Nadie puede negar el mérito de la actual administración municipal. La percepción de seguridad es alta y la Encuesta Nacional Urbana (ENSU) del INEGI lo confirma: de 2016 a la fecha pasamos de 70% de tampiqueños que se sentían inseguros a sólo 20% ahora.
La apuesta por infraestructura promotora de comercio y turismo no se queda atrás: el mercado municipal, el nuevo mercado de "La Puntilla" y el Museo Municipal cimientan el ecosistema turístico de una ciudad que apuesta por la atracción de más visitantes nacionales y extranjeros.
Las políticas públicas a favor de la equidad también han sido un acierto. Hoy los apoyos sociales para muchas familias llegan a tiempo y a quien debe.
Por ello 2024 será tiempo de ayudar a conservar y crecer la semilla de cambio que este gobierno local plantó. Será momento de plantear nuevas acciones de gobierno, políticas públicas y planes de desarrollo que construyan prosperidad para todos e impulsen a la ciudad a un crecimiento sostenido en los próximos 25 años.
No será tiempo de intentar hacerlo igual, Tampico requiere que lo hagamos mejor. Que construyamos proyectos humanistas pensando en el crecimiento personal de cada uno de sus habitantes y en un desarrollo metropolitano incluyente.
Requerimos plantear un gobierno que dé pasos acertados para aumentar calidad de vida generando felicidad ciudadana. Un gobierno de ciudadanos comprometidos no con la próxima elección, sino con la próxima generación. Un gobierno impulsor de talento civil que funde la próxima casta de funcionarios expertos.
Una administración que ponga énfasis en los puntos relevantes de una agenda trascendente, que se plantee a conciencia las demandas de las nuevas generaciones, y que vaya más allá de servicios públicos eficientes.
Una agenda que tome el reto de pagar deudas sociales históricas. Que no sólo construya un programa para que los trabajadores honestos ganen mejor, sino que les de más tiempo para la vida familiar y ocio personal. No sólo necesitamos mejor poder adquisitivo, sino mejores ciudadanos y mejores seres humanos.
Un programa original para detener la fuga de talento semi profesional y profesional tampiqueño hacia otras ciudades, pues ninguna apuesta de futuro para Tampico pasa por aceptar tener cada vez menos jóvenes preparados.
Una apuesta por un nuevo relato sobre nuestro centro histórico que genere alta atracción de turismo. Que construya un proyecto colectivo que vuelva a ilusionar a los agentes sociales y económicos y -sobre todo- a los propios ciudadanos. Pues hoy nuestro primer cuadro es orgullo, pero también ausencia.
Un Tampico que permita vivir mejor, pero que también logre acompañar en la vejez no solo con dignidad sino con prosperidad.
De ahí la relevancia de conservar lo ya logrado, y de comprometerse a hacer las cosas mejor, mucho mejor, con visión de futuro y altura de miras.
Porque Tampico lo demanda, y también lo merece.