/ miércoles 1 de diciembre de 2021

Con café y a media luz | De la variante Ómicron

Desde la aparición de la variante “Delta” a la fecha, no se habían mantenido tan al pendiente las autoridades sanitarias de los diferentes países del orbe, respecto al coronavirus. Esta modificación detectada hace unas cuantas semanas en Sudáfrica está siendo considerada sumamente riesgosa debido a que representa una combinación de factores que la volverían más contagiosa y capaz de evadir la respuesta del sistema inmunológico del ser humano, sin importar si se está protegido con una vacuna.

Los miembros de la OMS se reunieron recientemente para observar las condiciones de esta variante B.1.1.529, que es el código con el cual ha sido identificada y que la propia Unión Europea ya etiquetó como “de muy alto riesgo”. Cabe hacer mención que, apenas y se había dado a conocer esta sentencia por los países del “Viejo Continente” cuando ya se estaban contabilizando casos Ómicron en Holanda, entre un grupo de viajeros que provenían de naciones africanas.

Así, dos días después, se detectaron casos sospechosos en Canadá. Lo que es indicativo de que este mal ya se encuentra en esta parte del mundo y, según voces expertas, es inevitable que llegue a México. Otra declaración que pudiera ser alarmante es que dicha mutación “pondría al mundo en el inicio de la pandemia” y los avances serían, prácticamente, nulos.

Como era de esperarse, los representantes de la prensa nacional han aprovechado las conferencias matutinas del presidente López Obrador para cuestionarle al respecto, a lo que el mandatario, de acuerdo con su costumbre, minimizó la situación que ha prevalecido y sentenció que “estamos preparados” para enfrentar a dicho fenómeno.

No obstante, nuevamente -como en otras circunstancias- las declaraciones del ejecutivo federal se han prestado a contradicciones, deméritos y análisis con fundamento en las últimas acciones emprendidas para “domar” la pandemia y los resultados que estas han arrojado. Las críticas han sido sumamente severas.

Con cerca de 300 mil muertos en los últimos 20 meses, muy lejanas han quedado las declaraciones del subsecretario de salud, Dr. Hugo López-Gatell quien, allá por el mes de marzo de 2020, sostenía que el escenario más “catastrófico” no sobrepasaría las 80 mil defunciones. Menos de dos años después y con la cifra casi cuadruplicada, dichas frases se han vuelto un tema “intocable” al interior de la administración pública federal.

Aquellos dichos de “como anillo al dedo para consolidar la Cuarta Transformación” fueron los más infortunados que se le pudieron ocurrir al tabasqueño. Pero no son los únicos. Podemos sumar “salgan a abrazarse”, “…vayan a comer a fondas, que no pasa nada”, “…estoy seguro de que en unas semanas podremos salir a convivir todos”.

Y, la más criticada de sus conductas, de cara a esta nueva variante, ha sido la constante negativa de comprar vacunas para niños y adolescentes, duplicar la dosis de Cansino para los maestros y negar la ampliación de un esquema de vacunación de tres inoculaciones para el resto de la población, bajo el pretexto de “volverse víctima de las farmacéuticas”.

Pues ahora, pareciera que el hombre originario de Macuspana, con base en las últimas afirmaciones vertidas a los reporteros, ha estado reflexionando en este tenor y con la amenaza de esta nueva mutación del virus está reconsiderando la estrategia y ya dejó entrever, eso sí, de manera velada, una posibilidad de la ampliación del esquema para la población en general, una nueva vacuna para la población de académicos y quizá validar la vacunación a los más pequeños del hogar.

Por lo anterior es que los dichos -el de minimizar el riesgo y el de ampliar los esquemas- parecieran enfrentarse, pero prevalece el de no alarmar a la población, sin embargo, de convertirse en hechos lo que le escribí en el párrafo anterior, sería un indicativo serio de que la salud de la humanidad sigue comprometida con este nuevo embate que pareciera no tener fin.

Unas preguntas fundamentales serían: ¿El gobierno estaría dispuesto a cerrar fronteras ante la presencia de la variante Ómicron? ¿Cómo frenaría el avance de una nueva caravana migrante? ¿Qué estrategias se activarían para garantizar la funcionalidad de los filtros en fronteras y puertos? ¿En un momento dado se extenderían las clases virtuales? ¿Qué pasará en un momento dado con la economía?

La cosa no está para minimizarse, sino para preocuparse. ¿No cree usted, gentil amigo lector?

