/ domingo 24 de noviembre de 2024

Hablando de medicina y salud / El cortisol, la hormona que controla nuestro metabolismo

En el vasto escenario de funciones que realiza nuestro organismo para mantenerse equilibrado, el cortisol es una hormona indispensable. Aunque muchos la conocen como la “hormona del estrés”, es mucho más que un simple regulador de la presión y la ansiedad. Es, en esencia, uno de los principales gestores de nuestro metabolismo. ¿Qué significa esto? Que su función incluye cómo almacenamos y utilizamos la energía necesaria para el día a día.

El cortisol, producido en la glándula suprarrenal situada sobre los riñones, es una hormona multitarea que sigue un ritmo conocido como circadiano. Este ciclo está influenciado por la luz solar, lo que provoca que sus niveles sean más altos por la mañana y más bajos por la noche. Actúa como un mecanismo eficiente diseñado para liberar energía almacenada, ajustar las funciones corporales y responder ante situaciones inesperadas.

Sin embargo, como sucede con cualquier sistema del cuerpo, el equilibrio es clave. Cuando los niveles de cortisol se mantienen constantemente altos, pueden tener efectos negativos, como el aumento de peso (especialmente grasa abdominal), y elevar el riesgo de padecer diabetes. Por otro lado, los niveles bajos de cortisol también son problemáticos: pueden provocar fatiga constante, reducción de energía y una mayor dificultad para manejar el estrés.

Entonces, ¿cómo podemos regular el cortisol? La clave está en adoptar hábitos saludables como practicar ejercicio regular y moderado, seguir una dieta equilibrada y garantizar un descanso adecuado. Además, es fundamental mantener un equilibrio emocional y aprender a gestionar nuestras emociones mediante actividades como la meditación o el yoga. Y, si los síntomas persisten, no debemos dudar en acudir al médico.

Es tentador demonizar al cortisol, pero en realidad, esta hormona es esencial para nuestro organismo. Su mala fama solo aparece cuando está desregulada, ya sea por exceso o por defecto. Como todo en la vida, es necesario mantenerla en equilibrio. Aprender a cuidar nuestros niveles de cortisol no solo beneficia a nuestro organismo, sino que nos permite ser más resilientes frente a los retos diarios.

Nuestro cuerpo es sabio, pero necesita nuestra colaboración para mantenerse saludable. Alimentémonos bien, hagamos ejercicio y gestionamos nuestras emociones para reducir el estrés. Solo así el cortisol podrá cumplir su función principal: cuidarnos.

En el vasto escenario de funciones que realiza nuestro organismo para mantenerse equilibrado, el cortisol es una hormona indispensable. Aunque muchos la conocen como la “hormona del estrés”, es mucho más que un simple regulador de la presión y la ansiedad. Es, en esencia, uno de los principales gestores de nuestro metabolismo. ¿Qué significa esto? Que su función incluye cómo almacenamos y utilizamos la energía necesaria para el día a día.

El cortisol, producido en la glándula suprarrenal situada sobre los riñones, es una hormona multitarea que sigue un ritmo conocido como circadiano. Este ciclo está influenciado por la luz solar, lo que provoca que sus niveles sean más altos por la mañana y más bajos por la noche. Actúa como un mecanismo eficiente diseñado para liberar energía almacenada, ajustar las funciones corporales y responder ante situaciones inesperadas.

Sin embargo, como sucede con cualquier sistema del cuerpo, el equilibrio es clave. Cuando los niveles de cortisol se mantienen constantemente altos, pueden tener efectos negativos, como el aumento de peso (especialmente grasa abdominal), y elevar el riesgo de padecer diabetes. Por otro lado, los niveles bajos de cortisol también son problemáticos: pueden provocar fatiga constante, reducción de energía y una mayor dificultad para manejar el estrés.

Entonces, ¿cómo podemos regular el cortisol? La clave está en adoptar hábitos saludables como practicar ejercicio regular y moderado, seguir una dieta equilibrada y garantizar un descanso adecuado. Además, es fundamental mantener un equilibrio emocional y aprender a gestionar nuestras emociones mediante actividades como la meditación o el yoga. Y, si los síntomas persisten, no debemos dudar en acudir al médico.

Es tentador demonizar al cortisol, pero en realidad, esta hormona es esencial para nuestro organismo. Su mala fama solo aparece cuando está desregulada, ya sea por exceso o por defecto. Como todo en la vida, es necesario mantenerla en equilibrio. Aprender a cuidar nuestros niveles de cortisol no solo beneficia a nuestro organismo, sino que nos permite ser más resilientes frente a los retos diarios.

Nuestro cuerpo es sabio, pero necesita nuestra colaboración para mantenerse saludable. Alimentémonos bien, hagamos ejercicio y gestionamos nuestras emociones para reducir el estrés. Solo así el cortisol podrá cumplir su función principal: cuidarnos.