/ sábado 3 de agosto de 2024

Cantos del Poder / Miscelánea sabatina

Jorge Luis Borges, en su cuento Las ruinas circulares, nos deja preguntando si nosotros, que creamos personajes en nuestros sueños, que queremos imponer a la realidad, somos a su vez figuras que existen gracias a que otro nos está soñando.

La sola presencia de dos soñadores como en el relato en alusión, sugiere que puede haber cientos, miles o una cantidad infinita de soñadores interconectados, así como un numero eterno de realidades. Existe algo sustancial en la idea de Borges que merece ser estudiado, al tiempo que se discute del metaverso. Es decir, la realidad virtual. Un ámbito en el que podemos interactuar y es creado para parecerse a la realidad externa, en la que podremos trabajar, interrelacionarnos y…vivir.

El universo del ciberespacio y la llegada del hombre nuevo, determina un nuevo concepto virtual. Así, varias empresas desarrolladoras modelan una nueva forma de personalidad con mayor integración de los sentidos. Se trata de un proceso complicado que implica retos por descifrar. Muy pronto, seguramente será posible experimentar cualquier sensación de la vida diaria, visitar lugares, practicar deportes, poner un negocio, tener reuniones de trabajo en las que todos compartan una oficina virtual, tener una moneda propia, prácticamente todo, sin separarse de una silla, interconectados al igual que cientos de miles de internautas, a un mundo virtual por intermedio de una serie de dispositivos que nos harán pensar que realmente estamos dentro de él. La comunicación con otros seres humanos será no solo con la palabra, sino con el oído, el olfato y el tacto. No solo escuchar sino también oler y tocar. La experiencia integral, completa, todo extrañamente real, según observadores. Esto parecería extremo (a excepción de los hackers, personas que viven 24-7 rodeados de computadoras), ya que la persona común, que son mayoría, experimenta la necesidad de defenderse de la amenaza de las máquinas hacia el individuo.

Los agravios a la naturaleza humana que recibimos diariamente, nos incitan a preguntar si las máquinas llegarán a ser más inteligentes que nosotros o ya lo son y no nos damos cuenta.

Las máquinas podrán ser inteligentes y probablemente“simular el sentido trágico de la vida. Pero vivirlo seguramente no”.

¿Cuan humana puede llegar ser una máquina y adquirir conciencia?¿Saber lo que es nacer, crecer, sudor frío en las manos, amar, la sexualidad? ¿ Esto va de la mano con el libre albedrío? De ser así, serán capaces de desobedecer la primera ley de la robótica de Isaac Asimov: un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción permitir que un ser humano sufra daños.

En un tiempo más bien lejano, se aceptó que las computadoras llegarían a ser omniscientes a la manera de Hal 2001,Una Odisea del Espacio. Pero era una visión preñada de idealismo. No concebida como amenazante ni tan próxima, como ahora. Es ingenuo suponer que las máquinas permanecerán por siempre como materia sin el posible ingreso a la cálida región de la empatía, reservada exclusivamente a los humanos. Es una hipótesis endeble al ver que hoy, la inteligencia artificial (IA) cada vez más parece menos artificial o simulada. El dramático avance del Chat-gpt, es no sólo una sorpresa, sino que plantea escenarios indistintos en la vida diaria. Varios personajes de resonancia global, entre ellos Elon Musk, CEO de Tesla, piden una moratoria para la IA; aunque, BillGates, su contraparte, se opone a esa propuesta. ¿Será por desconfianza?

Musk, impulsor de la colonización humana del planeta Marte, ante cientos de miles de televidentes reveló su intención de lanzar bombas atómicas en el polo norte y sur de Marte para hacer a este planeta más habitable. ¿ Esto es más propio de un villano que de un héroe popular?.

Produce escalofríos el desarrollo sin control de la Inteligencia Artificial (IA),pero también en manos de quiénes pueda llegar a parar.

