En mi corta carrera, aprendí que existen dos tipos de jefes:
Aquellos que me enseñaron lo que no quiero ser.
* Buscaban culpar a otros, en vez de aceptar su error; afectando con ello un principio de liderazgo fundamental: el de asumir la responsabilidad sea cual fuere el resultado del equipo.
* Abusaban de su posición por falta de ética; no hay nada más vergonzoso y que hable mal de un profesional que abusar de una posición, la cual, no es de por vida.
* Creaban competencia y rivalidad en el equipo; sencillamente se trata de unir para fortalecer, cualquier otra cosa debilita al equipo de trabajo.
El mejor aprendizaje que me pudieron dejar fue que no quiero ser como ellos.
Aquellos que me mostraron qué significa el liderazgo.
* Creyeron en mí (incluso cuando yo no); créeme, esta acción vale más que mil palabras.
* Me dieron una oportunidad y vieron más allá de un currículum; hay muchas personas audaces, capaces y con fortaleza para lograr grandes metas, el voto de confianza va mucho más allá de un título universitario o un CV.
* Me ayudaron a convertirme en mejor persona y profesional; un líder, inspira, no manda, enseña, no da órdenes simplemente, y sobre todo…transforma.
A estos jefes son los que más recordamos.
Son los jefes que impactan nuestra vida de una manera positiva, pues son los que dejan una huella que nos marca para siempre.
No es necesario que los equipos aprendan a la mala qué sí es liderazgo y qué no.
Capacitemos a los líderes para que construyan equipos fuertes y que no destruyan carreras.
Déjales una huella, no una cicatriz.
Te agradezco mucho tus comentarios y sugerencias sobre posibles temas a tratar en este espacio, recuerda compartirla y hacer más grande la comunidad de emprendedores que aprenden.
Regeneración 19
Consultor empresarial y asesor inmobiliario.
Fundador de la firma CSMX PARTNERS
Coordinador Estatal de la Red Jóvenes Políticos de las Américas OEA en Tamaulipas
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