/ martes 8 de octubre de 2024

Economía para todos / Anclando

En los últimos meses hemos visto cómo las tasas de interés que pagan las entidades financieras por nuestras inversiones han ido disminuyendo. El Banco de México (Banxico) ha ajustado su tasa de referencia a la baja, ahora ubicada en un 10.50 por ciento, lo que ha provocado que muchas instituciones financieras recorten los rendimientos que ofrecen a sus clientes, sobre todo en los instrumentos de corto plazo. Esto genera una pregunta relevante: ¿cómo "anclar" las tasas de rendimiento en un contexto de tasas decrecientes?

El panorama es complicado. Mientras los bancos centrales siguen disminuyendo las tasas para estimular la economía, quienes tenemos ahorros invertidos sentimos los efectos inversos: menos rendimiento por nuestro dinero. Esto nos obliga a ser más estratégicos con nuestras inversiones si queremos obtener rendimientos atractivos, o al menos evitar que los recortes sigan reduciendo nuestras ganancias.

Desde una perspectiva teórica, todo esto puede relacionarse con lo que Keynes describió como la preferencia por la liquidez. En un entorno de tasas bajas, los inversionistas están más dispuestos a asumir la pérdida de liquidez a cambio de un rendimiento fijo que asegure un ingreso futuro. También se puede ver desde el marco de la teoría de la elección intertemporal de Irving Fisher, donde los inversionistas deben sopesar entre consumir o invertir hoy, o asegurar mayores retornos para mañana. En ambos casos, el "anclaje" de las tasas es una forma de planificar a largo plazo, garantizando que, aunque las condiciones del mercado cambien, tu rendimiento no se vea tan afectado.

Una estrategia viable que las instituciones financieras promueven es la inversión a plazo fijo. Bajo el lema de "Amarra tu tasa", algunas entidades ofrecen una tasa fija por períodos más largos, lo que nos permite asegurarnos rendimientos antes de que las tasas caigan aún más. Por ejemplo, algunas Sociedades Financieras Populares —mejor conocidas como Sofipos— ofrecen tasas del 15 por ciento anual para plazos de hasta tres años, lo que resulta especialmente atractivo cuando las opciones a corto plazo son mucho menos lucrativas.

Invertir a plazo fijo es, por ahora, una de las formas más sencillas de anclar las tasas de rendimiento. Sin embargo, es importante recordar que esta estrategia implica comprometer tu dinero por un período definido. Si bien es cierto que te protege de futuras reducciones en las tasas de interés, también significa que renuncias a la liquidez inmediata, algo que no siempre es deseable, especialmente si surgen necesidades imprevistas.

Entonces, ¿qué hacer si buscas una mayor flexibilidad? Una alternativa interesante es la "escalera de vencimientos", una estrategia que distribuye tus inversiones en varios plazos de tiempo. Por ejemplo, inviertes parte de tu dinero en instrumentos que vencen a un año, otra parte a tres años, y otra a cinco años. De esta manera, aseguras que una porción de tu capital esté siempre cerca de su vencimiento, ofreciéndote cierta liquidez periódica sin sacrificar totalmente la oportunidad de mejores rendimientos a largo plazo.

Otra opción es voltear hacia los bonos indexados a la inflación. Estos instrumentos ajustan sus rendimientos con base en los niveles inflacionarios, lo que garantiza que el poder adquisitivo de tu inversión se mantenga, incluso en un entorno de bajas tasas de interés. Aunque estos bonos no siempre ofrecen el rendimiento más alto en términos nominales, brindan una importante protección contra la erosión del valor real de tu dinero, algo crucial en estos tiempos de incertidumbre económica.

A nivel más diversificado, los fondos de inversión en activos mixtos también presentan una oportunidad interesante para "anclar" rendimientos. Los fondos que combinan acciones de dividendos, bonos corporativos y otros instrumentos permiten mantener retornos más estables a lo largo del tiempo. Aquí, el reto está en seleccionar un fondo que equilibre adecuadamente el riesgo y el rendimiento, pero si se realiza bien, puedes disfrutar de cierta estabilidad sin tener que atarte exclusivamente a plazos fijos.

Al final del día, la clave está en ser proactivo y estratégico. Si bien las tasas de interés están bajando, no significa que tus rendimientos deban desaparecer. La inversión a largo plazo, diversificada y bien gestionada, es la respuesta para "anclar" las tasas de rendimiento en un mundo donde las condiciones económicas fluctúan constantemente. El reto es saber jugar con los plazos, los productos y la disponibilidad de tu dinero, y así proteger lo que con esfuerzo se ha logrado ahorrar.

Ahora más que nunca, vale la pena recordar que las decisiones financieras bien pensadas no solo se tratan de aprovechar las mejores tasas del mercado, sino también de asegurar un crecimiento estable y predecible de nuestro dinero en el futuro.