/ martes 26 de noviembre de 2024

Economía y bienestar / La economía circular

En casi todas las escuelas de economía y negocios se ha expuesto como una verdad casi irrefutable que el beneficio de las empresas proviene fundamentalmente de las ventas de sus productos

Sin pensar en el largo plazo las implicaciones que tiene esta dinámica en nuestra vida como en la del planeta. Se parte de las principales interrogantes básicas de la economía respecto a qué, cómo y para quién producir, estas tres interrogantes, dado el contexto actual, han quedado rebasadas y se pueden adicionar dos más que son: dónde producir, que tiene que ver con el denominado nearshoring, y para qué producir, que tiene su fundamentación en elementos de índole ambiental.

Pero estas interrogantes básicas de qué, cómo y para quién producir van muy de la mano con el elemento mercantil, y de la implicación que tienen las ventas para las organizaciones empresariales, sin embargo, en muchos ámbitos o sectores hay que tomar en cuenta que el mercado está saturado, por lo que las organizaciones empresariales han desarrollado el concepto de obsolescencia programada, que implica marcar desde la producción de un bien, su ciclo de sustitución, que implica el fin de la vida programada de una mercancía para reponerla por otra, es decir, una gran cantidad de productos que actualmente consumimos tienen programada una vida útil, de esta forma las empresas con esta aparente programación están renovando frecuentemente su mercado, y por lo tanto su inercia a vender.

Pero la pregunta aquí sería que en términos de la sustentabilidad cada ciclo de sustitución implica el consumo de más insumos que nos proporciona la naturaleza, pensando que éstos son infinitos cuando no es así, muchas de las materias primas o insumos para sustituir un ciclo programático del mercado son finitos y, por lo tanto, el deterioro del entorno se convierte en la crónica de una muerte anunciada para nuestro planeta, debido a que llegará el momento en que se plantee si realmente es el mercado el móvil principal de la economía, o bien, de qué otra forma se pudiera innovar considerando la importancia de la producción como una acción que permite poner a disposición de las personas satisfactores sin dañar el medio ambiente, lo cual implica el reto de construir un paradigma más amigable con la naturaleza.

Una alternativa viable e interesante que emerge ante la crisis cada vez mayor del impacto que la producción tiene en el medio ambiente es, sin duda, la denominada economía circular, esta se presenta como un sistema integral que gravita en torno a la reducción, considerando minimizar la producción al mínimo indispensable, así como hacer uso de los productos hasta que agoten su vida útil, lo cual implica apostar a la reutilización, reparación y conservación de los bienes a los que tenemos acceso por el mayor tiempo posible hasta que estos agoten su vida útil; asimismo surge la apuesta por la utilización cada vez más frecuente de materiales biodegradables, que permitan al término de la vida de un bien o producto que puedan volver a la naturaleza sin causar ningún daño al medio ambiente.

Este nuevo paradigma busca maximizar el uso de los recursos disponibles reduciendo al máximo la generación de residuos y aprovechando al máximo los que no se puedan evitar, por lo tanto se basa en principios de regenerar sistemas naturales a partir de optimizar la vida útil de los productos, reciclándolos e inclusive reparándolos para evitar a toda costa romper con el aparente ciclo de sustitución y alargar con ello la vida útil de cualquier producto; sin duda, este nuevo paradigma emerge como una alternativa que bien puede cuestionar algunas medidas macroeconómicas como el crecimiento del producto interno bruto, en el que ahora la idea sería producir lo necesario para evitar a toda costa el proceso de deterioro gradual sobre la naturaleza que ha tenido el hombre con una producción y consumo en ocasiones desenfrenado; lo importante ahora es la regeneración de los entornos naturales para cohabitar de una manera más armónica con el medio ambiente. Sin duda, una propuesta interesante.

Regeneración 19

En casi todas las escuelas de economía y negocios se ha expuesto como una verdad casi irrefutable que el beneficio de las empresas proviene fundamentalmente de las ventas de sus productos

Sin pensar en el largo plazo las implicaciones que tiene esta dinámica en nuestra vida como en la del planeta. Se parte de las principales interrogantes básicas de la economía respecto a qué, cómo y para quién producir, estas tres interrogantes, dado el contexto actual, han quedado rebasadas y se pueden adicionar dos más que son: dónde producir, que tiene que ver con el denominado nearshoring, y para qué producir, que tiene su fundamentación en elementos de índole ambiental.

Pero estas interrogantes básicas de qué, cómo y para quién producir van muy de la mano con el elemento mercantil, y de la implicación que tienen las ventas para las organizaciones empresariales, sin embargo, en muchos ámbitos o sectores hay que tomar en cuenta que el mercado está saturado, por lo que las organizaciones empresariales han desarrollado el concepto de obsolescencia programada, que implica marcar desde la producción de un bien, su ciclo de sustitución, que implica el fin de la vida programada de una mercancía para reponerla por otra, es decir, una gran cantidad de productos que actualmente consumimos tienen programada una vida útil, de esta forma las empresas con esta aparente programación están renovando frecuentemente su mercado, y por lo tanto su inercia a vender.

Pero la pregunta aquí sería que en términos de la sustentabilidad cada ciclo de sustitución implica el consumo de más insumos que nos proporciona la naturaleza, pensando que éstos son infinitos cuando no es así, muchas de las materias primas o insumos para sustituir un ciclo programático del mercado son finitos y, por lo tanto, el deterioro del entorno se convierte en la crónica de una muerte anunciada para nuestro planeta, debido a que llegará el momento en que se plantee si realmente es el mercado el móvil principal de la economía, o bien, de qué otra forma se pudiera innovar considerando la importancia de la producción como una acción que permite poner a disposición de las personas satisfactores sin dañar el medio ambiente, lo cual implica el reto de construir un paradigma más amigable con la naturaleza.

Una alternativa viable e interesante que emerge ante la crisis cada vez mayor del impacto que la producción tiene en el medio ambiente es, sin duda, la denominada economía circular, esta se presenta como un sistema integral que gravita en torno a la reducción, considerando minimizar la producción al mínimo indispensable, así como hacer uso de los productos hasta que agoten su vida útil, lo cual implica apostar a la reutilización, reparación y conservación de los bienes a los que tenemos acceso por el mayor tiempo posible hasta que estos agoten su vida útil; asimismo surge la apuesta por la utilización cada vez más frecuente de materiales biodegradables, que permitan al término de la vida de un bien o producto que puedan volver a la naturaleza sin causar ningún daño al medio ambiente.

Este nuevo paradigma busca maximizar el uso de los recursos disponibles reduciendo al máximo la generación de residuos y aprovechando al máximo los que no se puedan evitar, por lo tanto se basa en principios de regenerar sistemas naturales a partir de optimizar la vida útil de los productos, reciclándolos e inclusive reparándolos para evitar a toda costa romper con el aparente ciclo de sustitución y alargar con ello la vida útil de cualquier producto; sin duda, este nuevo paradigma emerge como una alternativa que bien puede cuestionar algunas medidas macroeconómicas como el crecimiento del producto interno bruto, en el que ahora la idea sería producir lo necesario para evitar a toda costa el proceso de deterioro gradual sobre la naturaleza que ha tenido el hombre con una producción y consumo en ocasiones desenfrenado; lo importante ahora es la regeneración de los entornos naturales para cohabitar de una manera más armónica con el medio ambiente. Sin duda, una propuesta interesante.

Regeneración 19