Permítame lector, reproducir hoy en este espacio la manera en que los datos del ciberespacio se aprovechan para manipular procesos electorales. Existe un libro de título Targeted, escrito por Brittany Káiser sobre el tema. Ella es ex consultora política de multitud de gobernantes. Uno de sus clientes resulta ser el expresidente Donald Trump.

En el directorio de Káiser figuran líderes de países muy industrializados y políticos de naciones en desarrollo. Para efectos prácticos, Targeted es un tratado de la falta de ética y la escasa moral en que se mueve la multimillonaria industria del manejo de datos. La forma en que compañías como Cambridge Analytic, de la cual káiser formó parte, se enriquecen y sacrifican la democracia para entregar datos personales de millones de navegantes del ciberespacio, como usted y yo, al mejor postor.

De acuerdo con Brittany Káiser, los vacíos en la ley estadounidense (que también existen en otras naciones), le permitieron a Cambridge Analytica ayudar a Trump en su ambición de llegar a la Casa Blanca (pero no para escapar de las graves acusaciones en un juzgado de Nueva York).

El manipuleo de datos influyó decisivamente en la votación del Brexit, en Gran Bretaña, cuyo resultado discutido sorprendió al mundo. Si en países de Europa muy desarrollados que poseen gran tradición cultural, artística y alto nivel de conciencia política se manosean así los datos, ¿Qué ocurrirá en sociedades menos desarrolladas, donde existen “élites” que tendrían fácil acceso a esta clase de “ayudas”?

El saqueo de datos sin consentimiento es la materia prima para el diseño de campañas de mercadotecnia política con precisión única, que junto a los huecos legales vigentes y lenidad jurídica, permite a depredadores electorales moverse a sus anchas y distorsionar la imagen de figuras públicas y movimientos políticos. Todo esto con impunidad y en menoscabo de las libertades civiles que damos por hecho.

Ahora es posible repetir lo que dijo Epicteto, más o menos así: “No entregues tu mente”. “No prestes tu inteligencia a cualquier persona que desee influenciarte”.

La mente, “ es la presencia de la divinidad dentro de la materia”.

Jorge Luis Borges, en su cuento Las ruinas circulares, nos deja preguntando si nosotros, que creamos personajes en nuestros sueños, que queremos imponer a la realidad, somos a su vez figuras que existen gracias a que otro nos está soñando.

La sola presencia de dos soñadores como en el relato en alusión, sugiere que puede haber cientos, miles o una cantidad infinita de soñadores interconectados, así como un numero eterno de realidades. Existe algo sustancial en la idea de Borges que merece ser estudiado, al tiempo que se discute del metaverso. Es decir, la realidad virtual. Un ámbito en el que podemos interactuar y es creado para parecerse a la realidad externa, en la que podremos trabajar, interrelacionarnos y…vivir.

El universo del ciberespacio y la llegada del hombre nuevo, determina un nuevo concepto virtual. Así, varias empresas desarrolladoras modelan una nueva forma de personalidad con mayor integración de los sentidos. Se trata de un proceso complicado que implica retos por descifrar. Muy pronto, seguramente será posible experimentar cualquier sensación de la vida diaria, visitar lugares, practicar deportes, poner un negocio, tener reuniones de trabajo en las que todos compartan una oficina virtual, tener una moneda propia, prácticamente todo, sin separarse de una silla, interconectados al igual que cientos de miles de internautas, a un mundo virtual por intermedio de una serie de dispositivos que nos harán pensar que realmente estamos dentro de él. La comunicación con otros seres humanos será no solo con la palabra, sino con el oído, el olfato y el tacto. No solo escuchar sino también oler y tocar. La experiencia integral, completa, todo extrañamente real, según observadores. Esto parecería extremo (a excepción de los hackers, personas que viven 24-7 rodeados de computadoras), ya que la persona común, que son mayoría, experimenta la necesidad de defenderse de la amenaza de las máquinas hacia el individuo.

Los agravios a la naturaleza humana que recibimos diariamente, nos incitan a preguntar si las máquinas llegarán a ser más inteligentes que nosotros o ya lo son y no nos damos cuenta.

