/ martes 28 de mayo de 2024

Economía y bienestar / Por un país sin carencia alimentaria

Uno de los principales retos que enfrenta la humanidad en la actualidad es acabar con el hambre que se padece a nivel planetario, aunque algunos analistas han indicado que el problema del hambre no se sustenta por la falta de alimentos sino por no tener un sistema de distribución adecuado que permita llevar alimentos a todos los habitantes del mundo

Aun así, emerge en la producción de alimentos una serie de problemáticas en lo particular que deben ser abordadas y consideradas en la construcción de políticas públicas incluyentes, donde todos los actores que tienen que ver con la producción y suministro de alimentos sean considerados a fin de desarrollar acciones conjuntas e integrales, y con ello poner atención adecuada para solventar dicha problemática.

En la actualidad de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, 783 millones de personas no tienen suficiente alimento para satisfacer sus necesidades nutricionales, situación que los ha llevado a tener un déficit en la ingesta de vitaminas, minerales y otros nutrientes por lo que afecta su salud y esperanza de vida.

De acuerdo con el objetivo No. 2 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, cuya meta señala crear un mundo libre de hambre para el 2030, debido a que, desde el año 2015 este problema se ha venido agudizando, derivado de los fenómenos como la pandemia, el cambio climático y la profundización de las desigualdades. De acuerdo con el diagnóstico que presenta la Agenda 2030, en el año 2022, aproximadamente 735 millones de personas (9.2% de la población mundial) se encontraban en estado de hambre crónica, además, se subraya que 2400 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria de moderada a grave. Lo anterior, muestra un panorama preocupante para todos los países que enfrentan el fenómeno del hambre en un segmento de la población.

En el caso de México de acuerdo con datos del CONEVAL, la población que experimenta carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, ascendió en el año 2022, al 18.2% es decir 23.4 millones de personas, aunque se ha venido atendiendo el problema, ya que en el año 2018 la cifra ascendía a 22.2% de la población, que representa el 27.5 millones de personas, por lo que aún queda mucho por hacer.

En este rubro, el sector primario de la economía conformado por agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza, y silvicultura, entre otros, juegan un papel fundamental para la producción de alimentos, debido a que, son actividades de suma importancia para enfrentar el déficit alimentario a fin de satisfacer la carencia. Habría que hacer mención, que durante mucho tiempo se pensó como una estrategia fundamental en las políticas gubernamentales el considerar que era más provechoso importar los alimentos que establecer una serie de instituciones que fomentaran la producción alimentaria, esta política implementada por muchos años generó una fuerte dependencia de alimentos básicos entre los que destacan, algunos considerados en la canasta básica como maíz, trigo, lácteos, productos cárnicos, entre otros,

Por lo anterior, es de suma importancia el que se diseñen tanto instituciones como políticas públicas cuya principal labor se centre en el fortalecimiento del sector primario, instituciones que fortalezcan a través del crédito como de asistencia técnica a los pequeños y medianos productores; además de proveer implementos para la producción a precios accesibles como fertilizantes, energéticos y algunas materias primas. Con lo anterior se estaría promoviendo y fomentando la producción en el sector primario, por lo que le seguiría el desarrollar canales de distribución eficientes para la atención justa y oportuna de la población en general, con ello, se estaría contribuyendo significativamente en la atención de la población que carece de acceso a una alimentación nutritiva y de calidad.

Regeneración 19

Uno de los principales retos que enfrenta la humanidad en la actualidad es acabar con el hambre que se padece a nivel planetario, aunque algunos analistas han indicado que el problema del hambre no se sustenta por la falta de alimentos sino por no tener un sistema de distribución adecuado que permita llevar alimentos a todos los habitantes del mundo

Aun así, emerge en la producción de alimentos una serie de problemáticas en lo particular que deben ser abordadas y consideradas en la construcción de políticas públicas incluyentes, donde todos los actores que tienen que ver con la producción y suministro de alimentos sean considerados a fin de desarrollar acciones conjuntas e integrales, y con ello poner atención adecuada para solventar dicha problemática.

En la actualidad de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, 783 millones de personas no tienen suficiente alimento para satisfacer sus necesidades nutricionales, situación que los ha llevado a tener un déficit en la ingesta de vitaminas, minerales y otros nutrientes por lo que afecta su salud y esperanza de vida.

De acuerdo con el objetivo No. 2 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, cuya meta señala crear un mundo libre de hambre para el 2030, debido a que, desde el año 2015 este problema se ha venido agudizando, derivado de los fenómenos como la pandemia, el cambio climático y la profundización de las desigualdades. De acuerdo con el diagnóstico que presenta la Agenda 2030, en el año 2022, aproximadamente 735 millones de personas (9.2% de la población mundial) se encontraban en estado de hambre crónica, además, se subraya que 2400 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria de moderada a grave. Lo anterior, muestra un panorama preocupante para todos los países que enfrentan el fenómeno del hambre en un segmento de la población.

En el caso de México de acuerdo con datos del CONEVAL, la población que experimenta carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, ascendió en el año 2022, al 18.2% es decir 23.4 millones de personas, aunque se ha venido atendiendo el problema, ya que en el año 2018 la cifra ascendía a 22.2% de la población, que representa el 27.5 millones de personas, por lo que aún queda mucho por hacer.

En este rubro, el sector primario de la economía conformado por agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza, y silvicultura, entre otros, juegan un papel fundamental para la producción de alimentos, debido a que, son actividades de suma importancia para enfrentar el déficit alimentario a fin de satisfacer la carencia. Habría que hacer mención, que durante mucho tiempo se pensó como una estrategia fundamental en las políticas gubernamentales el considerar que era más provechoso importar los alimentos que establecer una serie de instituciones que fomentaran la producción alimentaria, esta política implementada por muchos años generó una fuerte dependencia de alimentos básicos entre los que destacan, algunos considerados en la canasta básica como maíz, trigo, lácteos, productos cárnicos, entre otros,

Por lo anterior, es de suma importancia el que se diseñen tanto instituciones como políticas públicas cuya principal labor se centre en el fortalecimiento del sector primario, instituciones que fortalezcan a través del crédito como de asistencia técnica a los pequeños y medianos productores; además de proveer implementos para la producción a precios accesibles como fertilizantes, energéticos y algunas materias primas. Con lo anterior se estaría promoviendo y fomentando la producción en el sector primario, por lo que le seguiría el desarrollar canales de distribución eficientes para la atención justa y oportuna de la población en general, con ello, se estaría contribuyendo significativamente en la atención de la población que carece de acceso a una alimentación nutritiva y de calidad.

Regeneración 19