/ domingo 1 de septiembre de 2024

El cumpleaños del perro / Tres churros del más allá

La memoria del espectador de cine es, al parecer, cada vez más corta. ¿Acaso será que eso es precisamente el éxito de buena parte de las plataformas de streaming cuando “suben” o incluyen en sus listas de contenidos películas que pasaron sin pena ni gloria en taquilla y que se convierten en top?

Hace veinte años se estrenaron tres filmes de terror que hoy navegan en las más profundas aguas del olvido a no ser porque han sido rescatadas por las plataformas de streaming de marras.

La maldición (The Grudge) / EUA-2004. Insertada dentro de una moda llamativa: las adaptaciones de filmes de terror japoneses al cine de Hollywood, La maldición (al igual que El aro y Llamada perdida) parte de una premisa imprevista: el terror no requiere del todo ser razonado.

Escrita y dirigida (en ambas versiones) por Takashi Shimizu, La maldición cuenta la historia de una casa maldita, embrujada, donde sus habitantes han muerto de manera espeluznante debido a dos presencias fantasmales: una madre y su hijo quienes fueron asesinados injustamente.

Karen/ Sarah Michelle Gellar, una estudiante americana de intercambio, advertirá que en dicha casa hay un misterio horrendo. Indagando pistas, Karen escudriñará en el suicidio de un profesor (Bill Pullman), así como en el secreto de una infidelidad.

Producida por Sam Raimi (El despertar del diablo/ 1982, Spiderman/ 2002), La maldición es un novedoso y bien llevado relato de terror. A pesar del motivo del miedo (una mujer con los cabellos cubriéndole el rostro, al igual que en El aro), la película no se aferra a explicar causales sino a explotar el instinto, la irracionalidad de lo sobrenatural.

El hecho de que el director de la versión original sea el mismo de este remake, le da al filme una coherencia narrativa sin saltos en el guion ni en la disminución del terror psicológico

Voces del más allá (White Noise)/ EUA-2005. Después de Batman/ 1989, la estupenda versión de Tim Burton del personaje de Bob Kane, Michael Keaton había deambulado en esa época por filmes sin importancia y acaso olvidables.

Insertado en una historia de terror Keaton es, en Voces del más allá, Jonathan, un arquitecto que ha perdido a Anna/ Chandra West, su mujer, quien muere en un extraño accidente automovilístico.

Embargado por la pena -y con un hijo de su anterior fracasado matrimonio-, Jonathan intenta seguir con su vida hasta que, de pronto, recibe la visita de un tipo (Ian McNeice). Este le informa que ha recibido un mensaje “del más allá” de Anna a través del EVP (Fenómeno de Voz Electrónica), un proceso mediante el cual los muertos se comunican usando la grabación de sus voces.

Al principio Jonathan creerá que todo es una locura, pero se irá adentrando en ese extraño fenómeno (el EVP) y descubrirá cosas espeluznantes: los muertos (al igual que en El sexto sentido/ 2000, de M. Night Shyamalan) quieren comunicarse con los vivos para contar de su verdadera muerte.

De mano del director Geoffrey Sax (sin filmografía llamativa) Voces del más allá se convierte en un intento frustrado por contar una sofocante cinta de terror a partir de un punto atractivo y original: la grabación de sonidos, de voces de personas muertas.

Ni la rutinaria actuación de Keaton, ni ciertos momentos sorpresivos de terror logran darle al filme continuidad y densidad. Es una lástima que Voces del más allá se pierda en un thriller facilón y soso al intentar solucionar la muerte de Anna (que no es el punto central del film)…

Mente siniestra (Hide and Seek)/ 2004. Ya desde principio de este siglo, Robert De Niro había dejado de preocuparse por la apuesta estética y la búsqueda del perfeccionamiento histriónico, tan caros en sus trabajos al lado de Martin Scorsese (Taxi Driver, Toro salvaje, Casino, Cabo de miedo), apostándole, en cambio, aun cine abiertamente comercial que solo se justifican en la enorme popularidad del actor: Showtime/ 2001, La familia de mi novio/ 2002, Los Fockers/ 2004, entre otros. Sin lugar a dudas, De Niro es una de las presencias fílmicas importantes del cine contemporáneo.

Mente siniestra es un thriller dirigido por John Polson (Misión imposible 2), con la actuación de la estupenda entonces niña actriz Dakota Fanning (Yo soy Sam/ 2002, Hombre en llamas/ 2004), el filme cuenta la historia de Emily (Fanning), una pequeña que sufre el trauma del suicidio de su madre.

