A todos o a casi a todos nos gustan los animales silvestres, por consiguiente intentamos ayudar cuando notamos que están sufriendo o se encuentran en peligro

Pero existen líneas que no se deben de cruzar, el contacto con la fauna silvestre tiene que hacerse con conciencia y conocimiento, ya que en muchas ocasiones, por no decir en la gran mayoría, complicamos la situación, arriesgando la integridad del rescatador y del rescatado.

Pero médico ¿entonces no hay que ayudar?

Se puede auxiliar, cuándo el espécimen se encuentra en una situación de mucho riesgo, como accidentes, ataques de animales domésticos, daño físico invalidante, o que se encuentre atrapado en algún sitio del cual no pueda salir por medios propios.

Es importante saber, a que organismo se está “ayudando” hay casos en los que encontramos a un bebé de cualquier especie, y nuestro instinto es tomarlo y llevarlo con nosotros, pero en muchos casos no es necesario hacerlo, o termina falleciendo por nuestra inexperiencia en su alimentación o cuidados.

La gran mayoría de mamíferos regresan en busca de sus crías, siempre y cuando no existan humanos o animales domésticos en el área, en cuanto a las aves, hay muchas que hacen los nidos en los arbustos o en la tierra como los tecolotillos, y nosotros al ver a un pequeñín saltando solo, lo atrapamos pensando que está en abandono, pero lo más probable es que esté aprendiendo a volar, y su nido se encuentre en la zona, otro caso muy común son las pequeñas iguanas, las encontramos en nuestra casa o jardín, y las capturamos según nosotros ayudándola, y comenzamos a dar alimentos no apropiados y alejándolas del sol, causando un serio daño o la muerte, lo más prudente en estos casos es buscar áreas de mangle o arboladas para hacer la liberación en el menor tiempo posible.

Y ¿qué pasa con las ardillas, mapaches, tejones, tlacuaches que nos encontramos?

Como mencioné anteriormente, si están en mala condición se pueden auxiliar con mucha precaución, o llamar a personal capacitado en manejo de fauna, sí son cachorros buscar asesoría de cuál es la mejor forma de regresarlos con su familia, ya sea dejándolos en una caja en área segura, siempre supervisando que no existan depredadores domésticos y esperar a distancia prudente, que los chillidos de los cachorros sean escuchados por los padres, esto también funciona en aves.

Un porcentaje muy alto resulta favorable y así dejamos que las especies sigan su ciclo natural, evitando que los pequeños rescatados se humanicen y posterior sea muy difícil o imposible su liberación.

La intervención del humano con las especies silvestres tiene que ser bien comprendida o la buena intención pasa a ser catastrófica. Podemos buscar información de la especie encontrada en Internet o con especialistas en fauna silvestre, antes de interactuar evitando accidentes, contagios de enfermedades causadas por zoonosis, rescates innecesarios o muerte de organismos, solo por desconocimiento.

Hagamos que nuestra buena intención sea basada en conocimiento, así ayudamos realmente a nuestros queridos hermanitos sin dañarlos. Es fundamental conocer, entender para así, poder cuidar nuestra naturaleza con la menor intervención.

O ¿Usted qué opina?

Regeneración 19.