/ miércoles 3 de julio de 2024

El cumpleaños del perro / “Trece días”, la crisis de los misiles

En octubre de 1962 gringos y rusos estuvieron a punto de enfrentarse directamente, en lo que se conoció como la “crisis de los misiles”.

En “Trece Días” / EUA-2000, dirigida por Roger Donaldson, se recrea la historia de este periodo incrustado en la llamada Guerra Fría. Ken O Donell/ Kevin Costner, un personaje ficticio que le da fluidez a la narración y conecta a los verdaderos protagonistas del suceso real, es un asesor cercano al presidente John F. Kennedy/ Bruce Greenwood.

Con gran influencia y poder de persuasión y acción, Ken es, además, amigo íntimo del carismático presidente católico. Así, participa estrechamente en los debates y reuniones en torno al tema central del filme: el emplazamiento y, en su defecto, la operación de misiles soviéticos en territorio cubano. Es decir, el patio trasero de los gringos, América Latina, está amenazado por los comunistas.

El director Donaldson consigue meter al espectador en una vorágine de dos horas y veinte minutos en donde la intriga, el thriller político a la manera de Alan. J. Pakula (“Todos los hombres del presidente”), las insinuaciones de traiciones políticas, son certeras. El presidente Kennedy aparece como un personaje tímido a ratos, pero sabedor del peso histórico y moral que tiene en sus hombros. Nombres como Bobby Kennedy (hermano de John y Procurador General), Robert MacNamara (Secretario de Defensa) y el embajador soviético Gromyko, sirven de marco perfecto para darle al film una textura de falso documental (al insertar imágenes de archivo, donde se ven soldados y buques gringos en posiciones de alerta para el combate), con apuntes en blanco y negro (cuando el presidente y sus consejeros, en algún momento, tratan un tema secreto).

Sin ser un documento de historia –sólo es una película hollywoodense-, “Trece días” sirve de guía ficticia para adentrarse en ciertos pormenores del conflicto que tuvo a las dos superpotencias al borde de la tercera Guerra Mundial: las negociaciones con espías soviéticos, los vuelos clandestinos de los aviones U-2 sobre Cuba para fotografiar los misiles rusos, el mensaje que Kennedy dirige a la nación para advertir que de ser lanzado un misil la respuesta norteamericana contra la URSS sería total y directa, la presión de los altos jerarcas militares y navales sobre Kennedy para que éste ordenara un ataque inmediato sobre la isla caribeña (y aquí hay una interesante insinuación del film: ¿tendrían que ver los militares, tiempo después, en el asesinato de Kennedy?), el derribo de un avión gringo –ocultando el hecho ante la opinión pública-, el manejo de la prensa del gobierno para no dar a conocer información de primera mano.

Sin embargo, queda en la ambigüedad las negociaciones finales y definitivas entre gringos y rusos: no emplazar misiles en Cuba si el Tío Sam no invadía el territorio de Castro y si, además, desmantelaba sus misiles instalados en Turquía (que apuntaban hacia la URSS).

“Trece días” es una cinta que maneja con soltura y eficacia los diálogos y las situaciones en foros. La ambientación de la Casablanca, los tejes y manejes de la política norteamericana (Ken hablando por teléfono para imponer hombres del sistema en ciertos trabajos), son llevados con buena “mano” visual por el director Donaldson…

En octubre de 1962 gringos y rusos estuvieron a punto de enfrentarse directamente, en lo que se conoció como la “crisis de los misiles”.

En “Trece Días” / EUA-2000, dirigida por Roger Donaldson, se recrea la historia de este periodo incrustado en la llamada Guerra Fría. Ken O Donell/ Kevin Costner, un personaje ficticio que le da fluidez a la narración y conecta a los verdaderos protagonistas del suceso real, es un asesor cercano al presidente John F. Kennedy/ Bruce Greenwood.

Con gran influencia y poder de persuasión y acción, Ken es, además, amigo íntimo del carismático presidente católico. Así, participa estrechamente en los debates y reuniones en torno al tema central del filme: el emplazamiento y, en su defecto, la operación de misiles soviéticos en territorio cubano. Es decir, el patio trasero de los gringos, América Latina, está amenazado por los comunistas.

El director Donaldson consigue meter al espectador en una vorágine de dos horas y veinte minutos en donde la intriga, el thriller político a la manera de Alan. J. Pakula (“Todos los hombres del presidente”), las insinuaciones de traiciones políticas, son certeras. El presidente Kennedy aparece como un personaje tímido a ratos, pero sabedor del peso histórico y moral que tiene en sus hombros. Nombres como Bobby Kennedy (hermano de John y Procurador General), Robert MacNamara (Secretario de Defensa) y el embajador soviético Gromyko, sirven de marco perfecto para darle al film una textura de falso documental (al insertar imágenes de archivo, donde se ven soldados y buques gringos en posiciones de alerta para el combate), con apuntes en blanco y negro (cuando el presidente y sus consejeros, en algún momento, tratan un tema secreto).

Sin ser un documento de historia –sólo es una película hollywoodense-, “Trece días” sirve de guía ficticia para adentrarse en ciertos pormenores del conflicto que tuvo a las dos superpotencias al borde de la tercera Guerra Mundial: las negociaciones con espías soviéticos, los vuelos clandestinos de los aviones U-2 sobre Cuba para fotografiar los misiles rusos, el mensaje que Kennedy dirige a la nación para advertir que de ser lanzado un misil la respuesta norteamericana contra la URSS sería total y directa, la presión de los altos jerarcas militares y navales sobre Kennedy para que éste ordenara un ataque inmediato sobre la isla caribeña (y aquí hay una interesante insinuación del film: ¿tendrían que ver los militares, tiempo después, en el asesinato de Kennedy?), el derribo de un avión gringo –ocultando el hecho ante la opinión pública-, el manejo de la prensa del gobierno para no dar a conocer información de primera mano.

Sin embargo, queda en la ambigüedad las negociaciones finales y definitivas entre gringos y rusos: no emplazar misiles en Cuba si el Tío Sam no invadía el territorio de Castro y si, además, desmantelaba sus misiles instalados en Turquía (que apuntaban hacia la URSS).

“Trece días” es una cinta que maneja con soltura y eficacia los diálogos y las situaciones en foros. La ambientación de la Casablanca, los tejes y manejes de la política norteamericana (Ken hablando por teléfono para imponer hombres del sistema en ciertos trabajos), son llevados con buena “mano” visual por el director Donaldson…