Las comunidades costeras han sido cuna del desarrollo de la humanidad. A nivel mundial más del 50% de la población vive en zonas costeras y en México ya superamos con el 30% de su población habitando en municipios costeros. De acuerdo con el censo poblacional más reciente y vigente, en México según el Inegi del año 2020, los habitantes en los 17 estados costeros son 50'849,741 y se espera que para el año 2030 aumente a 55 millones según el Consejo Nacional de Población. Particularmente, la población de los municipios costeros creció en el período 20102020 en un 23.53%, mientras que la de los municipios urbanos lo hizo en un 37%.
El desarrollo costero también ha llevado a la expansión de los sectores y actividades como son: los puertos, el turismo, la industria, la pesca y el comercio, principalmente.
Todo este complejo de desarrollo en términos energéticos ha sido, es y será siempre un gran reto.
El consumo de combustibles fósiles ha sido la fuente básica energética por esto (76% a nivel nacional), sin embargo, la contaminación asociada a su utilización y el agotamiento de estos y al no ser renovables, hacen enfrentar escenarios críticos de sustentabilidad y la necesaria búsqueda de alternativas energéticas.
En las zonas costeras existen diversas fuentes de energía alternativas que pueden ser y están siendo aprovechadas como lo son la energía: eólica, de oleaje, mareomotriz, térmica, solar y de corrientes.
La mayor energía aprovechada es la eólica y las asociadas a las mareas, oleajes y corrientes (predominantemente costeras) aún no se ha evaluado debidamente su potencial en México.
Sin embargo, el aprovechamiento combinado de energías de vientos, oleaje, mareas y corrientes están siendo muy factibles en la costa sobre todo porque garantiza una generación continua (y quizás infinita) si se hacen en conjunto y no por separado; Dinamarca e Inglaterra ya están trabajando en prototipos de esta naturaleza.
En las costas de México y particularmente sus costas del Golfo de México y Mar Caribe debemos empezar a trabajar en el desarrollo de prototipos de generación de energía utilizando equipos que combinen el aprovechamiento de vientos, oleaje, corrientes y mareas para este fin, sin depender mucho de una evaluación individual de su potencial, ya que este último se maximiza con su aprovechamiento conjunto. En Tamaulipas, la empresa Enel Green Power invierte actualmente 120 millones de dólares en un complejo de generación de energía eólica con una capacidad de generación de 93 megavatios.
Los retos son muy altos, si el consumo de energía eléctrica se estima en 2.057 kWh per cápita y el de un hogar de 4 mil 362 KWh al año; sustentar el consumo de 55 millones de habitantes en zonas costeras de México esperados para el 2030 requiere el complemento y aprovechamiento energías alternativas.
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