El del lunes en la fronteriza Matamoros fue un acto de gran emotividad donde el Presidente amigo de Tamaulipas, Andrés Manuel López Obrador, se despidió de nuestro Estado dando cátedra de una política de altura, demostrando que gobernar no es solo mandar, sino esencialmente respetar los valores humanos de todos y dar a cada quien lo que le corresponde.
El Jefe del Ejecutivo Federal llegó a Tamaulipas acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, así como de varios funcionarios de su gabinete, para cumplir su palabra de rescatar los restos del revolucionario y periodista matamorense Catarino Erasmo Garza Rodríguez, quien luchó contra el gobierno de Porfirio Díaz, por lo que tuvo que refugiarse en los Estados Unidos luego de una persecución en su contra, ordenada por el dictador.
López Obrador fue recibido por el Gobernador del Estado, doctor Américo Villarreal Anaya, quien en su discurso de bienvenida agradeció la amistad del Presidente, que en repetidas ocasiones visitó nuestro Estado, donde deja su huella benefactora con una serie de obras en favor de la población.
Después, Andrés Manuel López Obrador, casi al final de la ceremonia, hizo uso de la palabra para esbozar lo que fue la vida de Catarino Erasmo Garza, valiente tamaulipeco que después de su lucha en México contra la tiranía y dictadura de Porfirio Díaz, sucumbió a las balas asesinas de oficialistas en Panamá, después de un asalto al cuartel que custodiaban soldados del gobierno en Costa Rica.
López Obrador, en su búsqueda de datos para su libro “Neoporfirismo” encontró el nombre del matamorense Catarino Erasmo Garza y al conocer su historia, ordenó una investigación al respecto hasta encontrar los restos del revolucionario y traerlos a su tierra natal, donde ya ahora descansa en paz.
Lo del rescate de los restos óseos de Catarino Erasmo Garza, es una muestra clara del profundo sentimiento humanista que ha caracterizado al Presidente López Obrador, un idealista que toda su vida política la dedicó a luchar en favor de los pobres, principal preocupación de su Gobierno.
Terminados los discursos, Carlos Tijerina, bisnieto de Catarino Erasmo, depositó los restos del revolucionario matamorense, bajo la escultura elaborada por Pedro Reyes.
La presencia de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo en la emotiva ceremonia fue motivo para que el Gobernador Américo Villarreal Anaya estrechara los lazos de amistad con la que será a partir del 1 de Octubre la primera presidenta mujer en toda la historia de nuestro país.
Claudia ha demostrado en distintas ocasiones su inclinación amistosa hacia nuestro Estado, desde la primera vez que visitó la Ciudad de Altamira. Por cierto, durante la ceremonia del lunes estuvo presente como invitado el alcalde de la tierra de Cuco Sánchez, el incansable alcalde Armando Martínez Manríquez.
Seguro que la construcción del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, legado de AMLO, será seguido por la Presidenta Claudia. Luego entonces, ahí estará vigente el Gobierno de Américo Villarreal Anaya.
P.D.- Aquí en Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya podrá decirle a López Obrador “Misión cumplida, Señor Presidente”.