/ viernes 26 de julio de 2019

Con café y a media luz | Turismo cultural

Recientemente tuve la oportunidad de charlar con mi buen amigo Enrique Esqueda, quien ya está afinando los detalles de lo que será la trigésima edición del maravilloso concepto llamado “Festival del Bolero”, evento que año con año, es un verdadero deleite para los aficionados a la música romántica, a los tríos, a las guitarras y a las poesías de antaño que se escribían en la bohemia y se adornaban en una partitura.

Durante la charla de café tocamos varios puntos en torno a la imperante necesidad que tiene la comunidad artística de nuestra región de impulsar todavía más, todas y cada una de las actividades que llevan a cabo sus miembros en bien de la sociedad a través de las disciplinas que profesan.

“Música, pintura, escultura y más” – me decía – “son tantos los artistas locales cuyo talento en ocasiones supera, y por mucho, a otras figuras que tuvieron el apoyo de la mercadotecnia”, insistió, y considero que tiene razón. Como lo hemos platicado en ocasiones anteriores, usted y yo, gentil amigo lector, nuestra zona ha sido cuna –y seguramente seguirá siendo- de grandes figuras de las diferentes expresiones de la estética, no solo en el canto o la actuación.

Si bien es cierto que las comparaciones no siempre son buenas, la verdad es que nunca dejan de ser útiles.

Hago el comentario porque durante la charla hablamos acerca del autobús cultural que circula por las noches en la bellísima ciudad de Zacatecas. Actividad en la cual, los alumnos de la Licenciatura en Turismo de la universidad estatal de aquel lugar, como parte de su programa de servicio social, realizan un recorrido teatralizado en el que terminan por tomar parte los visitantes.

De igual manera, se ven pasear por los callejones de esa ciudad colonia a las figuras míticas oriundas de allí e interactúan con los turistas explicándoles su historia. ¿Se imagina encontrarse en las calles de Tampico a Ariadne Welter, a Mauricio Garcés, a Genaro Salinas, a Tun-Tun, a Roberto Cantoral a Juan García Esquivel y más?

Debo reconocer que mi pensamiento era corto y mi gentil amigo Enrique fue más allá y me sugirió “¿Y si hubiera un paseo de la fama de los artistas de la zona?”, ¿Por qué no inaugurar un “camino de las estrellas” con aquellos deportistas, figuras de renombre y gente destacada en su ámbito profesional? Así, en el paseo peatonal pudiéramos encontrar la estrella, por ejemplo, de Emilio Azcárraga Vidaurreta, Raquel Garza, Kika Edgar, Joaquín del Olmo, Carlos Enrique Núñez de Cáceres, Alejandro Montaña, Virgilio Peraza o al maestro Claudio Rosas.

Asimismo, se habló sobre la idea de tener una “casa de historias”, si gusta usted, de terror, ocupándose las instalaciones del antiguo hospital civil. Allí concluiría el recorrido turístico con esa pequeña “obra teatral” en la que los visitantes pudieran participar. Artesanías, restaurantes, el museo de la “Victoria de Tampico” que ya debería estarse proyectando a nivel internacional o un cineclub, estarían instalados en las partes superiores.

Se me ocurre que se pudiera institucionalizar el premio “Ana María Rabatté” a aquellos escritores que se destacaron a lo largo de un año por sus aportaciones en la creación literaria; lo mismo un galardón “Roberto Cantoral” o “José Sierra Flores” a la mejor canción compuesta por un tampiqueño y otras opciones más que colaboren en el crecimiento de nuestra ciudad y se vuelvan, de alguna manera, parte del desarrollo turístico de la misma.

Como igual de maravilloso sería volver a ver a los “Dragones” en la Plaza de la Libertad montados en sus caballos, brindando, por igual, buen trato y seguridad a los paseantes que llegan al primer cuadro.

Para poder lograr todo esto hacen falta las alianzas estratégicas, por citar algo, con nuestra máxima casa de estudios. Estoy seguro que mis admirados docentes y queridos amigos Eduardo Arvizu y Marco Antonio Cortina, responsables del Centro Sur y de la FADYCS, respectivamente, estarían dispuestos a apoyar cuestiones como las ya descritas.

Con las familias de los mencionados arriba que se sentirán orgullosas de ver las estrellas de mármol con el nombre del personaje en cuestión que da lustre a su apellido.

No olvidando, por supuesto, el apoyo invaluable del Gobierno del Estado con el que el ayuntamiento actual tiene una excelente relación.

Sin duda alguna, en materia de cultura, Tampico es un “diamante en bruto” que, bien pulido, pudiera detonar un turismo ansioso de nutrirse de aspectos culturales de esta parte del Golfo de México, solamente es cuestión de que las autoridades pongan manos a la obra.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!