Las máquinas podrán ser inteligentes y probablemente“simular el sentido trágico de la vida. Pero vivirlo seguramente no”.

¿Cuan humana puede llegar ser una máquina y adquirir conciencia?¿Saber lo que es nacer, crecer, sudor frío en las manos, amar, la sexualidad? ¿ Esto va de la mano con el libre albedrío? De ser así, serán capaces de desobedecer la primera ley de la robótica de Isaac Asimov: un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción permitir que un ser humano sufra daños.

En un tiempo más bien lejano, se aceptó que las computadoras llegarían a ser omniscientes a la manera de Hal 2001,Una Odisea del Espacio. Pero era una visión preñada de idealismo. No concebida como amenazante ni tan próxima, como ahora. Es ingenuo suponer que las máquinas permanecerán por siempre como materia sin el posible ingreso a la cálida región de la empatía, reservada exclusivamente a los humanos. Es una hipótesis endeble al ver que hoy, la inteligencia artificial (IA) cada vez más parece menos artificial o simulada. El dramático avance del Chat-gpt, es no sólo una sorpresa, sino que plantea escenarios indistintos en la vida diaria. Varios personajes de resonancia global, entre ellos Elon Musk, CEO de Tesla, piden una moratoria para la IA; aunque, BillGates, su contraparte, se opone a esa propuesta. ¿Será por desconfianza?

Musk, impulsor de la colonización humana del planeta Marte, ante cientos de miles de televidentes reveló su intención de lanzar bombas atómicas en el polo norte y sur de Marte para hacer a este planeta más habitable. ¿ Esto es más propio de un villano que de un héroe popular?.

Produce escalofríos el desarrollo sin control de la Inteligencia Artificial (IA),pero también en manos de quiénes pueda llegar a parar.

Permítame lector, reproducir hoy en este espacio la manera en que los datos del ciberespacio se aprovechan para manipular procesos electorales. Existe un libro de título Targeted, escrito por Brittany Káiser sobre el tema. Ella es ex consultora política de multitud de gobernantes. Uno de sus clientes resulta ser el expresidente Donald Trump.

En el directorio de Káiser figuran líderes de países muy industrializados y políticos de naciones en desarrollo. Para efectos prácticos, Targeted es un tratado de la falta de ética y la escasa moral en que se mueve la multimillonaria industria del manejo de datos. La forma en que compañías como Cambridge Analytic, de la cual káiser formó parte, se enriquecen y sacrifican la democracia para entregar datos personales de millones de navegantes del ciberespacio, como usted y yo, al mejor postor.

De acuerdo con Brittany Káiser, los vacíos en la ley estadounidense (que también existen en otras naciones), le permitieron a Cambridge Analytica ayudar a Trump en su ambición de llegar a la Casa Blanca (pero no para escapar de las graves acusaciones en un juzgado de Nueva York).

El manipuleo de datos influyó decisivamente en la votación del Brexit, en Gran Bretaña, cuyo resultado discutido sorprendió al mundo. Si en países de Europa muy desarrollados que poseen gran tradición cultural, artística y alto nivel de conciencia política se manosean así los datos, ¿Qué ocurrirá en sociedades menos desarrolladas, donde existen “élites” que tendrían fácil acceso a esta clase de “ayudas”?

El saqueo de datos sin consentimiento es la materia prima para el diseño de campañas de mercadotecnia política con precisión única, que junto a los huecos legales vigentes y lenidad jurídica, permite a depredadores electorales moverse a sus anchas y distorsionar la imagen de figuras públicas y movimientos políticos. Todo esto con impunidad y en menoscabo de las libertades civiles que damos por hecho.

Ahora es posible repetir lo que dijo Epicteto, más o menos así: “No entregues tu mente”. “No prestes tu inteligencia a cualquier persona que desee influenciarte”.

La mente, “ es la presencia de la divinidad dentro de la materia”.