Después de este evento, el doctor Calaway/ De Niro decide llevar a su hija Emily a una cabaña a las afueras de Nueva York para completar la terapia, bajo la asesoría a distancia de Susan/ Famke Janssen, la amiga psicóloga de los Calaway. En la casa sucederán eventos que indicarán una presencia ultraterrena: Charlie, el amigo imaginario de Emily.

Una vecina (Elizabeth Shue) y su sobrina congenian con los Calaway, pese a la conducta distante y sombría de Emily, quien acusa a su padre de la muerte de su madre.

Las vueltas de tuerca se activan: Emily dice que su amigo Charlie habita con ella en su cuarto y en el sótano. Calaway investigará y descubrirá algo terrible: el cadáver de la vecina en la bañera. Un vecino oye ruidos y avisa al sheriff del pueblo. Al acudir el policía a la casa de los Calaway será asesinado por Charlie.

Susan llega a la casa para saber cómo está Emily y será atacada por Charlie, quien intenta ahora matar a Emily. Lo siniestro del asunto es que Charlie es el mismo doctor Calaway.

La enésima visita al clásico de la literatura fantástica El Doctor Jekyll y Mr. Hyde, de Stevenson, es llevada en Mente siniestra a niveles de franco cliché. Es un filme que recuerda más a otros títulos (El sexto sentido/ 2000, Identidad/ 2004, La ventana secreta/ 2004) donde el tema de presencias fantasmales o elucubraciones mentales se bifurcan en la reelaboración del thriller y en el planteamiento del desdoblamiento (de allí el título en inglés de Mente siniestra: Hide and Seek, ocultado y buscado).

Es altamente probable que sin las presencias de Robert De Niro y Dakota Fanning, Mente siniestra no hubiese tenido mayor atractivo comercial. El director John Polson, si bien no se apoyó en la edición asfixiante y los close-up recurrentes, quedó corto en lo más interesante del guion: justificar la acción del criminal Calaway. La infidelidad de su esposa fue la causante del desequilibrio mental de Calaway. Resuelto en apresurados flashbacks, el motivo de Calaway quedó más en un asunto de criminal express que en una elaborada ecuación de suspenso

La memoria del espectador de cine es, al parecer, cada vez más corta. ¿Acaso será que eso es precisamente el éxito de buena parte de las plataformas de streaming cuando “suben” o incluyen en sus listas de contenidos películas que pasaron sin pena ni gloria en taquilla y que se convierten en top?

Hace veinte años se estrenaron tres filmes de terror que hoy navegan en las más profundas aguas del olvido a no ser porque han sido rescatadas por las plataformas de streaming de marras.

La maldición (The Grudge) / EUA-2004. Insertada dentro de una moda llamativa: las adaptaciones de filmes de terror japoneses al cine de Hollywood, La maldición (al igual que El aro y Llamada perdida) parte de una premisa imprevista: el terror no requiere del todo ser razonado.

Escrita y dirigida (en ambas versiones) por Takashi Shimizu, La maldición cuenta la historia de una casa maldita, embrujada, donde sus habitantes han muerto de manera espeluznante debido a dos presencias fantasmales: una madre y su hijo quienes fueron asesinados injustamente.

Karen/ Sarah Michelle Gellar, una estudiante americana de intercambio, advertirá que en dicha casa hay un misterio horrendo. Indagando pistas, Karen escudriñará en el suicidio de un profesor (Bill Pullman), así como en el secreto de una infidelidad.

Producida por Sam Raimi (El despertar del diablo/ 1982, Spiderman/ 2002), La maldición es un novedoso y bien llevado relato de terror. A pesar del motivo del miedo (una mujer con los cabellos cubriéndole el rostro, al igual que en El aro), la película no se aferra a explicar causales sino a explotar el instinto, la irracionalidad de lo sobrenatural.

El hecho de que el director de la versión original sea el mismo de este remake, le da al filme una coherencia narrativa sin saltos en el guion ni en la disminución del terror psicológico

Voces del más allá (White Noise)/ EUA-2005. Después de Batman/ 1989, la estupenda versión de Tim Burton del personaje de Bob Kane, Michael Keaton había deambulado en esa época por filmes sin importancia y acaso olvidables.

Insertado en una historia de terror Keaton es, en Voces del más allá, Jonathan, un arquitecto que ha perdido a Anna/ Chandra West, su mujer, quien muere en un extraño accidente automovilístico.

