Joven algo desafiante -provocador- Carlos Monsiváis apodó al Presidente Adolfo López Mateos "El Mangotas" por sus mal cortados trajes. Amante del cine, admirador de la industria -guionistas, directores, actores, técnicos- Carlos Monsivais no vaciló ante la oferta que le hicieron Carlos Fuentes y Juan Ibáñez para actuar en la película "Los Caifanes".
Ellos, Fuentes e Ibáñez escribieron la historia. "Fue la de una noche que en Roma, vivimos Carlos Fuentes y yo", me contó muchos años después Juan. "Tú saldrás con Julissa, Enrique Álvarez Félix, Óscar Chávez y Eduardo López Rojas, "El Mazacote", en la personalidad de un Santa Claus muy ebrio. Se le presenta al grupo en el mercado de las coronas para muerto que existe en avenida Hidalgo. ¿Le entras, Carlos? ¡Juega¡ -les respondió.
Antes posó en filmes que protagonizaron Pilar Pellicer, Claudio Obregón, Juan García Ponce. Albores de los años 60. Guiones de Gabriel García Márquez. Tiempo de ruptura. Ácidas críticas de José Luis Cuevas a "los feos monos de Diego Rivera" y a la gastada "no hay más ruta que la nuestra", de David Alfaro Siqueiros.
Salvador Elizondo, Carlos Fuentes sepultaban "la cortina de nopal". Y Carlos Monsivais -joven de facciones toscas y habla siempre en busca del término adecuado, de gafas de pasta oscura y humor irritante- se hacía presente lo mismo junto a Fernando Benítez en defensa del Suplemento Cultural de "Novedades", que en la historieta " Chanoc" al lado de un anciano bebedor llamado Tsekub, apellidado Baloyan. "Sabio Monsivais".
Desde su casa de San Simón 82, el "Sabio Monsivais" se dio a observar, examinar, juzgar, calcular orígenes y alcances de la vida mexicana. Costumbres y diversiones. Lutos y aspiraciones. Perfiles de tradiciones. Verdad y ficción del mexicano. Recorrió barrios, extenuó hemerotecas. Reescribió historias. Gozó la "Familia Burrón" y exaltó a rango de Gran Cronista al sencillo Don Gabriel Vargas. Personaje audaz -y valiente- Carlos Monsivais tuvo a su disposición micrófonos y auditorios. Periódicos y revistas pagaban sus articulos. Reporteros ansiabanconocerlo; entrevistarlo. Reproducir sus retadoras:
"¿De verás, Don José? ¿De qué quiere su nieve, Presidente? ¿De limón ? ¡Ah, que Don Pepe López Portillo...Conste ¿eh? Ya nos prometió la prosperidad
Y a Adriana la hermana del Presidente Carlos Salinas de Gortari:
"Ella es "la charrita " del cuadrante
Lo conocí en 1969. Fue en Zacatecas. En la filmación -en el Cerro de la Bufa- de la pelicula "Zapata". Cinta, producción "de aliento". Emilio O. Rabasa -Director del Banco nacional Cinematográfico le otorgó a Antonio Aguilar un crédito de 10 millones de pesos. Casi, casi un millón de dólares de a 12,50. El cantante -que no pegó como tenor- contrató a la peruana Patricia Azpillaga para aparecer como Josefa, la mujer del mítico "Miliano".
Mecía en el infinito vacío sus pies Monsivais.
"Me encantó entrar a la Preparatoria, estudiar. Decidí cursar todos los bachilleratos. Iban bien hasta que mi mamá me contuvo:
"Ya ponte a trabajar. La casa cuesta...
Caminaba la ciudad. Subía a sus camiones -de primera, de segunda. Vivió tranvías y trolebuses de a 35 centavos. Entro a cines de primera como "Alameda", "Variedades" "París" y "Rex" de 4 pesos. Y pagó los 8 del "Diana" y el "Latino". Se dio gusto en el Teatro Blanquita. Margo Su, la puntual empresaria lo convidaba a las temporada de Dámaso Pérez Prado. Se daba gusto Monsivais : "mambeaba" junto al "Cara e foca". "¡Qué rico mambo!" ¡El Ruletero!
"Caballo Negro" "Mambo en Sax". Endiosó a María Antonieta Pons, Rosa Carmina, Ninón Sevilla.
"Carlos Monsivais -desdeñó el poeta Octavio Paz- no es un hombre de ideas. Apenas si de ocurrencias".
Lo que no molestó al universitario que vivió el Movimiento Estudiantil de 1968. Desde 1954, a la caída de Jacobo Arbenz en Guatemala y a la hora en que Andrés Iduarte sufrió el cese de su empleo como Director de Bellas Artes al consentir que una bandera con la hoz y el martillo cubriera ahí el ataúd de Frida Kalho, Monsivais tomó partido por los mal tratados, los perseguidos, los acosados.
Fresco humor. Crónicas -maestro de ese género periodístico- que comenzaban con un detalle banal y eran instrumento para denunciar, exhibir. El ridículo de los poderosos, sus miedos. La ostentación de los ricachones. Sus sueños de grandeza. Flaquezas del poder fueron su fuerte.
Su obra "A Ustedes les Consta": Historia de la Crónica en México, es una rica lección para los reporteros. Muestra cómo se narra. Ángulos de su quehacer se conocen al visitar su Museo del Estanquillo en la esquina de Madero e Isabel la Católica.
Ahora, cuando se cumplen ya catorce años de su muerte, parece cobrar intenso brío el lamento luctuoso de Elena Poniatowska Ante el féretro del escritor/conciencia:
"¡Qué vamos a hacer mañana sin ti, Monsi!