/ sábado 23 de diciembre de 2023

Hablemos de tecnología | Efecto Matryoshka


“El que compra lo que no necesita,

se roba a sí mismo”

Proverbio sueco

Existen grandes emprendimientos que se dedican a la reventa, pero en un mundo en donde todo está ya disponible en unos clics, solo las empresas que crean propuestas de valor, productos originales y manufacturan prevalecerán en el tiempo, las demás, solo serán como una muñeca rusa, engrosando el precio cada vez que algo cambia de intermediario.

Amigo lector, de manera personal y con la venia de esta maravillosa Casa Editorial que es Organización Editorial Mexicana y el mejor periódico, por supuesto, usted lo sabe, EL SOL DE TAMPICO, aprovecho para desearle a usted y su distinguida familia unas felices fiestas llenas de paz y muchas sonrisas; DIOS bendiga a sus familias grandemente.

Una vez escrito esto, vayamos al tema. ¿Alguna vez se ha preguntado por qué los precios de ciertos productos importados en México y América Latina parecen inflarse como una muñeca rusa Matryoshka, creciendo a cada paso de su viaje desde la fábrica hasta sus manos? Este fenómeno, conocido como el "Efecto Matryoshka" -bautizado por su servidor-, revela una realidad preocupante sobre la cadena de suministro y la reventa en nuestra región.

Recientes estudios (2023) realizados por HootSuite ® muestran que los productos importados, especialmente los provenientes de China, pueden llegar a costar hasta 300% más de su precio original debido a los numerosos intermediarios.

Y mucho atiende, estimado lector, a la enorme facilidad que se tiene hoy en día para comprar barato y revender caro; a esta práctica se suman dos gigantes que actualmente protagonizan una guerra por el control de los casi 7 billones de dólares -billones latinos, leyó bien- que genera el comercio minorista a través de aplicaciones.

Plataformas como Shein y Temu, conocidas por su ropa a precios irrisorios, se ven desde hace meses envueltas en una batalla legal en EE.UU., destacando la complejidad de este mercado. Shein y Temu, dos gigantes del comercio electrónico, ofrecen vestidos a 10 dólares y tops a 5 dólares, pero ¿cuál es el costo real de estos productos una vez que llegan a manos de los consumidores latinoamericanos? A menudo, encontramos estos mismos artículos en redes sociales y sitios de reventa con precios significativamente más altos. Este sobreprecio no solo afecta el bolsillo del consumidor, sino que también plantea interrogantes sobre la transparencia y ética en la cadena de suministro.

La reventa a través de internet y redes sociales ha transformado la manera en que interactuamos con los productos importados. Un informe de la Cámara de Comercio Electrónico en México indica que el 40% de los consumidores han adquirido productos reimportados a través de redes sociales, pagando un sobreprecio considerable. Esta práctica no solo afecta la economía de los consumidores, sino que también plantea desafíos en términos de garantías y calidad del producto.

Mientras tanto, la batalla legal entre Shein y Temu se centra en acusaciones de prácticas comerciales desleales y engañosas. Shein acusa a Temu de utilizar influencers para desacreditar su marca, mientras que Temu se defiende alegando su derecho a competir en el mercado. Esta disputa destaca la importancia de la propiedad intelectual y la ética en el marketing online. Y si a esto le sumamos malas prácticas como el dumping, los más afectados terminan siendo los comerciantes formales y consumidores de los países destino de estas mercancías.

Como consumidores, tenemos el poder y la responsabilidad de entender el impacto de nuestras decisiones de compra. La pregunta clave aquí es: ¿Estamos dispuestos a pagar un precio inflado por la conveniencia, o buscamos maneras más éticas y sostenibles de consumir?, sin duda la fortaleza más grande de una economía es el equilibrio, consumamos novedades, las navidades se prestan, pero no olvidemos la producción local, las familias lo necesitan.

El Efecto Matryoshka es un recordatorio de que el precio final de un producto no solo refleja su valor material, sino también el complejo entramado de intermediarios y prácticas de mercado que influyen en su costo. Como consumidores informados, debemos ser críticos y conscientes de dónde y cómo gastamos nuestro dinero.

Amigo lector, le invito a reflexionar sobre este tema. Al entender mejor cómo funcionan estas dinámicas, podemos tomar decisiones más informadas y, con suerte, influir en un cambio positivo en la industria. Y de nueva cuenta me despido de esta edición deseándole lo mejor a usted y a su familia, recuerde, es Navidad no Vanidad, y el mejor regalo es la bendición de estar juntos con los que amamos más, dedicado a mis niños Estefanía y Eduardo. ¡Feliz Navidad!.

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