/ jueves 5 de septiembre de 2024

Acontecer Político / La explicación está en la historia

AMLO y el fenómeno social

Los lujos prianistas

Paulino Lomas, amigo íntegro

¿Cómo es que el Movimiento de Regeneración Nacional se ha convertido en una avasalladora ola electoral a solo diez años de haber obtenido su registro como partido?

La respuesta a esta pregunta debe buscarse en la historia reciente, pues en ella se encuentran los factores que hicieron germinar una semilla de inconformidad que dio lugar a un cambio radical en el sistema político mexicano.

Durante décadas, el Partido Revolucionario Institucional fue la fuerza dominante en nuestro país, detentando la presidencia de la república, la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, la totalidad de las gubernaturas y los congresos locales, las alcaldías y regidurías y hasta las jefaturas de policía y tránsito.

Tuvo gobiernos buenos, en efecto, que construyeron el México moderno, le dieron estabilidad y un buen desarrollo económico atendiendo las necesidades populares. Pero esa identificación con la ciudadanía se iría perdiendo gradualmente. Hubo matanza de estudiantes, persecución y espionaje político, encarcelamiento de opositores y desapariciones forzadas por parte de las fuerzas policíacas.

Con la llegada de MIGUEL DE LA MADRID en 1985, empezó a hacerse sensible un cambio en la manera de gobernar, privilegiando el capital, principalmente extranjero, por sobre el interés público, a tono con las ideas neoliberales, tendencia que se agudizó con CARLOS SALINAS DE GORTARI.

SALINAS privatizó Bancos, minas, puertos, la telefonía y muchas empresas públicas, política que continuó ERNESTO ZEDILLO que desapareció los trenes de pasajeros y concesionó el sistema ferroviario a trasnacionales. Vendrían las gigantescas devaluaciones, los endeudamientos, los gasolinazos y el virtual congelamiento de los salarios mínimos, bajo el argumento de que un incremento importante provocaría inflación. “Hay que ajustarnos el cinturón”, decían. Con cada golpe a la economía popular venía la justificación: “es una medida dolorosa pero necesaria”. Empezó a abrirse la brecha entre pobres y ricos, el gobierno se puso al servicio del capital privado y en cada sexenio surgían “comaladas” de millonarios, incluyendo a los propios presidentes, algunos de los cuales hoy viven a todo lujo en Europa.

Esto causó malestar entre la población, que en el 2000 vio la oportunidad de revertir el estado de cosas votando por VICENTE FOX QUESADA, un aguerrido, al menos en el discurso, candidato del Partido Acción Nacional que prometía “gobernar para los jodidos”. Pero pronto se descubrió que todo era una falacia y se mantuvo en la línea neoliberal.

Luego arribó, en medio de un evidente fraude electoral, FELIPE CALDERON HINOJOSA, que se alió al PRI de manera inescrupulosa y que buscando legitimarse emprendió una guerra contra la delincuencia organizada sin ningún orden táctico que provocó un baño de sangre, mientras que tenía como secretario de Seguridad Pública a GENARO GARCIA LUNA que a su vez protegía a grupos de narcotraficantes, por lo que hoy está preso en Estados Unidos.

Y el PRI volvería por sus fueros con ENRIQUE PEÑA NIETO, promovido por el empresariado para establecer un régimen de corrupción en el que se pagaba jugosamente a legisladores para que aprobaran reformas constitucionales contrarias al bienestar común. Se transportaba en un lujoso avión, asistía a banquetes con reyes y presidentes y al igual que sus antecesores vivía como monarca en “Los Pinos”.

Mientras eso sucedía, un político tabasqueño recorría el país, visitando y hasta pernoctando en los pueblos más alejados en una callada pero persistente labor de convencimiento. ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR penetraba sigilosamente en la sociedad sojuzgada, ignorada y hasta humillada por la clase gobernante. Y al cabo de años, logró llegar al gobierno del entonces Distrito Federal, donde impulsó programas sociales e institucionalizó el apoyo económico a los adultos mayores y a los estudiantes. Fue entonces cuando el oficialismo prianista se dio cuenta de que era un peligro para su permanencia.

Se le desaforó por la supuesta violación a un amparo para inhabilitarlo electoralmente, pero millones de capitalinos salieron a la calle en su defensa y se tuvo que dar marcha atrás.

Finalmente llegó a la presidencia de la república con el voto de 30 millones de mexicanos. Elevó sustancialmente el salario mínimo sin causar inflación, extendió los apoyos de bienestar a todo el país, favoreció la inversión extranjera, no hubo devaluación, se redujo la pobreza sin aumentar impuestos, impulsó la obra pública para generar empleos y la inversión privada tuvo utilidades sin precedentes. Todo esto en una ruta contraria a los principios del neoliberalismo.

Todo esto explicaría porque hoy MORENA tiene la mayoría de las gubernaturas y los congresos estatales, la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y casi, casi, en la de senadores y bajó la imagen de AMLO, logró que su candidata presidencial CLAUDIA SHEIMBAUM obtuviera más de 35 millones de sufragios. Como puede verse, la extensión de la ola guinda no es casualidad, sino producto del trabajo de un hombre que supo aglutinar voluntades, que se identificó con las masas, que despreció los lujos de sus antecesores y combatió la corrupción.

Todo esto está consignado en los anales de la historia política reciente y es una clara explicación del fenómeno social que estamos presenciando. Quienes no quieran verlo, nunca entenderán la vida presente. Lamentamos el fallecimiento del arquitecto PAULINO LOMAS, un personaje que hizo de la amistad una virtud y a quien conocimos hace más de 50 años. DEP.

raulpazos45@gmail.com

AMLO y el fenómeno social

Los lujos prianistas

Paulino Lomas, amigo íntegro

¿Cómo es que el Movimiento de Regeneración Nacional se ha convertido en una avasalladora ola electoral a solo diez años de haber obtenido su registro como partido?

