/ martes 12 de noviembre de 2024

Economía y bienestar / Sube la confianza del consumidor

Mucho se ha dicho que la economía es una ciencia de tendencias y por lo tanto, no la podemos catalogar de ser exacta, ante tal consideración, resulta fundamental conocer cuáles son las intenciones de los principales agentes económicos ante los diversos contextos en los que se desarrollan y toman sus decisiones.

En parte lo que se hace desde el análisis económico es visualizar tales intenciones, percepciones e incluso posibles decisiones, y a partir de ahí estimar los probables efectos que se pudieran registrar en los diversos indicadores macroeconómicos de un país.

En este sentido, cada agente económico (consumidores y productores) asumen actitudes que dependiendo de su perspectiva actual y de futuro que tienen del sector donde se desarrollan, toman acciones que aparentemente racionalizan su actuar, por ejemplo, si un consumidor analiza sus condiciones actuales y dependiendo cómo visualice sus condiciones a corto plazo, tomará algunas decisiones a fin de demandar algunos bienes de acuerdo a sus condiciones y prioridades, es decir, si el consumidor analiza el futuro y lo ve con muchas dificultades, éste deja de demandar bienes relacionados con el esparcimiento como viajes o bien productos de línea blanca o bienes raíces, tal situación genera alteraciones en estos sectores económicos dado que cae la demanda de los mismos, ante tal situación, se incrementa la demanda de bienes de la canasta básica, lo que puede generar un efecto inflacionario, del mismo modo y como medida preventiva se incrementa el ahorro provocando alteraciones en la tasa de interés; situación que se genera a la inversa, si ve el futuro sin problemas, el consumidor cambia su sentido de demanda en el mercado y provoca alteraciones en algunos mercados a nivel macro, por lo que esta lógica se puede encontrar en todos los agentes económicos y como se aprecia la actitud de cada uno de ellos en colectivo generan tendencias que provocan cambios en algunos indicadores importantes como la tasa de interés, tipo de cambio e inflación, es en este sentido que resulta de suma importancia conocer el grado de confianza que tiene el consumidor ya que se pueden prever algunos efectos en diversas variables económicas.

Al respecto el INEGI, emite frecuentemente la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), este resulta de promediar cinco indicadores parciales que recogen las percepciones sobre la situación económica actual del hogar de las y los entrevistados respecto a la de hace un año, la situación económica esperada del hogar dentro de 12 meses, la situación económica presente del país respecto a la de hace un año, la situación económica esperada del país dentro de 12 meses y qué tan propicio es el momento actual para la adquisición de bienes de consumo duradero. Al respecto, al mes de octubre del presente año y de acuerdo con datos ajustados, el Indicador Confianza del Consumidor se situó en 49.4 puntos, lo que significó un avance mensual de dos puntos respecto al mes anterior.

De los rubros que se evalúan y que sirven para estimar el índice de confianza y que mostraron cambios más significativos fueron; el componente relativo a la condición económica del país esperada dentro de un año respecto de la actual, el cual subió 4.2 puntos y el rubro que capta la expectativa sobre la situación económica de los miembros del hogar dentro de 12 meses respecto de la que registran en el momento actual creció 3.1 puntos.

Como se observa, la confianza del consumidor que se reporta y que es un ejercicio que se realiza en las 32 entidades federativas del país, muestra el reflejo de la perspectiva que tienen las familias mexicanas respecto a la evolución económica actual, lo que sin duda, es el producto de que se tiene una economía que cada vez se consolida más y genera confianza en los consumidores, esperemos que dicha condición contextual sea de largo plazo y se pueda consolidar a la economía mexicana con una de las más fuertes en el contexto internacional.

Regeneración 19

E-mail: rcogco@gmail.com

Mucho se ha dicho que la economía es una ciencia de tendencias y por lo tanto, no la podemos catalogar de ser exacta, ante tal consideración, resulta fundamental conocer cuáles son las intenciones de los principales agentes económicos ante los diversos contextos en los que se desarrollan y toman sus decisiones.

En parte lo que se hace desde el análisis económico es visualizar tales intenciones, percepciones e incluso posibles decisiones, y a partir de ahí estimar los probables efectos que se pudieran registrar en los diversos indicadores macroeconómicos de un país.

En este sentido, cada agente económico (consumidores y productores) asumen actitudes que dependiendo de su perspectiva actual y de futuro que tienen del sector donde se desarrollan, toman acciones que aparentemente racionalizan su actuar, por ejemplo, si un consumidor analiza sus condiciones actuales y dependiendo cómo visualice sus condiciones a corto plazo, tomará algunas decisiones a fin de demandar algunos bienes de acuerdo a sus condiciones y prioridades, es decir, si el consumidor analiza el futuro y lo ve con muchas dificultades, éste deja de demandar bienes relacionados con el esparcimiento como viajes o bien productos de línea blanca o bienes raíces, tal situación genera alteraciones en estos sectores económicos dado que cae la demanda de los mismos, ante tal situación, se incrementa la demanda de bienes de la canasta básica, lo que puede generar un efecto inflacionario, del mismo modo y como medida preventiva se incrementa el ahorro provocando alteraciones en la tasa de interés; situación que se genera a la inversa, si ve el futuro sin problemas, el consumidor cambia su sentido de demanda en el mercado y provoca alteraciones en algunos mercados a nivel macro, por lo que esta lógica se puede encontrar en todos los agentes económicos y como se aprecia la actitud de cada uno de ellos en colectivo generan tendencias que provocan cambios en algunos indicadores importantes como la tasa de interés, tipo de cambio e inflación, es en este sentido que resulta de suma importancia conocer el grado de confianza que tiene el consumidor ya que se pueden prever algunos efectos en diversas variables económicas.

Al respecto el INEGI, emite frecuentemente la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), este resulta de promediar cinco indicadores parciales que recogen las percepciones sobre la situación económica actual del hogar de las y los entrevistados respecto a la de hace un año, la situación económica esperada del hogar dentro de 12 meses, la situación económica presente del país respecto a la de hace un año, la situación económica esperada del país dentro de 12 meses y qué tan propicio es el momento actual para la adquisición de bienes de consumo duradero. Al respecto, al mes de octubre del presente año y de acuerdo con datos ajustados, el Indicador Confianza del Consumidor se situó en 49.4 puntos, lo que significó un avance mensual de dos puntos respecto al mes anterior.

De los rubros que se evalúan y que sirven para estimar el índice de confianza y que mostraron cambios más significativos fueron; el componente relativo a la condición económica del país esperada dentro de un año respecto de la actual, el cual subió 4.2 puntos y el rubro que capta la expectativa sobre la situación económica de los miembros del hogar dentro de 12 meses respecto de la que registran en el momento actual creció 3.1 puntos.

Como se observa, la confianza del consumidor que se reporta y que es un ejercicio que se realiza en las 32 entidades federativas del país, muestra el reflejo de la perspectiva que tienen las familias mexicanas respecto a la evolución económica actual, lo que sin duda, es el producto de que se tiene una economía que cada vez se consolida más y genera confianza en los consumidores, esperemos que dicha condición contextual sea de largo plazo y se pueda consolidar a la economía mexicana con una de las más fuertes en el contexto internacional.

Regeneración 19

E-mail: rcogco@gmail.com