Varios han sido los esfuerzos para direccionar la acción de los gobiernos buscando alcanzar la universalidad e inclusión social de las políticas dirigidas a que América latina pueda alcanzar mejor calidad de vida para su población y superar desigualdades e inequidades, las cuales sin duda son manifestaciones de derechos humanos incumplidos que evidencian fallas de los Estados para garantizar el acceso a empleo, alimentación, educación, agua potable, vivienda, protección social, salud y desarrollo sostenible, entre otros.
En septiembre de 2015 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus estados miembros aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); el documento titulado “Transformar Nuestro Mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” fue adoptado por los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas y dicho documento incluye los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) cuyo objetivo es poner fin a la pobreza: luchar contra la desigualdad, la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede atrás para el 2030. Este nuevo marco de desarrollo da una oportunidad para el Sistema de las Naciones Unidas a nivel mundial, y en México ofrece focalizar nuestra cooperación y programación para seguir abogando y promoviendo el tema de inclusión y equidad en un marco de derechos humanos, así como cimentando la ciudadanía para las y los mexicanos en este país.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus 169 metas inciden en las causas estructurales de la pobreza, combaten las desigualdades y generan oportunidades para mejorar la calidad de vida de la población en un marco de desarrollo sostenible. Esta importante agenda sirve como plataforma de lanzamiento para la acción de la comunidad internacional, los gobiernos, así como los organismos de la sociedad civil, la academia y el sector privado, con el fin de hacer frente a los tres elementos interconectados del desarrollo sostenible: crecimiento económico, inclusión social y sostenibilidad ambiental.
Pudiera parecer que los ODS (17 objetivos y 167 metas) son excesivos, complicados y que demandarán mucho esfuerzo para que los Estados miembros se apropien de ellos y sean capaces de convertirlos en políticas que guarden la necesaria coherencia interna, además no a todos los 17 objetivos se les puede aplicar el concepto de sostenibilidad, por ejemplo: los recursos naturales no renovables, es complicado manejar la sostenibilidad cuando se trata de los derivados del petróleo, de algunos productos de minería y, en general, de una buena cantidad de los bienes que tienen valor o utilidad relacionados con el sistema financiero, la energía o algunos metales.
En general los ODS se caracterizan por la intención de acabar con la pobreza y luchar contra las desigualdades, así como garantizar una vida sana, desarrollar el conocimiento y asegurar la inclusión de las mujeres y los niños, todo ello mediante el desarrollo de una economía sólida, inclusiva y transformadora; también incluye la protección de los ecosistemas para todas las sociedades y para las generaciones futuras, promueve sociedades seguras y pacíficas e instituciones sólidas, forjando la solidaridad mundial para un desarrollo sostenible.
Por lo antes expuesto, nuestro país necesita un sistema de gestión que garantice la conservación de la naturaleza y el fomento del desarrollo económico y bienestar social, otorgando prioridad a la justicia social, la calidad de vida y por supuesto, la explotación equilibrada de los recursos naturales y culturales con que contamos. México debe continuar su desarrollo en los distintos sectores sociales y un avance sostenible de nuestro medio ambiente para fortalecer nuestro sentido de pertenencia.
Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!
Re-generación 19.