Una reciente publicación del New England Journal of Medicine hace referencia a la posibilidad de detectar Alzheimer de forma más temprana, una enfermedad que ocasiona pérdida de la memoria y otras funciones cerebrales. Esto abre la posibilidad de intervenciones más oportunas para mejorar la calidad de vida de los pacientes que viven con la enfermedad y sus familias.
Estos biomarcadores se presentan como una prueba prometedora para cambiar la forma en que se diagnostica y trata el Alzheimer, especialmente en consultas de medicina de primero y segundo nivel de atención.
Estas pruebas son sustancias que se encuentran en la sangre y que pueden indicar si algo sugiere la presencia de probable enfermedad de Alzheimer, estas pueden ser la proteína beta amiloide (A40 y A42) y tau fosforilada (p-tau). Estas sustancias se acumulan en el cuerpo de las personas formando placas que dañan las neuronas nerviosas. Algunas de las ventajas de estas pruebas es que son fáciles de obtener, menos invasibas y más fáciles de usar a diferencia de la toma de líquido cefalorraquideo o los estudios de imagen del cerebro.
Estas pruebas también se detectan de forma más temprana incluso años antes de que aparezcan los síntomas, así mismo ayuda a ver la progresión de la enfermedad en el tiempo y evaluar la respuesta al tratamiento.
Al ser una prueba relativamente fácil estos marcadores pueden utilizarse para detectar la población susceptible de tener Alzheimer. Si los resultados de estas pruebas son positivos los pacientes pudieran ser derivados para una evaluación más detallada. A nivel de la especialidad de neurología estas pruebas le pudieran ayudar al especialista a confirmar el diagnóstico y personalizar el tratamiento del paciente. Todo esto en combinación de otras pruebas neuropsicológicas y estudios de imagen como anteriormente comentamos.
Estas nuevas pruebas sin duda cambiarán la evolución de esta temible enfermedad pero se requiere capacitación en el personal de salud para su utilización, la derivacion temprana de los pacientes con el especialista y aún más investigación al respecto. En el futuro nuevos descubrimientos y tecnologías, como la inteligencia artificial, plantean mejorar más su precisión. En el futuro podría ser común utilizar estos marcadores para la deteccion de Alzheimer.
En conclusión estas pruebas sanguíneas para detectar Alzheimer en las consultas médicas representan un cambio de paradigma en la atención del médico de primer y segundo contacto, permitirá mediante una detección temprana y un seguimiento específico mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.