Las estaciones meteorológicas son instalaciones que miden y registran variables meteorológicas para elaborar predicciones meteorológicas y estudiar el clima, la información que generan resulta de gran utilidad en distintas disciplinas como la agronomía y la hidrología, entre otras, la observación de variables y fenómenos meteorológicos se lleva a cabo en estas estaciones asistidas por un observador capacitado, en los últimos años, el uso de Estaciones Meteorológicas Automáticas (EMA) ha experimentado un incremento significativo.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) las define como "las estaciones en las cuales las observaciones son realizadas y transmitidas automáticamente", los pronósticos meteorológicos emitidos permiten saber si va a llover, hacer sol o nieve, lo que es importante para planificar viajes, deportes al aire libre o eventos.
Algunas de las variables que miden las estaciones meteorológicas son: precipitación, temperatura, humedad relativa, evaporación, radiación, presión, dirección y velocidad del viento, temperatura y humedad del suelo, edición de horas luz; este antecedente viene a colación, derivado del análisis sinóptico de la DANA(siglas de depresión aislada en niveles altos) del 29 de octubre de 2024 que afectó al Levante español y que ha revelado que el evento fue causado por una corriente de aire frío que, al alcanzar la costa mediterránea y entrar en contacto con el aire cálido y húmedo del Mediterráneo, favoreció la formación de nubosidad densa y lluvias torrenciales.
Este fenómeno, que usualmente ocurre en verano y otoño, puede durar varios días y además de las fuertes precipitaciones, provoca disminución de temperatura y un ambiente inestable. Su potencial destructivo depende de la intensidad de estas tormentas, así como también de los contrastes térmicos en superficie y de la topografía del lugar.
De acuerdo con el Dr. Víctor Manuel Torres Puente, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC), indicó que a mediados de octubre ocurrió otro evento de DANA, que no tuvo efectos devastadores en España pero sí en Marruecos, y que algunos medios señalaron que “inundó” al Sahara, “hace dos semanas una de ellas provocó un fenómeno poco visto en Marruecos, llovió mucho y hubo algunas afectaciones cercanas al Sahara, específicamente a aquellas cercanas a zonas montañosas, sorprendió a todos porque es inusual, e incluso manifestaron que el Sahara se había inundado, pero no es algo anómalo”, explicó.
En este contexto, el tema se vuelve relevante por la diferencia en la interpretación de las alertas como simples avisos de lluvia, las agencias meteorológicas tienen la responsabilidad de emitir avisos meteorológicos, pero no debemos confundir estos avisos con alertas de riesgo, que son responsabilidad de las autoridades de Protección Civil, las agencias meteorológicas tienen la capacidad técnica para emitir avisos meteorológicos, o sea, advertir sobre lluvias intensas, olas de calor o cualquier otro fenómeno meteorológico extremo, y es importante, ya que nos indica, dentro de la incertidumbre, tanto la ubicación como la intensidad esperable del meteoro.
Por otro lado, la alerta debe anticipar cómo esos fenómenos meteorológicos extremos, o de otra índole, impactarán sobre las personas, esto es, las alertas informan sobre las dimensiones de la exposición al riesgo y cuan vulnerable es la población a sufrir los efectos de una catástrofe natural, la Real Academia de la Lengua (RAE) establece que alerta es; el estado de máxima atención yvigilancia decretada por una autoridad en momentos de gran peligro, especialmente ante catástrofes naturales.
Por tanto, se hace indispensable una adecuada gestión del riesgo que abone a la prevención, la preparación y la respuesta eficaz, mejorando la percepción del riesgo: mediante campañas de comunicación adaptadas a diferentes públicos, utilizando medios locales, redes sociales y aplicaciones móviles para difundir los mapas de peligrosidad y de riesgo existentes, o los planes locales de protección civil, entre otras fuentes de información disponibles.
Crear índices de vulnerabilidad integrales, tomando en cuenta las dimensiones sociales, económica, física, institucional, cultural y ambiental que ayudarían a identificar áreas prioritarias y focalizar recursos en las zonas de mayor riesgo, por supuesto, desarrollar mapas de peligrosidad y de riesgo con base probabilística:estos sustituirían al enfoque habitual determinístico, a fin de permitir la toma de decisiones informadas en función de la probabilidad, en lugar de en salidas cartográficas binarias (zonas que se inundan versus zonas que no se inundan).
En conclusión, es prioritario informar a la población sobre los riesgos a los que están expuestos por su lugar de residencia, para que los mismos ciudadanos puedan tomar decisiones informadas acerca de su lugar de residencia o de vacaciones, si mi casa está en zona inundable, en la trayectoria de incendios forestales intensos, o en zona sísmica, debo ser consciente de que soy el propietario de ese riesgo, de tal suerte, que se debe facilitar la información clara y directa a los ciudadanos, puesto que debemos ser conscientes de nuestros riesgos.
Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!