/ domingo 15 de septiembre de 2024

Café cultura / La Suave Patria

Con ese compañero inseparable que es mi pensamiento, me remonto en el tiempo y en mi mente aparece una cálida imagen como surgida del mundo de los sueños: una calle empedrada con sus casas de blanco, cornisas y portadas de cantera, y una plazuela con árboles inmensos que bajo su sombra guardan devotamente una escuela de niñas que ha llevado por nombre "Ramón López Velarde", en Jerez Zacatecas.

Era por la mañana, me encaminé a la escuela con mi vestido blanco porque tendríamos fiesta. Como en todas las niñas que se sienten bonitas con vestido de estreno, la alegría desbordaba en mis ojos, y también la emoción, porque siendo integrante de un grupo de poesía, iba a participar en la interpretación de ese verso divino que es La Suave Patria.

¡Oh, bello poema y recuerdos lejanos! Oh, cómo quisiera preguntar quedamente al bardo jerezano si una magia escondida mecía su pensamiento, si su pluma era aguja que tejía las palabras entre redes de ensueño, o si su corazón "un corazón adicto" de amante provinciano vivía entre las estrellas o las tenía en sus manos:

Suave Patria: permite que te envuelva

en la más honda música de selva

con que me modelaste por entero

al golpe cadencioso de las hachas,

entre risas y gritos de muchachas

y pájaros de oficio carpintero.

O le preguntaría qué acción premonitoria despertó en sus instintos: "El niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo. A Cuauhtemoc decía: "escúchame loarte único héroe a la altura del arte".

Acaso encaminado por todas sus locuras de olor a sacristía, con sensible elocuencia el poeta decía: "te amo no cual mito, sino por tu verdad de pan bendito"… "y por las madrugadas del terruño en calles como espejos, se vacía el santo olor de la panadería…"

Por tu balcón de palmas bendecidas

el Domingo de Ramos, yo desfilo

lleno de sombra, porque tú trepidas.

Ese canto a la Patria también es su cocina, sus grandes catedrales, calles adoquinadas, los viejos campanarios que nos llaman a misa con lentas campanadas. Sus trajes regionales, artesanía y colores, música de mariachi, norteñas o jaranas, los sones y el jarabe, huapango y las huastecas, y en mi corazón la marcha Zacatecas. Revueltas o M. Ponce con su bello Intermezzo, Huapango de Moncayo, melodías inolvidables, los valses mexicanos como Sobre las Olas de Juventino Rosas. La obra de Octavio Paz, de Rivera y Orozco, de Siqueiros y Frida, Rosario Castellanos, y Angela Peralta ruiseñor mexicano.

Esto y más es la Patria; también esa ciudad de calor y gaviotas, de lagunas y mar que ha dado a mi existencia seres que tanto adoro, con amor tan profundo, el hogar, un trabajo; mis amigos-hermanos, los mejores del mundo. Lo que ha dado a mi vida, con gratitud predico, en mí guardo su nombre, ese nombre es…Tampico.

Esto y más es la Patria; también esa ciudad de calor y gaviotas, de lagunas y mar que ha dado a mi existencia seres que tanto adoro, con amor tan profundo, el hogar, un trabajo; mis amigos-hermanos, los mejores del mundo