/ martes 23 de julio de 2024

Economía y bienestar / La importancia de la política social

En la actualidad mucho se ha dicho respecto al sistema de gobierno, si éste es de izquierda o de derecha, debido a que cada una de ellas lleva implicaciones importantes en materia de diseño de la política pública, es decir, mientras que los primeros, los de izquierda, tienden a privilegiar el diseño de una política social dirigida a la población de menores debiles del ingreso, la otra parte, la derecha, considera que la política social es una erogación para el presupuesto público, dado que el mercado se convierte en el principal orientador de los beneficios que a cada quien le compete.

Estas dos posturas sin lugar a duda, nos tienen en la actualidad empantanados en un debate que pareciera no encontrar el punto de la madeja para desenmarañar el entramado ideológico en el que nos encontramos.

Si bien es cierto, en la escuela económica clásica inglesa, de donde emana el punto central de las ideas del liberalismo, se parte de la consideración, respecto de la actitud que todos los ciudadanos deben tener hacia el comercio exterior, es decir, una de las ideas del desarrollo económico en una economía de mercado es defender a toda costa la soberanía del país, en ese sentido, todos productores y consumidores, entre otros, deberán considerar el consumir productos locales, dado que eso fortalece la economía local y por tanto, la relación y posicionamiento del país respecto al resto del mundo. Situación diferente a la que nos han planteado, en la que pareciera ser que el modelo económico de libre mercado, llevaba implícito una actitud donde se apreciara de sobremanera los productos del exterior, situación que a largo plazo terminaría generando dependencia y minando la soberanía del país.

Los clásicos de la economía decían que todo país debiera tener un saldo comercial con el exterior positivo, es decir, producir más localmente y que estos productos locales se apreciaran en el exterior, y con ello generar un flujo importante de divisas hacia el interior de la economía, de tal forma que la moneda como un instrumento representativo de las condiciones económicas se fortalecería, en ese sentido, resalta la importancia de mantener balanzas comerciales superavitarias, lo que implicaría, consumir menos del exterior y exportar más los productos locales.

Ahora bien, desde la perspectiva ideológica de la izquierda, implicaría que aquellos sectores con menores capacidades para incrustarse en el mercado internacional se verían afectados derivado de las dificultades para competir a nivel internacional, por ello el gobierno local debiera implementar políticas compensatorias a fin de reducir las desigualdades generadas por los desplazamientos de mercado que pudieran tener en esos sectores que no se incrustan en el mercado internacional, por otra parte, es importante pensar en aquella población que por diversos motivos, el sistema no los ha considerado como parte importante en la distribución de los beneficios, es necesario que un ente intervenga con este propósito, en el caso que nos ocupa sería el gobierno, por lo tanto, una política social tendería a amortiguar aquellas deficiencias registrados en ciertos sectores económicos, lo cual garantizaría condiciones de equidad a fin de mantener una economía sana, que compense el proceso de incorporación de sectores de la población a los beneficios económicos y ciudadanos, que garanticen una convivencia digna entre todos los actores económicos del país, si nos damos cuenta, una política complementa a la otra.

Por tanto, la discusión entre la derecha y la izquierda, no deja de ser de tipo ideológico, y muchas veces va más allá y se torna de naturaleza humana donde aflora el egoísmo y el individualismo, cuando bien se pueden encontrar puntos de convergencia, donde el beneficio social sea el punto de gravitación de las acciones de cualquier gobierno. De ahí la importancia de la política social, bien sea o no contributiva.

En la actualidad mucho se ha dicho respecto al sistema de gobierno, si éste es de izquierda o de derecha, debido a que cada una de ellas lleva implicaciones importantes en materia de diseño de la política pública, es decir, mientras que los primeros, los de izquierda, tienden a privilegiar el diseño de una política social dirigida a la población de menores debiles del ingreso, la otra parte, la derecha, considera que la política social es una erogación para el presupuesto público, dado que el mercado se convierte en el principal orientador de los beneficios que a cada quien le compete.

Estas dos posturas sin lugar a duda, nos tienen en la actualidad empantanados en un debate que pareciera no encontrar el punto de la madeja para desenmarañar el entramado ideológico en el que nos encontramos.

Si bien es cierto, en la escuela económica clásica inglesa, de donde emana el punto central de las ideas del liberalismo, se parte de la consideración, respecto de la actitud que todos los ciudadanos deben tener hacia el comercio exterior, es decir, una de las ideas del desarrollo económico en una economía de mercado es defender a toda costa la soberanía del país, en ese sentido, todos productores y consumidores, entre otros, deberán considerar el consumir productos locales, dado que eso fortalece la economía local y por tanto, la relación y posicionamiento del país respecto al resto del mundo. Situación diferente a la que nos han planteado, en la que pareciera ser que el modelo económico de libre mercado, llevaba implícito una actitud donde se apreciara de sobremanera los productos del exterior, situación que a largo plazo terminaría generando dependencia y minando la soberanía del país.

Los clásicos de la economía decían que todo país debiera tener un saldo comercial con el exterior positivo, es decir, producir más localmente y que estos productos locales se apreciaran en el exterior, y con ello generar un flujo importante de divisas hacia el interior de la economía, de tal forma que la moneda como un instrumento representativo de las condiciones económicas se fortalecería, en ese sentido, resalta la importancia de mantener balanzas comerciales superavitarias, lo que implicaría, consumir menos del exterior y exportar más los productos locales.

Ahora bien, desde la perspectiva ideológica de la izquierda, implicaría que aquellos sectores con menores capacidades para incrustarse en el mercado internacional se verían afectados derivado de las dificultades para competir a nivel internacional, por ello el gobierno local debiera implementar políticas compensatorias a fin de reducir las desigualdades generadas por los desplazamientos de mercado que pudieran tener en esos sectores que no se incrustan en el mercado internacional, por otra parte, es importante pensar en aquella población que por diversos motivos, el sistema no los ha considerado como parte importante en la distribución de los beneficios, es necesario que un ente intervenga con este propósito, en el caso que nos ocupa sería el gobierno, por lo tanto, una política social tendería a amortiguar aquellas deficiencias registrados en ciertos sectores económicos, lo cual garantizaría condiciones de equidad a fin de mantener una economía sana, que compense el proceso de incorporación de sectores de la población a los beneficios económicos y ciudadanos, que garanticen una convivencia digna entre todos los actores económicos del país, si nos damos cuenta, una política complementa a la otra.

Por tanto, la discusión entre la derecha y la izquierda, no deja de ser de tipo ideológico, y muchas veces va más allá y se torna de naturaleza humana donde aflora el egoísmo y el individualismo, cuando bien se pueden encontrar puntos de convergencia, donde el beneficio social sea el punto de gravitación de las acciones de cualquier gobierno. De ahí la importancia de la política social, bien sea o no contributiva.