/ miércoles 28 de diciembre de 2022

El espectador | Cuando el Covid se usó como pretexto para cerrar fronteras

El gran flujo de migrantes que continúan llegando a la frontera de Estados Unidos continuará bloqueado, en medio de las heladas de algunos estados y fuertes tormentas con muertos en otros, pues la Corte Suprema del país del norte determinó que seguirá vigente el Título 42 y eso implica que las personas que intenten ingresar ilegalmente a la nación de los McDonald ́s y Disney seguirán siendo expulsadas a México o sus países de origen.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos lanzó el aviso ayer por la tarde, luego de que circuló por todos lados la nota de portada del New York Post y canales de noticias que antes estaban alineados a Donald Trump repetían de los riesgos que dejar entrar a esa marea de humanos persiguiendo el sueño americano.

Maryann Martínez, reportera del New York Post, reveló ayer que en medio del desierto de Texas, una carpa gigante, una especie de casa de campaña más grande que un campo de la NFL, se instaló para funcionar como centro de procesamiento de migrantes, en espera de que en cualquier momento (esperaban ayer por la mañana) se finalizara el Título 42. La Border Patrol, recuerda Martínez, tiene un centro de procesamiento en El Paso, pero no es suficiente para la demanda que esperan, de unos cinco mil migrantes por día entrando a Estados Unidos desde México.

“La gente no debería escuchar las mentiras de los traficantes que se aprovechan de los migrantes vulnerables, poniendo en riesgo sus vidas. La frontera no está abierta y continuaremos aplicando plenamente nuestras leyes de inmigración”, advirtió el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, que encabeza Alejandro Mayorkas. “Continuaremos administrando la frontera, pero lo hacemos dentro de las limitaciones de un sistema de inmigración de décadas de antigüedad que todos están de acuerdo en que no funciona. Necesitamos que el Congreso apruebe la legislación de reforma migratoria integral que propuso el presidente Biden el día que asumió el cargo”.

En ese sentido, el Servicio de Investigación del Congreso de EU publicó el viernes pasado un documento en el que se recuerda que desde 1893 la ley federal de salud pública ha autorizado a ciertos funcionarios federales a prohibir la entrada de personas y bienes del exterior para detener la introducción de enfermedades transmisibles de ciertos países.

“Rara vez se ha invocado esta autoridad para restringir la entrada debido a enfermedades transmisibles. Antes de la invocación de la autoridad del Título 42 en respuesta a la pandemia de Covid-19, quizás el caso anterior más notable en el que se ejerció dicha autoridad ocurrió en 1929, cuando el presidente Herbert Hoover invocó la autoridad bajo el estatuto precursor de la Sección 265 para restringir los viajes desde ciertos países durante un brote de meningitis”, recuerda la abogada Kelsey Y. Santamaria.

Luego de algunas reflexiones, señala que alternativamente el Congreso puede desear que el poder ejecutivo continúe teniendo amplia discreción para responder a situaciones de rápido desarrollo que involucren enfermedades transmisibles. Algunas propuestas, agrega, implican no dejar entrar bajo este argumento a ningún migrante hasta el 1 de febrero de 2025. Por lo pronto, como dicen las autoridades migratorias, los traficantes siguen esparciendo mentiras y llevando hasta la frontera a familias completas que esperan empeñar su patrimonio con ellos, para comprar un mejor futuro falso.


El gran flujo de migrantes que continúan llegando a la frontera de Estados Unidos continuará bloqueado, en medio de las heladas de algunos estados y fuertes tormentas con muertos en otros, pues la Corte Suprema del país del norte determinó que seguirá vigente el Título 42 y eso implica que las personas que intenten ingresar ilegalmente a la nación de los McDonald ́s y Disney seguirán siendo expulsadas a México o sus países de origen.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos lanzó el aviso ayer por la tarde, luego de que circuló por todos lados la nota de portada del New York Post y canales de noticias que antes estaban alineados a Donald Trump repetían de los riesgos que dejar entrar a esa marea de humanos persiguiendo el sueño americano.

Maryann Martínez, reportera del New York Post, reveló ayer que en medio del desierto de Texas, una carpa gigante, una especie de casa de campaña más grande que un campo de la NFL, se instaló para funcionar como centro de procesamiento de migrantes, en espera de que en cualquier momento (esperaban ayer por la mañana) se finalizara el Título 42. La Border Patrol, recuerda Martínez, tiene un centro de procesamiento en El Paso, pero no es suficiente para la demanda que esperan, de unos cinco mil migrantes por día entrando a Estados Unidos desde México.

“La gente no debería escuchar las mentiras de los traficantes que se aprovechan de los migrantes vulnerables, poniendo en riesgo sus vidas. La frontera no está abierta y continuaremos aplicando plenamente nuestras leyes de inmigración”, advirtió el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, que encabeza Alejandro Mayorkas. “Continuaremos administrando la frontera, pero lo hacemos dentro de las limitaciones de un sistema de inmigración de décadas de antigüedad que todos están de acuerdo en que no funciona. Necesitamos que el Congreso apruebe la legislación de reforma migratoria integral que propuso el presidente Biden el día que asumió el cargo”.

En ese sentido, el Servicio de Investigación del Congreso de EU publicó el viernes pasado un documento en el que se recuerda que desde 1893 la ley federal de salud pública ha autorizado a ciertos funcionarios federales a prohibir la entrada de personas y bienes del exterior para detener la introducción de enfermedades transmisibles de ciertos países.

“Rara vez se ha invocado esta autoridad para restringir la entrada debido a enfermedades transmisibles. Antes de la invocación de la autoridad del Título 42 en respuesta a la pandemia de Covid-19, quizás el caso anterior más notable en el que se ejerció dicha autoridad ocurrió en 1929, cuando el presidente Herbert Hoover invocó la autoridad bajo el estatuto precursor de la Sección 265 para restringir los viajes desde ciertos países durante un brote de meningitis”, recuerda la abogada Kelsey Y. Santamaria.

Luego de algunas reflexiones, señala que alternativamente el Congreso puede desear que el poder ejecutivo continúe teniendo amplia discreción para responder a situaciones de rápido desarrollo que involucren enfermedades transmisibles. Algunas propuestas, agrega, implican no dejar entrar bajo este argumento a ningún migrante hasta el 1 de febrero de 2025. Por lo pronto, como dicen las autoridades migratorias, los traficantes siguen esparciendo mentiras y llevando hasta la frontera a familias completas que esperan empeñar su patrimonio con ellos, para comprar un mejor futuro falso.


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