Boxear con la sombra es un excelente ejercicio. Pero pocos espectadores acudirían a presenciar una pelea a diez asaltos (rounds) con la sombra, aunque el protagonista fuera un campeón con recursos teatrales tan elusivos y publicitados como los de Mohamed Alí o Julio César Chávez. Esto parte del supuesto de que no puede haber lucha si no hay opositor. La coexistencia con la oposición es una de las premisas de la democracia, que se expresa en el derecho humano de permanecer en la contienda cívica , expresado en su derecho a disentir, impugnar y el derecho a criticar permanentemente.
La oposición en México se nota escasa de figuras y argumentos, ayuna de ideas, debilitada, incluso, por momentos sus líderes actúan de manera absurda e irresponsable. Parece que ellos mismos desean borrarse del mapa político-electoral.
La tarea de un opositor no es solo votar en contra de cualquier iniciativa o medida que presente el titular del Ejecutivo y su partido politico. Tampoco es pegar gritos y armar sainetes. Más bien es actuar responsablemente y, si viene al caso, presentar y dar apoyo a iniciativas que aseguren los principios de la dignidad y la justicia.
Puede parecer chocante, pero la tiranía de cronos se refuerza al momento en que desde la Nueva Babilonia se nos impone a los demás, que somos todos, el ritmo de su particular e industrial manera de percibir el lapso que marcan las manecillas del reloj, cuestión que lleva implícito, tácitamente, su idiosincrasia y cultura.
En el pasado sexenio una medida que impulsó el presidente de la República fue establecer un horario estándar para México. El Senado aprobó la creación de la ley de los husos horarios en los Estados Unidos Mexicanos y se eliminó el horario de verano.
Solo dos estados del país y algunos municipios fronterizos aplican aún el cambio de horario, por razones de comercio, principalmente.
Uno de los bienes más preciados es el derecho inalienable de medir el tiempo, y hacerlo como nos apetezca. La forma más práctica posible es en consonancia con los ritmos de la naturaleza, la luz y la obscuridad.
El tiempo objetivo (completamente autónomo de nuestra subjetividad), surge a expensas de un proceso que nos acompaña desde que nacemos hasta que desaparecemos, y responde a un fenómeno que marca los movimientos de los astros en el espacio y posición de los planetas.
Existe un devenir sicológico, profundamente subjetivo, cuya duración se percibe al ojo humano de diferente manera, ya que depende de las acciones u omisiones, y del hacer que apreciamos con nuestra sensibilidad.
Empezaron las conferencias mañaneras. Y desde el primer día, el gobierno de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, ofreció disculpas por lo ocurrido el 2 de octubre de 1968. También se habló de efectuar la Reforma Judicial.
La senda está marcada.
Ojalá la primera mujer Presidenta en México ocupe un lugar junto a los próceres de la historia Patria.
A mi juicio, la historia de nuestro país tiene tres líderes triunfadores, don Benito Juárez, el general Lázaro Cárdenas y el Lic. Andrés Manuel López Obrador. ( Han existido otros grandes hombres y mujeres, pero finalmente no lograron triunfar porque fueron traicionados o asesinados).
El común denominador es que Juárez, Cárdenas y Obrador, cada quien en su tiempo y circunstancia, jamás se olvidaron de mantener una cercana conexión con el pueblo.
La doctora Sheinbaum está ante la oportunidad de seguir haciendo historia. Ya lo hizo al ser la primera mujer Presidenta de la República, pero la exigencia es ahora mayor, lo mismo que la responsabilidad.