/ viernes 31 de mayo de 2024

Alfa y omega / Seguimos hacia adelante o regresamos

Según un dicho popular, no hay día que no se llegue, ni fecha que no se cumpla y sí, pasado mañana, el domingo 2 de junio, se llevarán a cabo las más grandes y polémicas elecciones de la historia en nuestro país, donde más que miles de puestos públicos, estará en juego la disyuntiva, en palabras llanas, de seguir adelante o regresar al pasado.

Dos fuerzas políticas, divididas en seis partidos, buscarán, unos, retomar el poder que por ambiciones desmedidas perdieron y otros, retener y limpiar lo que rescataron del tiradero de la historia, las ruinas que amenazaban con llevar a la Patria nuestra a convertirse en colonia económica de países poderosos.

Hace seis años, México había llegado a una situación degradante, ejemplo de corrupción en el mundo, donde cada sexenio salían comaladas de nuevos ricos, depredadores de los recursos y bienes de la nación, repartiendo el botín entre los políticos y las clases más altas de la sociedad, así como con las oligarquías sedientas de engrosar sus cuantiosas fortunas.

En aquellos tiempos, el partido oficial, el que dominaba todo lo que se movía en el país, designaba con mucha anticipación a los candidatos que serían los ganadores en todas las contiendas, algunas veces en base en los fraudes más descarados, desde la Presidencia de la República, hasta el más humilde regidor de un Ayuntamiento Municipal.

Incluso circulaba en ese entonces, un chistecillo en el que un norteamericano le presumía a un mexicano que en su país dos horas después de cerrada la votación, sabían quién era el ganador de la contienda, dada la tecnología computacional con que contaban, a lo que el mexicano le replicó: “Uy, eso no es nada, aquí en nuestro país desde seis meses antes de las elecciones sabemos quién va ser el ganador. La "dictadura perfecta", le decía Mario Vargas Llosa al sistema político mexicano y era cierto.

Pero llegó un partido nuevo, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con un líder impulsado por ideas renovadoras, cuya esencia política se sustentaba en una transformación total del modo de gobernar, poniendo como objetivo principal, la redención de los pobres y la erradicación de la corrupción.

Y en unas elecciones históricas, Morena arrasó en la votaciones, cambiando el panorama político del país. Lógico que los desplazados sintieron el golpe demoledor a sus ambiciones de poder y de dinero y se convirtieron en los más feroces enemigos de la Cuarta Transformación.

Pasado mañana todos debemos salir a votar, cada quien por el candidato o candidata que le parezca como el más indicado para dirigir los destinos del país, porque así México seguirá por el camino que el pueblo elija y no por la hegemonía de ningún viejo partido, como en otros tiempos.