/ martes 5 de noviembre de 2024

Acontecer político / De qué madera está hecha Claudia

*El poder económico y la Corte

*Trump lanza amenazas

*¿Vuelve "operación grúa"?


Vaya inicio de gobierno que ha tenido la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO. No solo tiene que encarar una virtual rebelión de algunos ministros de la Suprema Corte que tratan de invalidar parcialmente la Reforma Judicial y una escalada en los índices de violencia, sino que ahora hasta DONALD TRUMP anticipa la amenaza de que de ganar nuevamente la presidencia de Estados Unidos tendrá “mano dura” con nuestro país.

Como es del dominio público, desde que se anunció la propuesta de transformar el Poder Judicial de la Federación, la mayoría de los ministros, empezando por su presidenta NORMA PIÑA, mostraron su inconformidad. Sin embargo, no pudieron, pese a los intentos, evitar que el proyecto avanzara hasta pasar a formar parte de la Constitución.

Ante este hecho consumado, la resistencia no aminoró, sino que incluso ahora hasta se asegura que el más alto tribunal tiene facultades para descalificar un procedimiento de reforma a la Carta Magna, algo que el Poder Legislativo califica como invasión de atribuciones, pues sostienen su derecho a modificar las leyes porque representan una soberanía expresamente facultada para ello.

Hoy, según anunció, el pleno de la Corte decidirá sobre el proyecto de resolución de un ministro en el que se modifica parcialmente la reforma, para que únicamente sean los ministros y magistrados los que sean electos por el voto popular y no el grueso de los jueces, algo que, en el fondo, pretende ser una especie de velada negociación. De aprobarse el dictamen por mayoría, 8 ministros, estaríamos ante un gran problema constitucional.

Y en medio de esto queda atrapado el Poder Ejecutivo, cuya función se limita a promulgar las determinaciones legislativas para que se conviertan en ley vigente, como es el presente caso. Pero, el conservadurismo ve en su actual titular, CLAUDIA SHEINBAUM, el blanco apropiado para generar la idea de que es ella la que está creando el problema para establecer un régimen autoritario.

Queda claro que mucho de este enfrentamiento entre poderes tiene razones más políticas que jurídicas. La Suprema Corte ha sido durante mucho tiempo un muro de contención que protege a poderosos grupos económicos, tanto nacionales como extranjeros, contra todo aquello que pueda afectar sus intereses, incluyendo el cobro fiscal. Hay expedientes que implican el pago de decenas de miles de millones de pesos por impuestos omitidos que tienen tiempo guardado en los cajones de los ministros.

La mayoría de los actuales togados fueron promovidos por presidentes del PRI y el PAN, como medio para blindar las reformas neoliberales que se decretaban para favorecer al sector empresarial, como la privatización bancaria, de los ferrocarriles, de las minas, de las carreteras, de los aeropuertos, de los puertos y organismos claves del sector energético. Hasta algunas cárceles están todavía hoy bajo concesiones particulares.

Es muy difícil para el mexicano común imaginar el tamaño de los intereses que se están afectando con la reforma judicial. Pero son tan poderosos que no titubean en desestabilizar un régimen que ya no les es tan dócil como los anteriores. Ese es el verdadero peligro que hoy enfrenta México.

Por lo pronto, la presidenta advirtió que ya se tiene un plan para el caso de que 8 ministros aprueben echar abajo parcialmente la reforma al aparato judicial federal. No dio detalles, pero algo debe tener bajo la manga.

Coincidentemente, la violencia extrema se ha agudizado en muchas partes del territorio, algo que todos los días se magnifica mediáticamente para sembrar la idea de que el país está fuera del control de sus autoridades.

Ahora, DONALD TRUMP sale con la amenaza de que de ganar la presidencia de los Estados Unidos impondrá aranceles a las exportaciones mexicanas si no se frena la migración y el tráfico de drogas hacia Norteamérica, pasando por alto que esto último ocurre por la enorme demanda de drogas que allá existe y cuyo consumo no se combate internamente en lo más mínimo.

Así, CLAUDIA SHEINBAUM inicia el segundo mes de su mandato en medio de un torbellino que requiere de un control hábil, audaz, firme e inteligente. Hasta ahora, se le ve echada para adelante y dispuesta a continuar la transformación del país. Con el manejo que dé a estas turbulencias, se verá de qué madera está hecha la primera mujer presidenta de México.

Ayer trascendió que se reanudará el “operativo grúa” en el centro de Tampico para evitar que se estacionen automóviles en zonas prohibidas de las calles del primer cuadro de la ciudad, para facilitar la movilidad vehicular y evitar congestionamientos, sobre todo en las horas “pico”.

Es incuestionable que lo señalamientos viales son para obedecerse. Quienes incurran en infracciones voluntariamente deben sufrir las consecuencias establecidas claramente en un reglamento, en este caso el de Tránsito.

La cuestión es que en los últimos años, esta restricción prácticamente no existió y los señalamientos fueron como un florero en las calles. Y muchos conductores se acostumbraron a ello por la comodidad que implica. Habrá que ver las reacciones a esta medida que, aunque legal, inevitablemente tendrá opiniones negativas en quienes la consideren solo un recurso recaudatorio. Pero la normatividad ciudadana debe imperar.

contacto: raulpazos45@gmail.com

*El poder económico y la Corte

*Trump lanza amenazas

*¿Vuelve "operación grúa"?


