Wilhelm Conrad Roentgen nació el 27 de marzo de 1845, en Lennep, Alemania. Hijo único de un comerciante de telas; cuando tenía tres años, su familia se mudó a Apeldoorn, en Los Países Bajos. Aunque no mostró aptitudes sobresalientes en la escuela, desde muy pequeño destacó por su capacidad para construir artefactos mecánicos.
Ingresa a la Escuela Técnica de Utrecht en 1862, sin embargo, poco después lo acusan de dibujar una caricatura de un profesor –algo que al parecer no hizo– y es expulsado. En 1865 entró a la Universidad de Utrecht, pero no lo aceptaron como alumno regular, sólo como oyente. Por lo tanto, ese mismo año presenta el examen de admisión en el Politécnico de Zúrich, y es aceptado en la carrera de ingeniería mecánica. En 1868 se gradúa y un año después obtiene el doctorado.
EL PROFESOR
A partir de su egreso de la universidad, Roentgen se dedica a trabajar como profesor y a realizar investigación científica en varios centros, como la Universidad de Wurzburgo y la Universidad de Estrasburgo. En 1900, a petición del gobierno de Baviera, acepta un puesto en la Universidad de Múnich. El trabajo de Roentgen se centró principalmente en cuestiones relacionadas con termodinámica, mecánica de fluidos y electromagnetismo.
Roentgen se casó con Ana Bertha Ludwig –a quien conoció en un café que administraba su padre–, en 1872, en Apeldoorn. Aunque la pareja no tuvo hijos, adoptaron a su sobrina de seis años, hija del único hermano de su esposa.
LOS RAYOS CATÓDICOS
Durante la segunda mitad del siglo XIX varios científicos realizaron investigaciones sobre el fenómeno de los rayos catódicos. Estos rayos consisten en un haz de electrones, el cual fluye dentro de un tubo al que se le ha extraído el aire. Se colocan dos terminales eléctricas, el cátodo y el ánodo, y se le aplica un voltaje, con lo que se origina el flujo eléctrico.
Una de las características que observaron, fue que el rayo podía ser desviado por un campo magnético. Entre los científicos que trabajaron en este aparato, se encontraba Joseph John Thomson, cuya investigación lo condujo al descubrimiento del electrón. Podemos comentar que el tubo de rayos catódicos es la base de operación del cinescopio, con lo que se fabricaron los televisores durante décadas, hasta la aparición de los modernas pantallas de leds.
LOS RAYOS X
Roentgen también se dedicó a estudiar los rayos catódicos y, después de varios experimentos, el ocho de noviembre de 1895 decidió cubrir el tubo con cartón negro y trabajar en un cuarto completamente oscuro. Descubrió que al aplicar voltaje al tubo, un mineral que tenía en el cuarto se iluminaba. Por lo tanto, dedujo que existía una radiación que era capaz de atravesar la cubierta e impactar el mineral, lo que ocasionaba que emitiera luz.
Debido a que no podía explicar la naturaleza de la radiación, los llamó simplemente “rayos X”. Posteriormente, colocó una placa fotográfica y le pidió a su mujer que pusiera su mano. El resultado fue que en la fotografía quedó grabada perfectamente la estructura ósea, con todos los huesos de su mano claramente identificables, e incluso su anillo de matrimonio.
Roentgen vio el uso inmediato que podía tener su invento en la medicina, por lo que presentó sus resultados en el artículo “Sobre una nueva clase de rayos”, en la revista de la Sociedad Físico-Médica de Wurzburgo. En enero de 1896 realizó la presentación de su invento ante la comunidad científica, con lo que se propuso llamar a este fenómeno como los “rayos Roentgen”; sin embargo, nunca aceptó ese nombre y pidió que se le siguieran llamando rayos X.
El aparato de rayos X desarrollado por Roentgen representó un avance de valor incalculable en la medicina, ya que por primera vez en la historia era posible observar el interior del cuerpo humano sin necesidad de realizar una cirugía. Su uso se volvió masivo en muy poco tiempo, y fue muy importante en el tratamiento de los soldados heridos en las guerras. Un punto muy importante a mencionar, y que nos habla de la calidad humana de Roentgen, es que se negó a patentar su invento, ya que pensaba que algo así debía estar disponible para toda la humanidad, además de que buscó que se desarrollaran rápidamente los equipos de rayos X a bajo costo. Esto con el fin de atender al mayor número de personas en todo el mundo.
Posteriormente, se descubrió que los rayos X son ondas electromagnéticas, como la luz visible o las ondas de radio, sólo que a diferente frecuencia. Estos rayos despertaron rápidamente la imaginación de los escritores –hasta a Superman se le dotó con este poder– y se empezaron a utilizar sin control alguno, hasta que varios años después se descubrieron los efectos dañinos en la salud que podía tener su uso desmedido.
EL LEGADO
Recibió varios reconocimientos, entre ellos un doctorado honorario en medicina; sin embargo, rechazó un título nobiliario. En 1901 se le concedió el primer Premio Nobel de Física y, de acuerdo con sus ideales, donó el monto del premio a su universidad. El número de vidas salvadas gracias al invento de Roentgen es incalculable, pero como ya lo comentamos, rechazó cualquier beneficio económico por ello. Esto tuvo consecuencias graves, ya que al momento de fallecer, se encontraba en bancarrota, debido a la inflación desmedida que se dio en Alemania después de la Primera Guerra Mundial.
Wilhelm Conrad Roentgen falleció el 10 de febrero de 1923, en Múnich, Alemania, víctima de cáncer. Queda aquí el reconocimiento para este gran científico que ha contribuido al diagnóstico correcto de millones de casos médicos.
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