Embargado por la pena -y con un hijo de su anterior fracasado matrimonio-, Jonathan intenta seguir con su vida hasta que, de pronto, recibe la visita de un tipo (Ian McNeice). Este le informa que ha recibido un mensaje “del más allá” de Anna a través del EVP (Fenómeno de Voz Electrónica), un proceso mediante el cual los muertos se comunican usando la grabación de sus voces.

Al principio Jonathan creerá que todo es una locura, pero se irá adentrando en ese extraño fenómeno (el EVP) y descubrirá cosas espeluznantes: los muertos (al igual que en El sexto sentido/ 2000, de M. Night Shyamalan) quieren comunicarse con los vivos para contar de su verdadera muerte.

De mano del director Geoffrey Sax (sin filmografía llamativa) Voces del más allá se convierte en un intento frustrado por contar una sofocante cinta de terror a partir de un punto atractivo y original: la grabación de sonidos, de voces de personas muertas.

Ni la rutinaria actuación de Keaton, ni ciertos momentos sorpresivos de terror logran darle al filme continuidad y densidad. Es una lástima que Voces del más allá se pierda en un thriller facilón y soso al intentar solucionar la muerte de Anna (que no es el punto central del film)…

Mente siniestra (Hide and Seek)/ 2004. Ya desde principio de este siglo, Robert De Niro había dejado de preocuparse por la apuesta estética y la búsqueda del perfeccionamiento histriónico, tan caros en sus trabajos al lado de Martin Scorsese (Taxi Driver, Toro salvaje, Casino, Cabo de miedo), apostándole, en cambio, aun cine abiertamente comercial que solo se justifican en la enorme popularidad del actor: Showtime/ 2001, La familia de mi novio/ 2002, Los Fockers/ 2004, entre otros. Sin lugar a dudas, De Niro es una de las presencias fílmicas importantes del cine contemporáneo.

Mente siniestra es un thriller dirigido por John Polson (Misión imposible 2), con la actuación de la estupenda entonces niña actriz Dakota Fanning (Yo soy Sam/ 2002, Hombre en llamas/ 2004), el filme cuenta la historia de Emily (Fanning), una pequeña que sufre el trauma del suicidio de su madre.

Después de este evento, el doctor Calaway/ De Niro decide llevar a su hija Emily a una cabaña a las afueras de Nueva York para completar la terapia, bajo la asesoría a distancia de Susan/ Famke Janssen, la amiga psicóloga de los Calaway. En la casa sucederán eventos que indicarán una presencia ultraterrena: Charlie, el amigo imaginario de Emily.

Una vecina (Elizabeth Shue) y su sobrina congenian con los Calaway, pese a la conducta distante y sombría de Emily, quien acusa a su padre de la muerte de su madre.

Las vueltas de tuerca se activan: Emily dice que su amigo Charlie habita con ella en su cuarto y en el sótano. Calaway investigará y descubrirá algo terrible: el cadáver de la vecina en la bañera. Un vecino oye ruidos y avisa al sheriff del pueblo. Al acudir el policía a la casa de los Calaway será asesinado por Charlie.

Susan llega a la casa para saber cómo está Emily y será atacada por Charlie, quien intenta ahora matar a Emily. Lo siniestro del asunto es que Charlie es el mismo doctor Calaway.

La enésima visita al clásico de la literatura fantástica El Doctor Jekyll y Mr. Hyde, de Stevenson, es llevada en Mente siniestra a niveles de franco cliché. Es un filme que recuerda más a otros títulos (El sexto sentido/ 2000, Identidad/ 2004, La ventana secreta/ 2004) donde el tema de presencias fantasmales o elucubraciones mentales se bifurcan en la reelaboración del thriller y en el planteamiento del desdoblamiento (de allí el título en inglés de Mente siniestra: Hide and Seek, ocultado y buscado).

Es altamente probable que sin las presencias de Robert De Niro y Dakota Fanning, Mente siniestra no hubiese tenido mayor atractivo comercial. El director John Polson, si bien no se apoyó en la edición asfixiante y los close-up recurrentes, quedó corto en lo más interesante del guion: justificar la acción del criminal Calaway. La infidelidad de su esposa fue la causante del desequilibrio mental de Calaway. Resuelto en apresurados flashbacks, el motivo de Calaway quedó más en un asunto de criminal express que en una elaborada ecuación de suspenso