Vaya inicio de gobierno que ha tenido la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO. No solo tiene que encarar una virtual rebelión de algunos ministros de la Suprema Corte que tratan de invalidar parcialmente la Reforma Judicial y una escalada en los índices de violencia, sino que ahora hasta DONALD TRUMP anticipa la amenaza de que de ganar nuevamente la presidencia de Estados Unidos tendrá “mano dura” con nuestro país.

Como es del dominio público, desde que se anunció la propuesta de transformar el Poder Judicial de la Federación, la mayoría de los ministros, empezando por su presidenta NORMA PIÑA, mostraron su inconformidad. Sin embargo, no pudieron, pese a los intentos, evitar que el proyecto avanzara hasta pasar a formar parte de la Constitución.

Ante este hecho consumado, la resistencia no aminoró, sino que incluso ahora hasta se asegura que el más alto tribunal tiene facultades para descalificar un procedimiento de reforma a la Carta Magna, algo que el Poder Legislativo califica como invasión de atribuciones, pues sostienen su derecho a modificar las leyes porque representan una soberanía expresamente facultada para ello.

Hoy, según anunció, el pleno de la Corte decidirá sobre el proyecto de resolución de un ministro en el que se modifica parcialmente la reforma, para que únicamente sean los ministros y magistrados los que sean electos por el voto popular y no el grueso de los jueces, algo que, en el fondo, pretende ser una especie de velada negociación. De aprobarse el dictamen por mayoría, 8 ministros, estaríamos ante un gran problema constitucional.

Y en medio de esto queda atrapado el Poder Ejecutivo, cuya función se limita a promulgar las determinaciones legislativas para que se conviertan en ley vigente, como es el presente caso. Pero, el conservadurismo ve en su actual titular, CLAUDIA SHEINBAUM, el blanco apropiado para generar la idea de que es ella la que está creando el problema para establecer un régimen autoritario.

Queda claro que mucho de este enfrentamiento entre poderes tiene razones más políticas que jurídicas. La Suprema Corte ha sido durante mucho tiempo un muro de contención que protege a poderosos grupos económicos, tanto nacionales como extranjeros, contra todo aquello que pueda afectar sus intereses, incluyendo el cobro fiscal. Hay expedientes que implican el pago de decenas de miles de millones de pesos por impuestos omitidos que tienen tiempo guardado en los cajones de los ministros.

La mayoría de los actuales togados fueron promovidos por presidentes del PRI y el PAN, como medio para blindar las reformas neoliberales que se decretaban para favorecer al sector empresarial, como la privatización bancaria, de los ferrocarriles, de las minas, de las carreteras, de los aeropuertos, de los puertos y organismos claves del sector energético. Hasta algunas cárceles están todavía hoy bajo concesiones particulares.

Es muy difícil para el mexicano común imaginar el tamaño de los intereses que se están afectando con la reforma judicial. Pero son tan poderosos que no titubean en desestabilizar un régimen que ya no les es tan dócil como los anteriores. Ese es el verdadero peligro que hoy enfrenta México.

Por lo pronto, la presidenta advirtió que ya se tiene un plan para el caso de que 8 ministros aprueben echar abajo parcialmente la reforma al aparato judicial federal. No dio detalles, pero algo debe tener bajo la manga.

Coincidentemente, la violencia extrema se ha agudizado en muchas partes del territorio, algo que todos los días se magnifica mediáticamente para sembrar la idea de que el país está fuera del control de sus autoridades.

Ahora, DONALD TRUMP sale con la amenaza de que de ganar la presidencia de los Estados Unidos impondrá aranceles a las exportaciones mexicanas si no se frena la migración y el tráfico de drogas hacia Norteamérica, pasando por alto que esto último ocurre por la enorme demanda de drogas que allá existe y cuyo consumo no se combate internamente en lo más mínimo.

Así, CLAUDIA SHEINBAUM inicia el segundo mes de su mandato en medio de un torbellino que requiere de un control hábil, audaz, firme e inteligente. Hasta ahora, se le ve echada para adelante y dispuesta a continuar la transformación del país. Con el manejo que dé a estas turbulencias, se verá de qué madera está hecha la primera mujer presidenta de México.

Ayer trascendió que se reanudará el “operativo grúa” en el centro de Tampico para evitar que se estacionen automóviles en zonas prohibidas de las calles del primer cuadro de la ciudad, para facilitar la movilidad vehicular y evitar congestionamientos, sobre todo en las horas “pico”.

Es incuestionable que lo señalamientos viales son para obedecerse. Quienes incurran en infracciones voluntariamente deben sufrir las consecuencias establecidas claramente en un reglamento, en este caso el de Tránsito.

La cuestión es que en los últimos años, esta restricción prácticamente no existió y los señalamientos fueron como un florero en las calles. Y muchos conductores se acostumbraron a ello por la comodidad que implica. Habrá que ver las reacciones a esta medida que, aunque legal, inevitablemente tendrá opiniones negativas en quienes la consideren solo un recurso recaudatorio. Pero la normatividad ciudadana debe imperar.

contacto: raulpazos45@gmail.com