Ciudad Madero y Altamira llegaron a tener cero agua. Entre todos elaboramos una serie de medidas extraordinarias y pudimos alargar lo poco que teníamos, estas acciones coordinadas que pudimos hacer.
Son héroes anónimos, hubo trabajos de más de 24 horas, el Gobernador hizo un recorrido, vio la cantidad de máquinas que traíamos trabajando, chalanes, dragas, excavadoras, retroexcavadoras montadas sobre chalanes, construimos literalmente una alberca mediante un tablestacado, porque la laguna se nos fue y tuvimos que estar bombeando hacia el sitio donde está la obra de toma para poderle llevar el agua a la ciudadanía, es decir, hubo meses de exhaustivo trabajo que finalmente se pudo concretar en que tuviéramos agua y pudimos sobrevivir al apocalipsis que se nos vino a la zona sur”, detalló.
Esto lo ponderó el gobernador Villarreal Anaya, al externar que “cada vez tenemos que ser más una sociedad participativa. Gracias a esa sociedad colaborativa, compañeros de los distritos de riego de El Mante y de Ébano, San Luis Potosí hoy tenemos capacidad para salir delante de los problemas”, externó.
Antes, Raúl Quiroga anunciaba que iniciaron los trámites para el trasvase de la presa “El Cuchillo” desde Nuevo León hacia Tamaulipas, destacó la aportación que tiene la presa “Marte R. Gómez”, el crecimiento en la presa “Vicente Guerrero”, gracias al paso de la tormenta tropical “Alberto”, así como la gradual recuperación de los niveles del sistema lagunario del sur del estado y agradeció la generosidad y la solidaridad de los distritos de riego que cedieron el agua del campo para el uso humano comparando: “Antes de Alberto llovió en 5 meses 45.6 milímetros y en 3 días de la tormenta tropical 178.1 milímetros y el agua sigue llegando, hay buenos pronósticos”, adelantó. Son sin duda grandes noticias pues ya desde el fin de semana la Comapa Sur que dirige Francisco González Casanova anunció que se reanudó el bombeo de agua de manera convencional ante la recuperación de los niveles en el sistema lagunario.
Otro anuncio lo hizo el alcalde de Altamira, Armando Martínez Manríquez, informando que ya fueron retiradas las bombas que se encontraban en el río Tamesí y que incorporaban volumen de agua hacia las bocatomas de Comapa Altamira, se trata de dos bombas de mil 600 litros por segundo que con un costo de 7.5 millones de pesos adquirieron, una el Municipio y otra la Asociación de Industriales del Sur de Tamaulipas.
Todo este panorama nos deja una serie de lecciones muy duras que tienen que ver con la importancia de colaborar entre todos para buscar soluciones. Así lo hizo el Gobierno federal, con el estatal y los municipales, con los empresarios e industriales, con los organismos operadores del agua y con los distritos de riego que destinaron su agua para el campo a fin de cederla al uso humano, todos unidos en una sola causa.
Al final la naturaleza hizo su parte y volvimos a tener agua, pero la lección más dura es que todos debemos cuidar del recurso, sabiendo ya lo que puede llegar a suceder si nos quedamos sin ella. No cuidar el agua significaría volver a los tandeos, a la distribución por pipas, al llenado de tinacos y hasta de cubetas para poder satisfacer la necesidad básica del vital líquido. Ojalá todos hayamos aprendido la lección.
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