La respuesta a esta pregunta debe buscarse en la historia reciente, pues en ella se encuentran los factores que hicieron germinar una semilla de inconformidad que dio lugar a un cambio radical en el sistema político mexicano.

Durante décadas, el Partido Revolucionario Institucional fue la fuerza dominante en nuestro país, detentando la presidencia de la república, la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, la totalidad de las gubernaturas y los congresos locales, las alcaldías y regidurías y hasta las jefaturas de policía y tránsito.

Tuvo gobiernos buenos, en efecto, que construyeron el México moderno, le dieron estabilidad y un buen desarrollo económico atendiendo las necesidades populares. Pero esa identificación con la ciudadanía se iría perdiendo gradualmente. Hubo matanza de estudiantes, persecución y espionaje político, encarcelamiento de opositores y desapariciones forzadas por parte de las fuerzas policíacas.

Con la llegada de MIGUEL DE LA MADRID en 1985, empezó a hacerse sensible un cambio en la manera de gobernar, privilegiando el capital, principalmente extranjero, por sobre el interés público, a tono con las ideas neoliberales, tendencia que se agudizó con CARLOS SALINAS DE GORTARI.

SALINAS privatizó Bancos, minas, puertos, la telefonía y muchas empresas públicas, política que continuó ERNESTO ZEDILLO que desapareció los trenes de pasajeros y concesionó el sistema ferroviario a trasnacionales. Vendrían las gigantescas devaluaciones, los endeudamientos, los gasolinazos y el virtual congelamiento de los salarios mínimos, bajo el argumento de que un incremento importante provocaría inflación. “Hay que ajustarnos el cinturón”, decían. Con cada golpe a la economía popular venía la justificación: “es una medida dolorosa pero necesaria”. Empezó a abrirse la brecha entre pobres y ricos, el gobierno se puso al servicio del capital privado y en cada sexenio surgían “comaladas” de millonarios, incluyendo a los propios presidentes, algunos de los cuales hoy viven a todo lujo en Europa.

Esto causó malestar entre la población, que en el 2000 vio la oportunidad de revertir el estado de cosas votando por VICENTE FOX QUESADA, un aguerrido, al menos en el discurso, candidato del Partido Acción Nacional que prometía “gobernar para los jodidos”. Pero pronto se descubrió que todo era una falacia y se mantuvo en la línea neoliberal.

Luego arribó, en medio de un evidente fraude electoral, FELIPE CALDERON HINOJOSA, que se alió al PRI de manera inescrupulosa y que buscando legitimarse emprendió una guerra contra la delincuencia organizada sin ningún orden táctico que provocó un baño de sangre, mientras que tenía como secretario de Seguridad Pública a GENARO GARCIA LUNA que a su vez protegía a grupos de narcotraficantes, por lo que hoy está preso en Estados Unidos.

Y el PRI volvería por sus fueros con ENRIQUE PEÑA NIETO, promovido por el empresariado para establecer un régimen de corrupción en el que se pagaba jugosamente a legisladores para que aprobaran reformas constitucionales contrarias al bienestar común. Se transportaba en un lujoso avión, asistía a banquetes con reyes y presidentes y al igual que sus antecesores vivía como monarca en “Los Pinos”.

Mientras eso sucedía, un político tabasqueño recorría el país, visitando y hasta pernoctando en los pueblos más alejados en una callada pero persistente labor de convencimiento. ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR penetraba sigilosamente en la sociedad sojuzgada, ignorada y hasta humillada por la clase gobernante. Y al cabo de años, logró llegar al gobierno del entonces Distrito Federal, donde impulsó programas sociales e institucionalizó el apoyo económico a los adultos mayores y a los estudiantes. Fue entonces cuando el oficialismo prianista se dio cuenta de que era un peligro para su permanencia.

Se le desaforó por la supuesta violación a un amparo para inhabilitarlo electoralmente, pero millones de capitalinos salieron a la calle en su defensa y se tuvo que dar marcha atrás.

Finalmente llegó a la presidencia de la república con el voto de 30 millones de mexicanos. Elevó sustancialmente el salario mínimo sin causar inflación, extendió los apoyos de bienestar a todo el país, favoreció la inversión extranjera, no hubo devaluación, se redujo la pobreza sin aumentar impuestos, impulsó la obra pública para generar empleos y la inversión privada tuvo utilidades sin precedentes. Todo esto en una ruta contraria a los principios del neoliberalismo.

Todo esto explicaría porque hoy MORENA tiene la mayoría de las gubernaturas y los congresos estatales, la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y casi, casi, en la de senadores y bajó la imagen de AMLO, logró que su candidata presidencial CLAUDIA SHEIMBAUM obtuviera más de 35 millones de sufragios. Como puede verse, la extensión de la ola guinda no es casualidad, sino producto del trabajo de un hombre que supo aglutinar voluntades, que se identificó con las masas, que despreció los lujos de sus antecesores y combatió la corrupción.

Todo esto está consignado en los anales de la historia política reciente y es una clara explicación del fenómeno social que estamos presenciando. Quienes no quieran verlo, nunca entenderán la vida presente. Lamentamos el fallecimiento del arquitecto PAULINO LOMAS, un personaje que hizo de la amistad una virtud y a quien conocimos hace más de 50 años. DEP.

raulpazos45@gmail.com