La salud sexual de la mujer es un tema tabú aun en algunas regiones, no por ello menos importante y crucial para el bienestar y salud mental de la mujer; no solo afecta la calidad de vida, sino también tiene un impacto en las relaciones familiares e interpersonales. Se hace indispensable que hablemos del tema y tomemos las medidas necesarias para asegurar que las mujeres reciban el tratamiento adecuado para enfrentar esta situación.
La disfunción sexual se refiere a la alteración persistente en cualquiera de las etapas de la respuesta sexual, lo que incluye el deseo, la excitación, el orgasmo o el dolor durante el coito. Suele manifestarse de diferentes maneras desde la falta de interés en el sexo, dificultad para mantener o alcanzar la excitación o problemas para alcanzar el orgasmo o incluso dolor durante las relaciones sexuales.
Es importante señalar que no existe definición universal de lo que constituye una función sexual “normal” ya que cada individuo tiene sus propias expectativas y experiencias; pero cuando estas dificultades producen ansiedad o insatisfacción es indispensable buscar ayuda.
Debemos tener en consideración que los factores emocionales, psicológicos y sociales son importantes, no solo se trata de una situación física. Las mujeres que viven con esta situación sufren en silencio y debemos luchar por vencer estas barreras, ya que el efecto sobre la calidad de vida es significativo como el de las enfermedades crónicas como la diabetes, obesidad o dolor de espalda.
No olvidemos que estos problemas incluso es un factor condicionante de la ruptura de la dinámica familiar, generar tensiones y malentendidos que podrían haberse evitado con una comunicación abierta y empática.
Es necesario que la mujer aborde este tema con su médico y el medico debe prestar el interés necesario para ofrecer opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de la mujer. Debemos además prestar especial atención a factores como el estrés, la falta de sueño, el consumo de alcohol y ciertos medicamentos que pueden contribuir a la disfunción sexual. Tenemos que procurar un estilo vida que promueva un bienestar general.
No te olvides que puede apoyarte de un psicólogo ya que la salud mental juega un papel crucial en la función sexual. Si estás pasando por problemas emocionales el buscar ayuda especializada en salud sexual puede ayudarte mucho.
Existen diferentes opciones de tratamiento; aunque los estrógenos no es un tratamiento para la disfunción sexual generalizada, se debe considerar para los síntomas de la menopausia. En el 2018 la FDA advirtió evidencia insuficiente para el uso del láser de erbio y dióxido de carbono para el dolor durante el coito. La flibanserina y la bremelanotida están aprobadas en los Estados Unidos para el tratamiento de mujeres premenopáusicas con disfunción del deseo sexual hipoactiva generalizada y adquirida.
Es controversial es uso de testosterona en parches y gel en el manejo de las pacientes con menopausia no quirúrgico incluso fue retirado de la unión europea por su falta de datos de seguridad a largo plazo.
Es necesario abordar estos asuntos de forma empática con las mujeres, establecer diagnóstico de disfunción del deseo sexual, abordar cualquier problema físico, psicosocial y analizar las opciones de tratamiento. Este padecimiento pone de relieve la insuficiencia actual de opciones de tratamiento para las mujeres con disfunción sexual. Apoyemos a nuestras mujeres y luchemos porque se rompa el silencio.