Para identificar el dinamismo de la economía de un país, es de suma importancia conocer el nivel al que crece su producción, es decir, la forma en que los sectores productivos en función a sus expectativas y condiciones contextuales incrementan o no sus niveles de inversión, contratación y crecimiento en sus establecimientos y de ahí su contribución al sector.
En este sentido, las aportaciones de los agentes económicos individuales se van agregando en una sola cuenta sectorial y de ahí a una mayor que las aglutina para determinar si la economía crece o no, en este sentido, uno de los indicadores más importantes con los que se dispone es el Producto Interno Bruto (PIB), una cuenta agregada que recoge en un solo dato todas las operaciones económicas que se registran en el país. Su estimación se puede hacer por dos vías, bien sea por el método del ingreso o por el método del gasto, éstos permiten conocer en el corto plazo, por el lado del ingreso, la evolución del pago a los factores de la producción, así como el comportamiento del gasto final de bienes y servicios de los agentes económicos.
De acuerdo con lo anterior, el Inegi en su comunicado de prensa del 29 de agosto del año en curso, da conocer el comportamiento del PIB a nivel nacional correspondiente al primer trimestre del presente año, el cual fue del 5.9%, cifra por demás interesante si consideramos que estamos al cierre del ejercicio del actual gobierno federal, que en otras ocasiones por este mismo motivo se presentaba cierta incertidumbre y las actividades económicas regularmente se contraían.
Cabe hacer mención que en el caso del consumo final, este fue mayor en el primer trimestre del 2024 que en el mismo periodo del año anterior, aun cuando hubo una variación porcentual menor en la remuneración de los asalariados en el presente año que en el mismo periodo señalado.
Es importante mencionar que en el caso de la formación bruta de capital fijo, fue mayor en el primer trimestre del 2024 que en el mismo periodo del año anterior, lo cual muestra una clara confianza que prevalece en el sector de los inversionistas para continuar con sus proyectos en la economía de nuestro país, por lo anterior, es claro que, el ver que la economía ha crecido en el primer trimestre del año, muestra las condiciones estables en materia de política monetaria y el manejo de la inflación, lo que genera confianza en los sectores productivos para continuar invirtiendo en diversos sectores de la economía, ya que en el primer semestre la inversión extranjera directa fue de más de 32 mil millones de dólares y las reservas internacionales se ubican por arriba de los 224 mil millones de dólares, cifras que dan confianza y estabilidad ante el proceso de cambio gubernamental que está en marcha; lo anterior muestra la importancia en la separación que debe haber entre los vaivenes políticos y la dinámica económica que, aunque es difícil, no es imposible considerar que los factores tanto internos como externos deben incidir cada vez menos a fin de evitar procesos especulativos que dañan la ruta que debe tomar tanto la economía como la política; en fin, resulta interesante las condiciones que se registran en la economía nacional, con un nivel de crecimiento importante al final del sexenio, cuando en otros momentos históricos se vivía un proceso de inestabilidad derivado de la fuga de capitales y la casi inexistente inversión extranjera y nacional en aproximadamente todos los sectores de la economía, que se traducía inmediatamente en desempleo, inflación, devaluación y con una inestabilidad generalizada; hoy el proceso de transferencia del poder se da bajo premisas de mayor madurez tanto del sistema democrático como de mayor estabilidad macroeconómica, será que se empiezan a registrar acciones que dan cuenta de un nuevo marco de evolución de la sociedad mexicana, donde el poder se constituye de la participación de todos los actores de la sociedad, de ser así, se puede decir que tenemos un gran avance.
Regeneración 19
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