Una de las características principales que tiene nuestro diseño institucional de gobierno es el sistema federativo, el cual contiene la condición de integrar a estados libres y soberanos a una federación de estados, situación que ocurre de la misma manera en el plano municipal, donde el órgano gubernamental más fuerte y sólido además de más cercano a la población, es el ayuntamiento.
En este sentido, el modelo mexicano fue copiado del sistema federativo de los Estados Unidos de Norteamérica, Alexis de Tocqueville, en su libro “La Democracia en América” ya advertía sobre la importancia de que al trasladar o bien copiar un modelo tal cual, sin considerar los elementos particulares del país donde se implementara, se corre el riesgo de perder el espíritu que la vivifica, es decir, se puede ver, y corroborar que uno de estos riesgos implica la obstrucción entre las decisiones de los dobles o triples niveles de gobierno, por lo que es de suma importancia identificar las acciones y áreas de incumbencia entre los tres niveles de gobierno, a fin de evitar la invasión de competencias.
En otro punto del análisis, es necesario por tanto, identificar de dónde emana el poder, y “como en todos los países donde manda el pueblo, la mayoría es la que gobierna en nombre del pueblo. Esta mayoría se compone principalmente de ciudadanos pacíficos que, ya sea por gusto o por interés, desean sinceramente el bien del país. En torno de ellos se agitan sin cesar los partidos, que tratan de atraerlos a su seno y de apoyarse en ellos” (A. de Tocqueville).
En este sentido, queda claro que el poder emana del pueblo y por tanto, el órgano gubernamental más importante es aquel que más cercano esté al mismo, por ello es relevante hablar de la importancia de la identidad territorial y nacional, en la que tanto los representados pero más los representantes, mantengan una idea clara sobre su cultura, sus expresiones, cosmovisión así como sus aspiraciones, lo cual permita en su momento a quienes ejercen el poder, además de contar con elementos técnicos y diagnósticos para diseñar sus planes y programas, puedan considerar los aspectos contextuales propios de cada entidad federativa, asimismo de sus respectivos municipios.
Ahí radica el reto de armonización, entre los aspectos contextuales de cada Estado y la política pública de la federación, el reto, radica en considerar la existencia de más de 2400 municipios y treinta y dos entidades federativas, la mayoría de ellas con características particulares en la parte de los recursos humanos, financieros, tecnológicos, naturales y materiales con los que cuentan y hacen posible la atención a su población más cercana.
En otro orden de ideas, ha sido más que evidente la práctica que se registra con mucha frecuencia en el país, y tiene que ver con el recurso humano con que cuentan los gobiernos, debido a que, en el caso de los estados y municipios, al cambio de un gobierno y la llegada de otro, hay una movilidad importante de trabajadores, en algunos casos casi se renueva la planta de funcionarios y trabajadores públicos, lo que genera ruptura en la continuidad de planes de mediano y largo plazo, así como la pérdida de la experiencia que con el tiempo fueron adquiriendo los trabajadores y funcionarios públicos, por lo que, se sugiere, se analice y se implemente el “servicio civil de carrera”, de acuerdo con María del Carmen Pardo, el servicio civil de carrera, es una forma de gestionar los recursos humanos de la administración pública, sin consideraciones políticas de grupo o de partido, es decir, por aspectos técnicos y de conocimiento de las acciones gubernamentales. Por ello es necesario implementar desde las administraciones locales, tanto municipales como estatales el servicio civil de carrera, para hacer más eficiente y eficaces las acciones de gobierno.
Regeneración 19