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a:

  • licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

Desde la aparición de la variante “Delta” a la fecha, no se habían mantenido tan al pendiente las autoridades sanitarias de los diferentes países del orbe, respecto al coronavirus. Esta modificación detectada hace unas cuantas semanas en Sudáfrica está siendo considerada sumamente riesgosa debido a que representa una combinación de factores que la volverían más contagiosa y capaz de evadir la respuesta del sistema inmunológico del ser humano, sin importar si se está protegido con una vacuna.

Los miembros de la OMS se reunieron recientemente para observar las condiciones de esta variante B.1.1.529, que es el código con el cual ha sido identificada y que la propia Unión Europea ya etiquetó como “de muy alto riesgo”. Cabe hacer mención que, apenas y se había dado a conocer esta sentencia por los países del “Viejo Continente” cuando ya se estaban contabilizando casos Ómicron en Holanda, entre un grupo de viajeros que provenían de naciones africanas.

Así, dos días después, se detectaron casos sospechosos en Canadá. Lo que es indicativo de que este mal ya se encuentra en esta parte del mundo y, según voces expertas, es inevitable que llegue a México. Otra declaración que pudiera ser alarmante es que dicha mutación “pondría al mundo en el inicio de la pandemia” y los avances serían, prácticamente, nulos.

Como era de esperarse, los representantes de la prensa nacional han aprovechado las conferencias matutinas del presidente López Obrador para cuestionarle al respecto, a lo que el mandatario, de acuerdo con su costumbre, minimizó la situación que ha prevalecido y sentenció que “estamos preparados” para enfrentar a dicho fenómeno.

No obstante, nuevamente -como en otras circunstancias- las declaraciones del ejecutivo federal se han prestado a contradicciones, deméritos y análisis con fundamento en las últimas acciones emprendidas para “domar” la pandemia y los resultados que estas han arrojado. Las críticas han sido sumamente severas.

Con cerca de 300 mil muertos en los últimos 20 meses, muy lejanas han quedado las declaraciones del subsecretario de salud, Dr. Hugo López-Gatell quien, allá por el mes de marzo de 2020, sostenía que el escenario más “catastrófico” no sobrepasaría las 80 mil defunciones. Menos de dos años después y con la cifra casi cuadruplicada, dichas frases se han vuelto un tema “intocable” al interior de la administración pública federal.

Aquellos dichos de “como anillo al dedo para consolidar la Cuarta Transformación” fueron los más infortunados que se le pudieron ocurrir al tabasqueño. Pero no son los únicos. Podemos sumar “salgan a abrazarse”, “…vayan a comer a fondas, que no pasa nada”, “…estoy seguro de que en unas semanas podremos salir a convivir todos”.

Y, la más criticada de sus conductas, de cara a esta nueva variante, ha sido la constante negativa de comprar vacunas para niños y adolescentes, duplicar la dosis de Cansino para los maestros y negar la ampliación de un esquema de vacunación de tres inoculaciones para el resto de la población, bajo el pretexto de “volverse víctima de las farmacéuticas”.

Pues ahora, pareciera que el hombre originario de Macuspana, con base en las últimas afirmaciones vertidas a los reporteros, ha estado reflexionando en este tenor y con la amenaza de esta nueva mutación del virus está reconsiderando la estrategia y ya dejó entrever, eso sí, de manera velada, una posibilidad de la ampliación del esquema para la población en general, una nueva vacuna para la población de académicos y quizá validar la vacunación a los más pequeños del hogar.

Por lo anterior es que los dichos -el de minimizar el riesgo y el de ampliar los esquemas- parecieran enfrentarse, pero prevalece el de no alarmar a la población, sin embargo, de convertirse en hechos lo que le escribí en el párrafo anterior, sería un indicativo serio de que la salud de la humanidad sigue comprometida con este nuevo embate que pareciera no tener fin.

Unas preguntas fundamentales serían: ¿El gobierno estaría dispuesto a cerrar fronteras ante la presencia de la variante Ómicron? ¿Cómo frenaría el avance de una nueva caravana migrante? ¿Qué estrategias se activarían para garantizar la funcionalidad de los filtros en fronteras y puertos? ¿En un momento dado se extenderían las clases virtuales? ¿Qué pasará en un momento dado con la economía?

La cosa no está para minimizarse, sino para preocuparse. ¿No cree usted, gentil amigo lector?

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a:

  • licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.