/ domingo 8 de septiembre de 2024

Alfa y omega / Cuando el río suena

La moneda está en el aire, la multicitada Reforma Judicial pende de un hilo, más bien, de un senador que es el que falta para que la bancada de Morena tenga la mayoría calificada en el Senado y así lograr votarla y elevarla a la categoría de Constitucional, de lo contrario, no pasará y quedará ahí, congelada hasta obtener las condiciones necesarias para un nuevo intento de reformar la Constitución y obtener la aprobación mayoritaria del Congreso Federal.

Mientras tanto, Norma Piña, presidenta de la SCJN, anda deambulando por las calles de la Ciudad de México, unida a la protesta de los trabajadores de la Corte, buscando proteger sus intereses y evitar que la Reforma sea aprobada.

El martes próximo, será la fecha fatal para la aprobación o rechazo de la iniciativa enviada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y solo se espera que los disturbios no pasen a mayores, para evitar consecuencias que tengan que lamentarse.

Direccionando los comentarios, aquí en Tampico, el próximo martes, después de dar su último informe de Gobierno, el alcalde Chucho Nader terminará lo que fue una brillante administración de dos trienios, dejando tras de sí un ejemplo difícil de igualar y una página en la historia del puerto, escrita con letras indelebles para que siempre quede en la memoria de los porteños de hoy y de las juventudes del futuro.

Nadie podrá regatearle a Chucho Nader el orgullo de haber cambiado en forma total la imagen de Tampico, con obras de gran valor para el bienestar de sus habitantes y de superior atractivo para el turismo de la región y de gran parte de México.

Chucho Nader demostró que cuando se quiere se puede lograr la realización de los proyectos, por más difíciles que estos sean, y que no hay barrera alguna que impida el progreso y el bienestar de un pueblo, cuando se trabaja sin intereses personales y con honestidad en la responsabilidad que el propio pueblo le confiere a un funcionario.

Tampico Brilla fue el slogan de Chucho y, en verdad, ese concepto que parecía parte de una propaganda política, el alcalde Nader lo convirtió en una verdad tangible, en una realidad manifiesta, en una cascada de obras urbanas y sociales, que le valieron el reconocimiento del pueblo y el galardón consecutivo por cinco años, como el alcalde de mayor aprobación en el país.

Chucho termina como alcalde el próximo martes, pero solo para incorporarse como diputado federal en la ya nueva Legislatura, desde donde de seguro seguirá buscando apoyos para el beneficio de Tampico.

De cualquier manera, ya la imagen de Chucho Nader Nasrallah quedó impresa en los anales de la historia de Tampico y su recuerdo como el mejor alcalde de este maravilloso puerto va impreso no solo en la mente, sino también en los corazones de todo un pueblo agradecido.

P.D.- Desde ahora, acorde con la inminente administración federal que presidirá Claudia Sheinbaum, se auguran importantes cambios en algunas dependencias estatales de Tamaulipas. Son rumores pero, como dice el dicho, “cuando el río suena, es porque agua lleva”.

La moneda está en el aire, la multicitada Reforma Judicial pende de un hilo, más bien, de un senador que es el que falta para que la bancada de Morena tenga la mayoría calificada en el Senado y así lograr votarla y elevarla a la categoría de Constitucional, de lo contrario, no pasará y quedará ahí, congelada hasta obtener las condiciones necesarias para un nuevo intento de reformar la Constitución y obtener la aprobación mayoritaria del Congreso Federal.

Mientras tanto, Norma Piña, presidenta de la SCJN, anda deambulando por las calles de la Ciudad de México, unida a la protesta de los trabajadores de la Corte, buscando proteger sus intereses y evitar que la Reforma sea aprobada.

El martes próximo, será la fecha fatal para la aprobación o rechazo de la iniciativa enviada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y solo se espera que los disturbios no pasen a mayores, para evitar consecuencias que tengan que lamentarse.

Direccionando los comentarios, aquí en Tampico, el próximo martes, después de dar su último informe de Gobierno, el alcalde Chucho Nader terminará lo que fue una brillante administración de dos trienios, dejando tras de sí un ejemplo difícil de igualar y una página en la historia del puerto, escrita con letras indelebles para que siempre quede en la memoria de los porteños de hoy y de las juventudes del futuro.

Nadie podrá regatearle a Chucho Nader el orgullo de haber cambiado en forma total la imagen de Tampico, con obras de gran valor para el bienestar de sus habitantes y de superior atractivo para el turismo de la región y de gran parte de México.

Chucho Nader demostró que cuando se quiere se puede lograr la realización de los proyectos, por más difíciles que estos sean, y que no hay barrera alguna que impida el progreso y el bienestar de un pueblo, cuando se trabaja sin intereses personales y con honestidad en la responsabilidad que el propio pueblo le confiere a un funcionario.

Tampico Brilla fue el slogan de Chucho y, en verdad, ese concepto que parecía parte de una propaganda política, el alcalde Nader lo convirtió en una verdad tangible, en una realidad manifiesta, en una cascada de obras urbanas y sociales, que le valieron el reconocimiento del pueblo y el galardón consecutivo por cinco años, como el alcalde de mayor aprobación en el país.

Chucho termina como alcalde el próximo martes, pero solo para incorporarse como diputado federal en la ya nueva Legislatura, desde donde de seguro seguirá buscando apoyos para el beneficio de Tampico.

De cualquier manera, ya la imagen de Chucho Nader Nasrallah quedó impresa en los anales de la historia de Tampico y su recuerdo como el mejor alcalde de este maravilloso puerto va impreso no solo en la mente, sino también en los corazones de todo un pueblo agradecido.

P.D.- Desde ahora, acorde con la inminente administración federal que presidirá Claudia Sheinbaum, se auguran importantes cambios en algunas dependencias estatales de Tamaulipas. Son rumores pero, como dice el dicho, “cuando el río suena, es porque agua lleva”.