El pasado 30 de junio, las y los diputados locales del Congreso de Tamaulipas dimos por terminado el último periodo ordinario de la Sexagésima Cuarta Legislatura del estado. Para efectos prácticos, después de dos años, ha concluido el trabajo más pesado y la convivencia permanente entre los 36 miembros de la asamblea. Con alegría y nostalgia, nos despedimos de este periodo, en el que tuvimos el honor de ser representantes comprometidos de las y los tamaulipecos.
En lo personal, estoy agradecido con quienes han puesto su confianza en mí para ser parte de esta Legislatura, en la que todas las fuerzas políticas trabajamos en equipo para sacar acuerdos benéficos para la gente de Tamaulipas. Incluso cuando hubo diferencias, cuando hubo grilla, cuando sufrimos embates desde la Federación, supimos y pudimos ponernos de acuerdo por el bien de nuestro estado.
A lo largo de estos veintiún meses, en la bancada del PAN presentamos más de 300 iniciativas y fuimos el grupo parlamentario más productivo del Congreso. Todas ellas se enfocaron en el desarrollo de Tamaulipas y su gente. A través de estas propuestas procuramos dar solución a los problemas que estaban en nuestras manos. Y cuando las problemáticas de los tamaulipecos excedían nuestra competencia, exigimos a las autoridades correspondientes que las atendieran.
Las propuestas del PAN buscaron impulsar la infraestructura de Tamaulipas para asegurar mejores servicios para todos. Somos un estado próspero, con una variedad enorme de recursos naturales. La ley debe servir para poder aprovecharlos. También buscamos la igualdad de oportunidades para todas y todos los tamaulipecos. Sólo con piso parejo puede haber justicia. Las mujeres, niños, niñas y adultos mayores fueron una prioridad en la mayoría de las propuestas. Por ellos, procuramos legislar por una vida libre de violencia y discriminación.
Los derechos de las y los tamaulipecos fueron sin duda uno de los ejes de nuestro trabajo. Defendimos los derechos a la educación y la libertad. Buscamos mejorar las condiciones de seguridad del estado y sus caminos para que todas y todos puedan vivir sin miedo. Desde la llegada del gobernador, el tránsito por nuestras carreteras se ha vuelto más seguro. En el Congreso buscamos generar las condiciones para que esta tranquilidad no dependa del gobernador, sino de las instituciones estatales, independientemente de quién las ocupe.
En estos dos años no sólo trabajamos por las y los tamaulipecos de hoy, también pensamos en las futuras generaciones. Por eso, nos preocupamos por el cuidado del medio ambiente e impulsamos políticas que contribuyan a su conservación. Una y otra vez, defendimos las energías limpias y buscamos cuidar el agua y el resto de los recursos naturales.
Sin duda, la pandemia de Covid-19 representó un gran reto para esta legislatura, pero las y los diputados del PAN buscamos la forma de reactivar la economía del estado desde la vía legal y fiscal. También durante la pandemia, luchamos por proteger la salud de todas las personas y abogamos por su derecho a la vacunación, y a la prioridad de los grupos vulnerables.
En estos últimos meses, también nos enfrentamos con la misión de defender a nuestro estado y su soberanía. Los intentos de desaforar a nuestro gobernador fueron una violación al pacto federal, que defendimos a capa y espada para asegurar que la voluntad de las y los tamaulipecos fuera respetada.
Esta fue una Legislatura de retos, pero también fue una oportunidad para confiar en la política y en su capacidad para encontrar acuerdos entre los distintos. En unos meses empezará la siguiente Legislatura. La configuración política habrá cambiado y a los panistas nos tocará defender el trabajo que se hace en el gobierno estatal e impedir que las y los tamaulipecos sean víctimas de las revanchas políticas. Confío en que tendremos la capacidad de construir nuevos acuerdos, y en que los representantes populares sabemos que nuestra identidad política es secundaria porque primero que nada somos tamaulipecos. Ojalá así sea. Por mi parte, tengo toda la disposición.