/ domingo 22 de septiembre de 2024

Café cultura / Jorge Yapur, un trayecto de vida largo y creativo

"De padres libaneses, Jorge Yapur nace en Madero, crece en Mante y vive su edad adulta en Tampico… si eso no es vivir en el desarraigo, entonces que alguien nos explique por qué Jorge asume una universalidad ejemplar en sus primeros trabajos".

Gloria Gómez Guzmán.

Con el auspicio del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, fue inaugurada en la Galería de Exposiciones Temporales del Metro La voluntad del linaje, muestra del pintor tamaulipeco Jorge Yapur, quien nos presentó en retrospectiva una traducción estética que relata los periodos de un trayecto de vida largo y creativo.

En esta disciplina plural de los colores, el pensamiento y la habilidad del artista han quedado inscritos con tintes naturalistas enraizados a la originaria voz de los huaxtecas. Han quedado no como meras reiteraciones o copias localistas, sino como una forma subjetiva de lenguaje, de pensamiento en palabras pintadas. Han quedado también traducidos sus silencios como un modo suyo de hablar. Y pone en su paleta de pintor la luz del color que es la misma del sol, que es la de uno mismo al beber el vino, que es la misma acompasada al viento, que es la misma al mirar el cielo, uso experimentado de la luz que deambula con desenfado y luego con energía por todos los caminos del arcoíris sobre el blanco lienzo…

Búscame en este cuadro o en ese o en aquél –me dice el pintor–. Y lo encuentro regando las orquídeas, besando la tierra, bendiciéndola. Lo encuentro portando un nuevo sombrero, con su bolsa de cuero colgada al hombro llena de recuerdos. También saboreando el arroz con leche en mi terraza o el chocolate espumoso con pan del horno. Lo encuentro oyendo música y cantando en el idioma de los pájaros y bailoteando emocionado. Encuentro al pintor leyéndome en voz alta el bíblico Cantar de cantares o explicándome otra vez con los puños en la cintura las fases de la Luna. Lo encuentro regalándome un botón de San Chárbel y recitándome versos árabes. O hablando solo por las banquetas, atravesando las calles, discutiendo con alguien. Lo encuentro también sumergido en las aguas o abriendo ventanas... “Todo aquel que tiene una razón para vivir puede soportar cualquier forma de hacerlo” –decía Nietzsche.

En su temática y sus astucias técnicas, Jorge Yapur pudo forjar su propia visión creativa echando mano de todos los recursos y licencias. Hizo suyos los cuatro elementos y suya la inexpugnable mojabilidad de la atmósfera que nos mueve, esencia de esencias. Y se revelan en su estética figurativa y en sus divertimentos, los mismos signos primigenios representando los adentros del hombre frente a lo establecido, metafóricamente mágico en el que subyace lo efímero y lo eterno. Y aparecen de nuevo las deidades con sus ropajes volantes. Aparecen las máscaras, los animales, los trazos innumerables…

Inmersa estoy en los terrenos de la retrospección: en mayo de 2007 escribí en esta columna lo siguiente: “Poseído por una alucinación deliberada, Yapur fue atesorando formas y movimientos revestidos de símbolos sorprendentes, sugerentes. Y desdoblado por el soplo divino de los cuatro vientos nació el Huastequismo, su concepto emblemático. Explanaciones lucientes, coloreadas: estampas de aquello que los hombres de otro tiempo creyeron ver… Y vieron. Rescate imaginativo. Huasteca aire y fuego. Huasteca tierra y agua. En Tampico, nuestra tierra íntima tamaulipeca, Jorge Yapur sueña con su realismo mágico los sueños del artista. Jorge Huastequismo. Jorge temperamental. Ensombrerado de atavío carmesí inmensamente retador. Inmensamente sensible. Inmensamente pintor”.

…De un modo o de otro uno siempre comprueba que el arte es la salvación. Con su noción histórica y su arte pictórico, Jorge Yapur decidió transmutar en colores y aceites sobre telas y maderas y muros, cada una de sus ideas. Hoy se han convertido en narraciones…

amparo.gberumen@gmail.com