/ viernes 7 de junio de 2024

¡De bien para arriba! / Trabajo no remunerado

Dentro del hogar, las mujeres concentran las actividades domésticas al encargarse de la mayoría de las tareas de formación de los hijos, de las labores de cuidado infantil y de los enfermos, así como del mantenimiento del hogar, entendido como la realización de todas las actividades o labores relacionadas con el servicio, mantenimiento, apoyo, asistencia o aseo, inherentes o propios de una vivienda particular.

De acuerdo al portal ONU MUJERES, el trabajo no remunerado de las mujeres sufraga el costo en cuidados que sustenta a las familias, apoya a las economías y a menudo suple las carencias en materia de servicios sociales, sin embargo, pocas veces se reconoce como “trabajo”, tanto que, el valor del trabajo de cuidado no remunerado y del trabajo doméstico representa entre un 10 y un 39 por ciento del PIB; y puede pesar más en la economía de un país de lo que pesan la industria manufacturera, el sector del comercio o el del transporte. Eltrabajo no remunerado del hogary de cuidados agudiza la situación de 24.8 millones de mujeres que se encuentran en situación de pobreza, indicó el Instituto Mexicano para la competitividad(IMCO), en un análisis, nos recuerda que, de acuerdo con datos delConeval, en México 37% de las mujeres viven en situación de pobreza, es decir 24.8 millones de mujeres no cuentan con ingresos suficientes para adquirir los bienes y servicios básicos, además de contar con al menos una de las seis carencias sociales: educación, servicios de salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación.

Conforme al portal del INEGI, el valor que generó el trabajo no remunerado de los hogares (TNRH) como porcentaje del PIB nacional fue superior al de actividades económicas, como la industria manufacturera, el comercio y los servicios educativos, estos registraron una participación de 21.5, 19.6 y 3.4 %, respectivamente, en 2022, la población que realizó TNRH se compuso mayoritariamente por mujeres, con 52.8 por ciento, los hombres participaron con 47.2 por ciento, al medir este trabajo en número de horas y en valor económico, las mujeres aportaron casi tres cuartas partes del total de esta actividad.

En 2022, el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados fue equivalente a 24.3 % del PIB a nivel nacional, los estados que contribuyen con los niveles más altos fueron estado de México, con 12.3 %; Ciudad de México, con 6.8 %; Jalisco, con 6.7 %, Veracruz de Ignacio de la Llave, con 6.2 % y Nuevo León, con 4.9 por ciento, por su parte, al visualizar el valor del trabajo no remunerado de cada entidad federativa respecto del PIB que generan, se observa que las entidades en las que se presentaron los niveles más altos fueron: Chiapas (62.1 %), Guerrero (49.8 %), Oaxaca (48.2 %), Tlaxcala (41.9 %) y Zacatecas (39.9 %).

La incorporación de las mujeres al mercado laboral allá por los años 70´s no fue necesariamente acompañada de un abandono por parte de éstas de las responsabilidades y tareas asociadas a la casa o los cuidados de hijos y familia, más bien al contrario: ellas siguieron asumiendo gran parte de estas cargas, a las que además sumaron las laborales, y eso dio lugar a lo que hoy en día conocemos como pobreza de tiempo, un término que se acuñó como indicador para dar una medida más completa sobre la pobreza, que normalmente solo recoge la pobreza de ingresos.

En vista del incremento al salario mínimo vigente a partir del 1 de enero de 2024 en México, establecido en 248.93 pesos diarios, un análisis detallado revela las disparidades económicas en cuanto al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado entre hombres y mujeres, basándose en el valor del salario mínimo, si las horas que las mujeres dedican al hogar fueran compensadas económicamente, ellas recibirían aproximadamente 7 mil 317 pesos mensuales, tomando en cuenta que invierten un promedio de 54.3 horas a la semana en trabajo doméstico y de cuidado. En este contexto, las mujeres se encuentran en la encrucijada entre la participación en la producción económicamente remunerada –opcional para algunas y necesaria para la sobrevivencia para la gran mayoría– y el trabajo para garantizar la reproducción biológica y social de los miembros del hogar

Desde hace 50 años ha quedado demostrado el uso irresponsable que la humanidad ha hecho de todos los recursos: agua, aire, bosques, etc., en la totalidad de los casos, había un elemento común: la abundancia del recurso y la presunción de no extinción, algo similar sucede con el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres, parece infinitamente elástico, pero puede haber señales de agotamiento, en condiciones de persistencia y ensanchamiento de la pobreza, como las actuales, se produce un deterioro progresivo de las condiciones físicas y mentales de las mujeres en los estratos pobres e indigentes, quienes deben enfrentar la doble carga del trabajo en la calle y la casa.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19